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~Narra Emma~

Después de cenar me encargue personalmente de que Nick limpiara todo el desastre que habíamos hecho con harina.
Luego de eso subí a mi habitación.
Tomé mi laptop y comencé a ver videos para distraerme un poco y para que el sueño se apodere lentamente de mí.

Lentamente cerré mis ojos y en cuanto lo hice escuché el timbre sonar una vez, dos, tres... ¿Qué Nick no podía abrir la puerta siquiera?

Me levanté lentamente y me encaminé a las escaleras... El timbre no paraba de sonar y ya era irritante.

-¡¡Ya voy!!- Grité con mi voz ronca por el sueño.
Quedé parada justo enfrente de la puerta y los sonidos del timbre pararon.

Quedé mirando el picaporte por unos minutos y salí de mi trance cuando el sonido irritante comenzó de nuevo.
Tomo el picaporte y lo gire hacia abajo, pero la puerta estaba cerrada, tome las llaves y dude en abrir por un momento, porque vamos, ¿quién viene a mí casa a las 00:00 AM?
Nadie, exacto.
Abrí lentamente la puerta y quede petrificada la ver de quién se trataba.

-Hola estúpida- Mierda, mierda, mierda... mi día no podía empeorar más...- ¿Donde está Nick?- preguntó mirando detrás de mí para encontrarlo.-¡Nickiii!- despega su mirada de mis espaldas y me mira directo a los ojos con el ceño fruncido- muévete.-
Me limité a seguir su orden, no podía hablar, ni moverme.. ¿Qué hacía Camelia en mí casa?

Nick viene algo agitado por las escaleras, ve a Camelia confundido y luego me mira a mi, seguro se debe estar haciendo la misma pregunta que yo "por qué mierda está aquí Camelia"... Y como si leyera nuestra mente se dispone a contestar.

-Los rumores llegan rápido, tesoro- dice con su voz irritante y le deposita un beso en los labios a Nick. Mi nivel de paciencia ya estaba llegando a su Limite por eso no dije nada y simplemente fuí a mi habitación para terminar lo que minutos atrás estaba haciendo, dormir.

~Narra Nick~

-¿Qué haces aquí?- no la dejé contestar y seguí- debes irte.

Ella me miraba como si hubiera ganado algo viniendo aquí, como si le satisfaciera verme sufrir o algo así, ¿es que ahora no puedo tener una vida social que no sea interrumpida por Camelia?

-Vine para informarte que...-rió sinicamente- que si haces algo estúpido, ya sabes las consecuencias- dijo como si no fuera nada importante perder una beca universitaria.
Suspiré para intentar calmarme.

- ¿Por qué haces esto, Camelia?
Ni siquiera me amas. Solo quieres que no esté con nadie. ¿porque no te buscas a un hombre que te valore y respete? Medio instituto está detrás de ti y lo sabes, no sé poque quieres joderme la vida justo a mí.- ella se quedó sin palabras.-

-¿No lo entiendes verdad? Si no puedes ser mío, entonces no serás de nadie, somos... Somos tal para cuál.- dijo posando sus dedos en el cuello de mi camisa.- no voy a dejar que estés con esa mocosa, bebé.

- Oh vamos, ya calla ¿Quieres?... ¿es qué ni siquiera te importo? dices que me amas, que somos tal para cual... Pero ¿te paraste a pensar que siento al saber que me haces esto, Camelia? me estás sacando mi beca universitaria, lo único por lo que luché me lo estás quitando y ni siquiera te importa.

Al ver que no responde me limito a decir: -ya vete ¿Quieres?- dije señalando la puerta y ella solo se fué-

Bien, ahora necesito ver si.. si emma está bien. Supongo que no es fácil ver a Camelia por lo que sea que pase entre ellas dos.

Subí la escaleras sigilosamente, busque con la mirada la puesta de su habitación... Bien, ahora... ¿Cuál era?
Derecha... No, no izquierda... ¿O derecha?
Poso mi oido en la primera puerta en busca de algún sonido que me indique que es su habitación y nada..
Me dirijo a la siguiente e intento abrir el picaporte ya que supongo que es esta. Cerrado, genial. Poso mi oido en esta en busca de algún sonido.
¿Qué mierda? ¿Está llorando? No puede ser, ¿Por.. por qué estaría llorando?

-¿emma?-doy tres toques en la puerta y escucho como rápidamente deja de llorar- ¿Estás bien?

-Si, si... Em-dice con tono aún afectado por el llanto- solo... Solo vete.. estoy bien.

-Abre -digo sin dejar que siga explicando.

-No, yo estoy bien, de verdad.

- Quiero que abras la puerta, voy a contar hasta tres..- esto suena estúpido- y si la puerta no se abre cuando finalice de contar..- piensa en algo... Un castigo... Rápido- no tendrás celular por una semana.
Uno...-digo. Al no escuchar ningún movimiento sigo- dos...- ¿es que no le gustan los celulares?- tres..- en eso escucho como se destraba la puesta, abro y la veo acurrucada debajo de las mantas.

-Bien, ahora puedes irte- dijo aún debajo de sus mantas

-Primero quiero que me mires y que me digas que es lo que pasó- le digo sentándome a su lado

-No, y ya te dije que no me pasa nada.

- Si nada pasará no estarías llorando- larga aire y deduzco que está frustrada. Veo como las mantas se mueven lentamente dejándome ver su rostro enrojecido..- abre los ojos-
Los abre lentamente y me mira, tiene los ojos inchados y rojos, no estaba asi cuando la vi antes.

- Yá ¿feliz?- dijo cerrandolos y sentándose en la cama cruzada de brazos, y me limité a abrazarla, supongo que en momentos como este es lo que necesitas, y si no estaré quedando como un completo idiota.
Ella se acurruca entre mis brazos escucho un par de sollozos salir de su boca.

-¿Por qué lloras pequeña?, ¿Acaso alguien te lastimó?- ella asiente lentamente, sé que no se refería a una agresión física. Dios, yo la estaba lastimado, me siento como un imbécil.

-Lo siento mucho, pequeña.

-No es tu culpa-dice un poco más tranquila. Pero vamos claro que es mi culpa.

Mi Crush, Mi Niñero Donde viven las historias. Descúbrelo ahora