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En el primer capítulo, cambié el nombre de la protagonista, me gustaría trabajar de esta forma de ahora en adelante. Sin embargo, Suni seguirá siendo la rayis, solo cámbienle su nombre jajsjajs, saludos, cuídense bros. <3

Suni

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Suni

Si, ya es Navidad y no he logrado contactar a mi familia, mi padre no contesta mis llamadas, mi hermano apagó su teléfono y los mensajes que le he enviado en estos días ni siquiera los ha leído. Suspiré y dejé mi teléfono de lado, aunque los apreciaba, en estos momentos no me importaban tanto como el chico con ojos de bambi, cuyo nombre era JungKook. 

— ¿Sabes? Cada vez me convenzo más al decir que mis padres ya no son necesarios para estas fechas. —dije mientras caminábamos tomados de la mano.

— ¿Qué te hizo pensar eso?

— Tú. —sonreí como estúpida, el rió y desvió la mirada, ya sabía que se había sonrojado por mi comentario.

JungKook no terminaba de sorprenderme, era un chico con muchos talentos, tantas facetas y demasiados encantos. Me atrevo a decir que, con solo verlo, quedas totalmente anonadada por la belleza que posee, cuando sonríe, dios, podría pasarme la vida entera admirando su linda sonrisa, el como arruga su nariz, la manera en la que actúa cuando está nervioso, todo lo que el hacía era absolutamente perfecto.

Mi teléfono vibró, lo saqué del bolsillo de mi pantalón y revisé el nombre de mi contacto, cuando vi quién era, palidecí.

— ¿Por qué no contestas?

— N-no es necesario. —sonreí nerviosa.

— Es YuGyeom, ¿Verdad? —me quedé callada, el tomó mi teléfono y contestó. Intenté quitárselo pero no lo conseguí, puso el modo vídeo llamada.

— ¡¿Qué haces?!

— ¿Suni? ¿Y este quién es?

— ¡Mucho gusto! ¡Soy el novio de Nam Suni, Jeon JungKook! —sonrió, esa hermosa sonrisa fue reemplazada por un semblante serio— Y te prohíbo que vuelvas a marcarle a mi novia. —remarcó el mi.

— Tranquilo, solo necesito pedirle algo.

— ¿Qué quieres? —hablé, JungKook me abrazó posesiva mente.

— ¿Recuerdas aquella chaqueta de pareja que te regalé? —asentí— Necesito que me la devuelvas.

— No puedo.

— ¿Por qué no?

— Hace mucho se la regalé a un mendigo, ¿Es todo? Bueno adiós.

JungKook terminó la vídeo llamada antes de que YuGyeom consiguiera volver a hablar. Lágrimas amenazaban con salir, JungKook lo notó y me abrazó. Me aferré a su chamarra y su aroma llegó a mis fosas nasales, maldición olía tan bien.

© Rain; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora