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Nacu:

Era invierno, tendría unos 6 años más o menos. Me encontraba en el patio, junto al árbol más grande del colegio. Estaba jugando con una muñequita que me regalara Papá Noel el día anterior, fue Navidad. Vino y nos regaló muñecas y peluches a todas. A pesar de eso, había niñas que estaban tristes o enfadadas porque Noel no les dió el juguete pedido. Yo le entendía. Tiene mucho trabajo y como no tenemos papis que le escriban una carta, no podía traer lo que pedimos. Pero a sido bueno y nos trajo algo a cada una, no sé por qué se quejan. Yo por mi parte estaba contenta con mi muñeca. No tenía ganas de jugar con las otras niñas, asique me alejé un poco de ellas, hasta llegar a este arbolito tan grande. Uno de los profesores se me acercó, era el señor Raimundo. Se me sentó a mi lado, de golpe, y al hacerlo su gran barrigota rebotó.

-Hola pequeñaja- me revolvió el flequillo- ¿Por qué​ no juegas con las otras niñitas?

-Quería jugar solita con mi nueva amiga- dije mostrándole la muñeca, este la cogió y la miró

-Es muy bonita, como tú- yo sonreí y él me la devolvió

-No soy tan bonita- dije triste al ver a la Barbie rubia, de larga melena y delgadísima- No nos parecemos en nada- me acaricié mis pequeñas coletitas castañas y sonreí triste

-Yo creo que eres más bonita- lo miré y este sonrió, yo hice lo mismo- Tengo que irme, tú pórtate bien eh- yo asentí y el profe se fue. Es muy majo, siempre me habla y me trata muy bien. Mientras veía como Raimundo se iba, miré que en la puerta que llevaba al interior del orfanato había una señora rubia muy guapa, como mi muñeca.

-Es Barbie- susurré para mí. A su lado estaba el director, estaban hablando. Seguro que es una mamá que viene a adoptar a alguien, pensé. Entonces inmediatamente volví a jugar con mi muñeca y los ignoré- Nunca me eligen- dije triste. Entonces un grupo de 3 niñas se acercaron a mí, eran mayores que yo, tenían 7 u 8 años.

-Oye, me gusta tu muñequita- dijo una pelirroja- Me la cambias?- preguntó mientras me mostraba un peluche de un perrito lila

-Es muy bonito- admití- pero no, gracias, prefiero la mía- hice incapié abrazando a mi rubita

-Venga, cámbianosla- dijo una morena mientras me mostraba una muñequita de trapo, que la verdad me dió un poco de miedito

-No quiero...

-Venga- insistió una rubia- Toma esta- me enseñó a una muñeca algo cabezona, creo que es una Bratz

-He dicho que no- repliqué

-Somos mayores y nos tienes que hacer caso- dijo la pelirroja

-Eso eso- confirmaron las otras 2- Haz caso a Beatriz- yo negué

-Dámelo- entonces esa tal Bea me tiró de una coleta y me quitó la muñeca, consiguiendo hacerme llorar

-Devuélvemela!- grité entre sollozos

-No- empezaron a reírse las 3. Me puse de pié para coger lo que era mío, pero la morena me empujó

El orfanato del castigo y el placer...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora