Promételo

Uno más hace la diferencia.

Siendo como estaba en esos momentos, descendieron del pequeño navío a tierra firme luego de un par de horas de viaje en el mar escondido. La sal del océano se incrustaba en las rocas de las orillas, lejos de la bahía donde suelen desembarcar el barco. Matices en blanco, rosado y algo rojo que rodea todo, salificado y meteorizado, por las constantes olas que golpean las rocas.

-¿Por qué desembarcamos en este lugar?- susurró Naruto mientras volteaba su vista hacia su querida hermana, de cierta forma le molestaba mucho, y de verdad mucho, mucho más que cuando es Sakura, que ella se quedara observando al imbécil de Sasuke.

No lo entendía del todos, él siempre fue brusco y malo con todas las chicas a su alrededor. Las ignoraba, las apartaba y ni les miraba. No entendía porqué su hermana siempre estuvo tan al pendiente de él, incluso antes de que dejara la Academia.

Junto con una mirada de desconfianza total y una mueca graciosa en su boca, se la pasaba mirando las espaldas de su eterno rival y Yume, intentado descifrar que era lo que ambos tenían en sus mente, o peor, entre ellos. Sin embargo, pudo notar que de nuevo ella actuaba justo como cuando dejó la Academia.

Alejada, alterada, callada y nerviosa. Cada vez que el Uchiha daba un paso más y se acercaba a la persona de su hermana, esta instintivamente se apartaba unos cuantos pasos. Cada vez que él miraba por aquí o por allá ella se aseguraba no estar ni en su vista periférica. Cada vez que el gruñía en desacuerdo o algo, ella se encogía de hombros algo asustada y se retiraba apresuradamente.

No, ahora que lo notaba, había algo más que una interacción entre ambos, o un tipo de secreto que su hermana nunca le contó como antes pensaba. Porque era simple, ella se aseguraba de no haber nada que los relacionara, estando en el mismo equipo e ir juntos a varias misiones.

Por primera vez en años Naruto pudo notar esta peculiar lejanía que tenía su hermana con cualquier cosa relacionada con el vengador idiota, o con la misma existencia de ese imbécil. Tal vez fue después del juramento de sangre que tuvo Naruto, al jurar nunca más retirar su palabra o alejarse de su camino ninja.

Tal vez esa pequeña cantidad de madurez que tuvo hace tan poco le hizo darse cuenta de muchas cosas que antes ignoraba, o las dejaba pasar como algo propio de una niña tímida como lo era su hermana. Cuando sabía perfectamente que ella no era nada parecido.

Entonces, de una manera sorpresiva, comenzó a analizar todas las situaciones pasadas en las que ambos estuvieron metidos. Peleas, bromas, discusiones, señalamientos y otras cosas. Sin embargo, seguía sin saber nada, qué era lo que le afectaba tanto sobre Uchiha Sasuke.

Y Yume sabía perfectamente que su hermano, a menos que ella o alguien más le dijera directamente, jamás descubriría qué era lo que tanto le afectaba. Lo sabía desde pequeña, desde los momentos en que ella se quedaba en casa encerrada muerta de miedo y su hermano lo interpretaba como una nueva enfermedad que había cogido. Él no era muy inteligente, pero era su hermano.

El ser más importante y querido para ella, antes, ahora y por siempre.

Es por eso que cuando de la nada sintió un peligro inminente que aparecía y se desplazaba entre la neblina del bosque que tenían que cruzar para llegar al pueblo del viejo constructor, un poco más y casi se olvida de su misión y corrió para proteger a su hermano de cualquier peligro, quien nada más ni nada menos se encontraba intentando consolar a un conejo asustado casi a muerte.

Un solo segundo. Un pequeño segundo de vacilación que ni Kakashi notó para correr a lado de Sakura para proteger al anciano Tazuma. Con esto detuvo toda estructura del grupo e hizo que Kakashi asintiera en aprobación.

-Preparados todos el grupo Jimanji, ha aparecido un nuevo enemigo.

Ese era, por su puesto, un peligroso ninja de la Aldea Oculta entre la neblina. Yume lo reconoció por haber leído alguna vez el libro Bingo cuando el viejo estaba distraído, y luego haber investigado toda su historia completa.