Escuela de Magos-2

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-No tienes idea- respondió Vergil, apareciendo mediante magia una gabardina azul nueva.- Alguien en Iscarot hizo un trato con los seres equivocados- viendo el rastro de destrucción donde antes estaba Jackal, pare emprender el camino a la oficina del director Biblia, siendo seguido por las chicas.

Academia Biblia/Habitación de Vergil/Noche.
En una habitación simple, se podía ver a cierto peliblanco dormir.

Apenas acababa de llegar y ya tuvo que enfrentar a 2 oponentes fuertes, eso sin mencionar el uso de 2 técnicas cuyo desgaste de energía es muy alto, y sumándole el desgaste psicológico que ha tenido el haberse enfrentado a Diablos recientemente le estaba pasando una mala jugada.

Se le veía un tanto inquieto en su cama, con una expresión afligida. Sudor en su frente y varias partes de su cuerpo.

Todo debido al sueño que tenía, que más bien era una pesadilla.

Sueño de Vergil.
Se veía a cierto peliblanco, rodeado de oscuridad, incapaz de mover algún músculo.

Hubo un resplandor, y ahora Vergil se encontraba en frente de una mansión, mansión que conocía bien.

Apareciendo dentro de la mansión, Vergil escucho unas risas, para voltear y ver a dos pequeños.

-No puede ser- pensó al ver a los niños.

Ambos tenían el pelo blanco, vestidos con camisetas moradas. No podrían pasar de los 5 años. Gemelos a simple vista.

Estos iban jugando por el pasillo, con dirección hacia Vergil.

En cuanto llegaron con el, lo atravesaron como si nada cual fantasma.

La luz se empezó a perder, solamente concentrada en los niños, quienes iban riendo.

Vergil volvió a aparecer en frente de la mansión, pero esta estaba en llamas.

Una lágrima se deslizó por su ojo sin notarlo.

Un sollozo atrajo su atención, y volteando vio a uno de los 2 niños nuevamente.

Este se encontraba sucio, y lágrimas salían por sus pequeños ojitos a montones, mientras veía preocupado a la mansión.

-¡Mamá! ¡Papa!- llamo a sus padres el pequeño, pero sin recibir alguna respuesta.- ¡Dante!- llamo por última vez, mientras la casa colapso debido al daño producido por el fuego.

La luz se volvió a esfumar, dejando a Vergil de nuevo en las tinieblas.

Sentía como su cuerpo flotaba a la deriva, sin ningún control sobre este, cuando de nuevo la luz regreso.

Esta vez Vergil se encontraba sentado debajo de un árbol, sin su típica gabardina.

Vio a su alrededor buscando indicios de vida, pero nada solo un bosque, donde los rayos del sol le daban en la cara

Entonces lo vio.

Humo saliendo a la distancia, que pareciera venir de una ciudad.

Sin control sobre sus piernas, empezó a correr con alma que le lleva el diablo.

En prácticamente poco tiempo llego, pero era demasiado tarde.

Toda la ciudad estaba ardiendo en llamas. Cuerpos llenos de quemaduras de diferentes grados.

No se necesitaba ser un genio para deducir que todos estaban muertos.

Sin perder el tiempo, empezó a correr a cierta dirección, con aún más velocidad que antes.

Devil TearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora