Todo no se trata de apuestas | Los Intocables #7

Especial II.

Logan.

Todos siempre me preguntan: ¿Qué le ves a esa chica? ¿Qué tiene de especial América Adams? Muy simple. Ella es imperfecta. Extraña respuesta, lo sé. Soy partidario de que lo perfecto y correcto es aburrido, ella tiene miles de imperfecciones, cosas que hacen estresar a cualquiera; América es difícil en todos los sentidos, eso me encanta. No la veo como un reto, sino como una persona a la que le quiero mostrar más de mí, enseñarle todo lo que soy.

Sentado en la otra punta del salón la observo con atención, estoy seguro de que ella sabe que la miro ya que sus mejillas están sonrojadas y se remueve incómodamente en su asiento. Mientras que la profesora Montgomery habla solo puedo mantener en mi cabeza todos esos momentos que he podido compartir junto a ella.

Estoy contento de que se me hubiera ocurrido la idea de las cartas, debí pensarlo mucho antes, pero todo se dio en el momento adecuado. Mi don, mi pasión, me ha dado la oportunidad de ser más cercano a ella, eso es un logro monumental.

Una idea se me cruza por la cabeza. Recuerdo que conocí a América un ocho de septiembre; saco cuidadosamente su baraja de cartas y contabilizo hasta el número ocho, volteo la carta encontrándome un nueve de corazones. Sonrío. Sin que Montgomery me pille le tomo una foto a la carta y le escribo a América adjuntando la fotografía.

Logan:

No es viernes pero algo me dice que necesitas una carta. Contabilicé hasta el número ocho. ¿Recuerdas el ocho-nueve? Fue el día en que nos conocimos, inicio de un nuevo año escolar. Ésta representa la buena voluntad y el carácter feliz de los acontecimientos. Una buena carta, señorita continente.

Presiono enviar aun con la mirada en ella. Observo como ella saca su celular del bolsillo y con cuidado lo observo. La sonrisa que forma en su rostro me encanta. Saber que le puedes sacar una sonrisa a una persona por un mensaje de texto es magnífico. Ella teclea rápidamente en la pantalla de su teléfono y segundo después obtengo una contestación.

América:

Por supuesto, ocho de septiembre. Pegaste un chicle en mi cabello Logan, desde ese día realmente te odié. ¡No escojas más mis cartas! Prometiste que lo haría yo... Aunque gracias, escogiste una muy buena.

Ups, olvidé lo del chicle. ¡Pero fue sin querer! Lo juro, no era mi intención pegarle un chicle en una de las coletas a la niña que me pareció más bonita.

Logan:

Tenías que recordar el asunto del chicle... Las últimas cartas las escogerás tú, lo prometo. Solo quería sacarte una sonrisa. Amo tu sonrisa, haces que mi mundo se ponga de cabeza. Toda tu, América, me vuelves loco. A veces quisiera terminar toda esta cosa de las cartas y que me dieras una simple oportunidad.

—¿Señor Ray, es más interesante su conversación telefónica que lo que yo estoy explicando?

En realidad sí.

—No, lo siento, profesora Montgomery.

—Detención, ahora—las arrugas de satisfacción se forman en su rostro.

—Pero...

—¡Ahora!

Recojo todos mis materiales y salgo de clase aun con mi celular en mano. Antes de entrar al salón de detención miro el mensaje. Si pasó esto fue por algo, así que lo edito un poco.

Logan:

Tenías que recordar el asunto del chicle... Las últimas cartas las escogerás tú, lo prometo. ¡No dejes que Montgomery te cache! Nos vemos luego.

Y enviar. Es lo más adecuado por ahora.

Es que yo tengo que empezar felicitando a SAGUSTIIIIIIIIIIIIINAAAAAAAAAAAAAAAAAA y por supuesto a DAIIIIIIIIIIIIIIIISYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY. JOYEUX ANNIVERSAIRE! De regalo tendrán a los intocables desnudos en sus casas xD

Especial dedicado a ambas :) 

Iba a escribir el siguiente capítulo pero estoy que me caigo del sueño y lo que quiero hacer es dormir un rato :v Mañana recomenzaré :)

Nos leemos mis corazones de melón.