c a t o r c e

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Salí a caminar un poco, estaba cansada de oír a la señora Lee y a WooHyun hablar de cosas superficiales. Dejé mi cabello suelto, para qué cubriera mis ojeras y evitar que alguien me reconociera, mi cabello no era tan largo, pero ayudaba en algo. Dejé mis cigarrillos en casa y fui a observar el tan hermoso paisaje de los carros pasando a una gran velocidad a lado mío.

— ¿Estás pensando en tirarte hacia los autos? ¿Tan patética eres? —sonreí divertida.

— No todos somos tan idiotas y sentimentales como tú. —dije mientras continuaba caminando.

— Al menos no me la paso gritando en fiestas que necesito de unos estúpidos cigarrillos para sentirme bien conmigo. —pude ver sobre mi hombro como alzaba sus hombros.

Golpe bajo.

— Al menos no me acuesto con medio mundo para sentir algo de cariño, y no sentirme sola. —alcé mis hombros.

— Eres más patética realmente. Queriendo dar lástima a unas 100 p—

— ¿Admites que es verdad, y qué eres patético? —se quedó en silencio— Ugh, que asco tu vida chico.

Entré a la misma librería de la otra vez, y busqué un título en específico.

— Oye, aquí no es lugar para fumar.

— Cierra la boca Jeon. —rió divertido.

— Bienvenida, ¿Buscabas algún libro en especial?

— Si, "Maquinas mortales", de Philib Reeve.

— Lo siento, no tenemos más ejemplares de Philib. En su lugar, te puedo of—

— No, gracias. Vengo a comprar únicamente ese, buscaré en otra librería.

— Te prestaré el que tengo.

— No, tranquilo. Buscaré en otra librería.

— Pasaré a dejarlo a tu casa cerca de las 8. Está en mi casa, así que, no te lo puedo dar en estos momentos. 

— Oww, que tierno. Pero si fuera tú, no se lo prestaría. Una drogadicta como ella no lo aprovechará. 

— ¿Intentas recuperar la dignidad que perdiste hace apenas unos minutos? Pobre chico.

— ¿De qué hablan?

— Vete a la mierda. —dijo JungKook, para después salir de la librería hecho una furia. Le resté importancia.

— Ignóralo. En fin, puedo esperarte, no tengo nada qué hacer realmente. 

— ¿Estás segura? No quiero ser una molestia.

— No lo eres realmente. 

[...]

Ya había obscurecido para cuando regresé a casa, fuera de esta, había una patrulla. No era de extrañar, hacían algunos recorridos por la ciudad a estas horas. Lo que me sorprendió por completo, fue ver cómo la señora Lee husmeaba en mi habitación, exactamente, en el cajón donde escondía los cigarrillos. En cuanto la vi, la jalé hacia mí y la tiré.

— ¿¡Quién mierda se cree para tocar mis cosas?!

— ¿Lo ve? ¡Está loca! —tenía unos moretones en los brazos y en el rostro. En cuanto voltee, vi a un oficial y el abogado que tenía mi difunto padre. El oficial, en cuanto me vio, me apuntó y me ordenó poner las manos en alto. Mascullé y alce los brazos, luego la señora Lee se puso de pie "difícilmente".

— Lee Suni, está usted detenida por maltrato intrafamiliar y distribución de drogas. —la señora Lee sonrió victoriosa.

— ¿Distribución de drogas? ¿Maltrato? ¿De qué mierda habla?

—la señora Lee sacó una mochila con algunas drogas— ¿Cuanto tiempo pensabas ocultarlo hija? 

— ¡Eso no es mío! ¡Abogado Kim! ¡Usted sabe que no soy capaz de consumir ni distribuir esas sustancias!

— Golpeas a tu madre, Suni. No sé que creer de ti. 

El oficial me esposó y yo me quedé perpleja. La señora Lee sonreía divertida.

— Tienes derecho a guardar silencio. —Dijo mientras me llevaba a la patrulla.

— ¡Mi hermana no es capaz de algo así! —gritaron.

¿Hermana? ¿Había escuchado bien?

— ¡WooHyun! ¡No dejes que te intimide! ¡No le hagan caso! ¡A él también lo tiene amenazado!

— Ella no me está intimidando —dijo mientras entraba a casa—. Lo que hay en esa mochila ni siquiera es droga, o alguna otra sustancia peligrosa, la cara de mi madre está maquillada —dijo mientras subía los escalones hacia donde estábamos— y ese oficial ni siquiera es un verdadero oficial, sino un amigo de mi madre al cuál le pagó para hacer esto. Y sabrías lo último si al menos fueras a las reuniones a las que vamos mi madre y yo.

¿Ese mocoso estaba ayudándome? El oficial intentó tirarme por las escaleras, pero me hice a un lado y fue el quién tropezó, pero logró sostenerse.

— Y también sé, que la intentas correr de alguna manera u otra. Pues lamento informarte madre, que ella tiene todo el derecho de recibir un 40% del dinero y la empresa de mi padre. 

— ¡Carajo WooHyun! ¡Me estás dando dolor de cabeza! ¿A qué viene todo esto!

—suspiró— Luego te explico, de mientras, vayámonos.

Salió de casa, y yo solamente lo seguí, mientras intentaba quitarme las esposas. Escuché como la señora Lee gritaba mi nombre furiosa.

Jackson

— Agradece que te conteste Suni. ¿Te vas a disculpar?

— Soy su hermano, WooHyun.

— Suni, no va a funcionar, discúlpate idiota. 

— Hablo enserio, soy WooHyun.

— No me mientas. Si haces esto por lo que te dije en la fiesta, pues no tengo ningún problema, pero debes dejar de fumar, no te va a ayudar en nada que lo sigas haciendo. Nos tienes a nos—

— ¡Joder no soy Suni! ¡Ella está en el hospital y eres al único que conozco de sus amigos!

Me quedé perplejo.

— ¿Q-qué ella qué?

— ¡Lo que escuchaste! ¡¿Vendrás o llamo a alguien más?!

— ¡Claro que iré idiota! ¡No grites! ¿¡En qué hospital está?!



© Rain; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora