El trato con la serpiente blanca.

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—¿Entonces, al final, fue asesinada o murió por su enfermedad?

Hace algún tiempo Sarada había recuperado el color de su piel, sus manos estaban en sus rodillas, un poco ansiosa por la historia y su labio ya se encontraba mejor, con la herida cerrada. Nadie había dormido en toda la noche y a nadie le podía importar un poco eso.

Incluso, solo escuchar un resumen de todo lo que hizo Yume ya era una historia larga y complicada que terminaba con la muerte de ella justo en las brazos de Uchiha Obito, frente a toda la Cuarta Guerra Mundial Ninja.

—Yo siempre pensé que fue suicidio.

Había siempre, antes de que Naruto perdiera la cabeza, diferentes razones y formas por las cuales Uzumaki Yume murió. Una era más extraña que la otra.

Decían que era un simple experimento de clonación de Orochimaru, ex-integrante de Akatsuki, hasta que era la amante de Uchiha Obito, y al ver que su amado estaba a punto de ser asesinado, se fue con él y lo acompañó en el viaje de reencarnación.

Gaara supuso que cada rumor que Naruto escuchaba acerca de su hermana era una daga más a su corazón herido y perdido. Nunca habló de ellos y siempre se encerró en sí mismo luego de la Guerra.

Dejó de ser él desde ese momento y nadie lo culpaba.

Pero, tal vez, eso de dejarlo solo, o dejar todo en manos de Hinata, no fue tan gran idea como ellos habían pensado.

Nadie quería hacerse cargo de una historia llena de finales inconclusos y mucho menos con su otra mitad dejada a su suerte.

Todas esos rumores y conclusiones que las personas sacaban al ver todas las variables que ellos podían ver podrían o no tener razón en varias cosas, mas nunca se llegó a la verdad.

—¿Suicidio?— susurró Boruto anonado, sin ser respondido por nadie, ni siquiera sus amigos.

—Sí, suicidio, aunque aún creo que es una palabra un poco fuerte para su situación. Ella nunca se clavó su propia arma homicida o algo así. Solo esperó pacientemente su muerte mientras todo se desarrollaba. Ella, en pocas palabras, se abandonó, lo cual la llevó a la muerte.

—¿Pero ella no quería a mi padre? ¡¿Por qué hizo eso?! ¿No sabe todo el daño que ha causado a causa de su egoísmo? ¡¿No sabe lo que yo he sufrido a causa de ella?!

Gritó Boruto con todo el aire que tenía en sus pulmones desquitándose un poco con el mundo. Hace algún tiempo también se le habían quitado las restricciones y se había levantado de golpe. Shinki frunció el ceño, molesto, al saber el escándalo que Boruto podía hacer y se levantó dispuesto a callarlo.

Gaara lo detuvo al poner su mano frente a él. Shinki volvió a sentarse.

— Sí, ella fue muy egoísta y lo sabía mejor que nadie, era terriblemente terca y creía que siempre estuvo destinada a morir sea como sea, dispuesta hacerlo si se le presentara la ocasión. Por eso mismo Yume se alejó de tu padre, Boruto.

Comenzó a rebuscar de nuevo entre las cartas.

—Comenzó con pequeñas cosas, como el apodo o los tiempos en que se veían, mucho antes que cualquiera hubiera sospechado que algo estaba mal. Ella preparó a su hermano para su muerte desde la infancia y sabía que Naruto había entendido las señales obvias que le decían que ella iba a morir, solo que nadie espero que... El golpe final fuera tan fuerte.

Sacó de entre todas, una carta muy voluminosa, la cual se abrió y salieron varias páginas. Unas estaban lisas en su mayor parte, otras, estaban ajadas y arrugadas, y no importaba qué tanto estuvieran desesperados por alisarlas, parecía que jamás volverían a estar ni siquiera un poco lisas.

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