Mi Crush, Mi Niñero

17

Desperté, aturdida, dolor de cabeza, mareada... Básicamente estoy muriendo del dolor. O de la resaca?
No lo sé.

Intento moverme para luego pararme pero algo me detiene. Cables, tubos o como sea que se digan estás cosas.

Espera un momento... ¡¿Que son estas cosas?!¿Qué es esto? ¿Qué me pasa?

Tranquila, tranquila, no es nada solo abre los ojos lentamente...

Abro mis ojos y... ¿Que hago aquí? Porque definitivamente está no es mi casa, ni algún lugar "reconocible" que digamos.

Colocó los brazos a mis lados e intento nuevamente levantarme, aunque sea un poco. Pero nuevamente algo me detiene…(evitando los cables y tubos que hay en mi cuerpo claro)

—No, no te muevas, tienes que descansar— miro  a mi lado y veo a Nick sentado y con unas ojeras que... Dios eso tomara tiempo en quitarse...

No sé si decirlo, pero la curiosidad me mata, y no acordarme de nada no ayuda— ¿Qué me pasó? — traga pesadamente ante mi pregunta.
Se queda mirando a un punto fijo por unos segundos su mandíbula se apreta y sus ojos se cristalizan. Apreta sus ojos y suspira... Esto me asusta más ¿Por qué tarda tanto en responder? ¿Que pasó?

Su mirada se suaviza ante nuestro contacto visual— Emma... Alguien... Intento..— ¿Qué pasa? esto es peor, solo tiene que decirlo, después de todo ¿Que puede ser lo peor? Estoy segura que fueron algunos tragos de más y un desmayo... Si seguro fue eso. Pero ¿Por qué no lo dice y ya?

— Intentaron tocarte, Emma... — Me paralizo y siento como algo dentro de mi se rompe, es como si me sintiera sucia... Asqueada y también decepcionada del mundo.
Porque sé que aunque él quiere ser suave con sus palabras, lo que realmente quiere decir es que alguien intentó aprovecharse de mi, tocarme, usarme y luego dejarme tirada o hacer quién sabe qué conmigo. Lágrimas caen por mi rostro. Nick ni siquiera puede mirarme, hay ira en su rostro y veo como intenta ser fuerte delante de mí, apretado sus ojos para no dejar caer lágrimas acumuladas en su rostro.

Repentinamente vuelve su mirada a mí y sigue— Te drogaron, Emma — Eso no ayuda, pero en parte es mi culpa por pedir explicaciones— te drogaron con una pastilla de quién sabe qué— ira recorre su tono de voz. Toma mi brazo delicadamente y lo da vuelta para apuntar la zona de trasera de mi codo— ¿Ves esto?— miró la zona y veo pequeños marcas de inyecciónes y el color morado que... Oh no, no, eso no es lo que creo no..— También inyectaron droga  de esa manera, quería que tú organismo se confunda, que tu cuerpo seda ante lo que querían hacerte, no les importó tu edad, siquiera les importaste tú, nada les importa a esas personas, solo satisfacese y... — hago un alto con mi mano… no quiero escuchar más. Veo lágrimas correr por el rostro de Nick y entonces rompo en llanto. El lo nota y se para para envolverme en sus brazos delicadamente.

—No llores pequeña, por favor, no lo hagas.

— Quiero a mi mamá — digo en tono de niña de cinco años, como una niña desprotegida que necesita la calidez de sus padres.

—Lo sé... Ellos no pueden venir... No ahora— soba mi cabello en forma de consuelo— pero yo sí, y voy acuidarte con cada parte de mi, no voy a abandonarte... Voy a estar aquí para ti, siempre...

— ¿Lo prometes?

— Lo prometo— dice con voz ronca— y no rompo mis promesas— dice y deja un beso en mi frente. — ahora, creo que deberías dormir...

Yo asiento con mi cabeza concordado con él— Sí— digo en un susurro.

— Descansa, Emma.— cierro mis ojos lentamente.

Me levanto cuidadosamente de la cama y me quito los cables, miró mi cuerpo y ya no hay secuelas, ni moretones, ní pinchazos, nada..

Salgo por la puerta y noto que el pasillo del hospital está decierto.

Camino de puntillas hasta la puerta que conduce a la salida y la abro. Dejo que el  aire frío choque con mi cuerpo y disfruto de él. Cierro mis ojos y escucho un sonido, hojas secas siendo pisoteadas fuertemente, los pasos se dirigen a mi, lo siento, pero no me atrevo a abrir mis ojos.

Siento una mano posarse en mi cintura y una repiracion en mi oido que hace que me estremezca en el lugar.

Quiero moverme...

No puedo...

Mi cuerpo pide a gritos auxilio...

No puedo dárselo, no puedo protegerlo...

Mis estimulos de supervivencia se presentan...

Tampoco puedo ayudarlos...

La mano ajena sube hasta mi boca para taparla fuertemente y mi cuerpo choca en seco contra otro y una voz hace eco en mis oídos en un susurro...

"No debiste haber aceptado..."