t r e c e

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— Al fin te encontré. —dijo con la respiración agitada. Le dediqué una fugaz mirada mientras volvía a prestar toda mi atención hacia los carros que pasaban frente mío, TaeHyung tosió gracias a el humo del cigarro, pero no dejé de fumar.

— Vuelve a casa de NamJoon, no tienes nada que hacer aquí. 

— Vengo a ayudarte —sonreí con sarcasmo—. ¿Tu qué haces... aquí?

Sonreí al ver su expresión. Podría estar muy mal, pero no me suicidaría sin al menos haber arreglado las mierdas que he hecho, en un principio lo pensé, pero luego de tomar un cigarro y sentarme en la helada acera, supe que no debería. 

— Solo veía los carros pasar. —dije mientras volvía a poner el cigarro entre mis labios, TaeHyung me lo arrebató de las manos y lo botó al agua, solo suspiré.

— ¿Por qué continúas lastimándote de esta manera?

— ¿Sientes lástima por mi? ¿Por eso estás siguiéndome a todas partes? ¿O solo quieres que tengamos relaciones y después te marcharás?

— Te amo. Y por ello, no pienso quedarme de brazos cruzados mientras observo como poco a poco acabas con lo que queda de ti. Se que en el fondo, eres una chica dulce, amable y se perfectamente que no mereces nada de lo que estás pasando. Tienes una vida por del—

— "Tengo una vida por delante y no debo mortificarme por tonterías", ¿No es así?

—negó— Tienes una vida por delante, y si, obviamente pasarás por cosas incluso peores que estas, pero el punto está en poder sobre llevarlas y aprender de ellas. Eres una persona admirable —dijo mientras se ponía de cuclillas frente a mi—, eres mucho más fuerte de lo que crees, y eres un sol para mi y tus demás amigos.

Dijo antes de besar mi frente.

— Te ayudaré a superar cada reto que se atraviese en tu vida, estaré contigo cuando lo necesites, no importa si es en la madrugada, o si estás del otro lado del planeta. Quiero estar contigo en los mejores y peores momentos —dijo mientras tomaba una de mis manos y se aferraba a ella— ¿Me permites recorrer este largo camino junto a ti? 

— ¿Estás aprovechándote de la situación? 

— Tal vez. —sonreí, una perfecta sonrisa cuadrada hizo presencia en su cara.

— ¿Y si quiero enfrentar las adversidades sola? 

— Como desees, si llegas a cambiar de decisión, estaré aquí, esperándote con los brazos abiertos. 

[...]

Caminamos durante una hora, ya que mi casa estaba muy lejos de aquel puente. Eran las dos de la madrugada ya, por lo que la señora Lee debería estar durmiendo al igual que mi hermano, así que no sabía quién era la persona que se encontraba recargada en la puerta de mi casa.

— ¿JungKook? —fue lo primero que salió de la boca de TaeHyung, tragué en seco.

— ¡Amor! —dijo, inmediatamente después me di cuenta que estaba totalmente ebrio, lo que fue aún peor.

— ¿Amor? —dijo TaeHyung mientras volteaba a verme con miedo— ¿Ustedes...?

— Está ebrio, debe estar confundiéndome. —dije tratando de ser lo más borde posible. TaeHyung pareció estar de acuerdo con lo que dije y asintió.

—JungKook se acercó a mi y me rodeo con sus fuertes brazos— Realmente te extraño...

TaeHyung tomó a JungKook de la cintura para después pasar su brazo por encima de sus hombros.

— Entra, yo me haré cargo de este niño. —intenté sonreír.

— Gracias, por favor ten cuidado al volver a casa. —me guiñó un ojo mientras se alejaba poco a poco de donde estaba. En cuanto vi que se daba la vuelta, entre a mi casa. 

JungKook no había dicho que me extrañaba, claro que no. No puede extrañarme por que no siente algo más que lástima por mi. Y yo no siento algo más que rencor y pena por él. Las cosas deben quedarse como ahora: él debe permanecer lejos de mi vida, y yo debo continuar como si no lo conociese, como si nunca hubiese pasado algo entre los dos, como si nunca me hubiera enamorado de él. 

[...]

Solo logré dormir 2 horas, me la pasé lamentándome por mi conducta con Jackson y EunJi, intenté contactar con Jackson más de 20 veces, y como esperaba, rechazó cada una de mis llamadas, al igual que EunJi. En cuanto salí de mi cuarto, vi como la señora Lee se despedía de su hijo con un beso en la mejilla (que llegó a darme cierto asco) y un abrazo. Rodé los ojos y bajé los escalones con demasiada pereza.

— ¡Milagro! ¿La dulce bella durmiente desea desayunar? ¿O prefiere largarse de nuevo con sus amigotes? 

— Prefiero que cierres la boca, me das dolor de cabeza. Además, la que debería largarse es otra, ¿No crees?

— A mi no me hablas de esa manera.

— ¿Ah no? —me paré frente a ella y sonreí— Adivina quién se largará de esta casa para siempre. ¡Así es! ¡Tú! —pasó junto a mí y me empujó con su hombro.

— Tengo tanto derecho como tú de estar bajo este gran techo.

— ¿Una asesina merece tener esta clase de techos? ¿Comidas con grandes empresarios? ¿Dinero que desparramar en vestidos estúpidos y joyas que nunca usará? Vaya, quisiera convertirme en una asesina al igual que tú, sabiendo que me premiaran por matar a personas, ¿No lo crees?

— ¿Tienes como probar que; según tú, maté a tu padre? 

— Oh, no lo sé. ¿Tú que opinas? 

— Opino que todo lo que dices son estupideces.

— Te aseguro que en todo caso, no tan estúpidas como tú. —dije mientras le guiñaba e iba a la cocina. 

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© Rain; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora