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Trataba de prestar atención a lo que hacía, pero como era de esperarse, no lo conseguí y regué el agua por la mesa y piso, así que tuve que limpiar mi desastre. Después de limpiar, tomé la pastilla acompañada de un poco de agua —solo la que si había entrado al vaso—, para después dirigirme de nuevo a mi habitación.

No recuerdo haber bebido nada de alcohol la noche anterior, así que ¿Por qué me dolía la cabeza? Bufé cuando "Bang Bang Bang" de Big Bang se escuchó por toda la habitación, indicándome que era Jackson, tomé el teléfono y deslicé mi dedo por la pantalla para contestar.

— ¿Qué? 

— ¡¿Fuiste tu quién me pintó la cara?!

— No grites imbécil...

— ¿¡Tienes resaca?! —suspiré y me dejé caer a mi cama.

— No, simplemente no grites estúpido. 

— Bueno, a lo que marqué, ¿¡Tú fuiste?!

— Algo debía hacer, después de todo me tomé la molestia de dejarte en casa. 

—suspiró— ¿Te fuiste en taxi?

— Caminando. Da igual, ¿Cómo fuiste capaz de despertarte a las siete de la mañana?

— Me caí de el sofá. Mínimo en mi cama me hubieras dejado, o me hubieras dado una manta, vete tu a saber que.

—reí— Te fui a dejar a casa, ¿Y a pesar de ello te quejas? Debí haberte dejado en el karaoke con JungKook.

— Hablando de él, noté que te observaba mucho. —suspiré.

— Así que también tú lo notaste. Creí que había sido imaginación mía —cerré los ojos y cambié de tema—, TaeHyung me dijo que quería algo serio conmigo.

— ¿Has aceptado?

— ¿Tu que crees?

— Pobre chico, pero supongo no le destrozaste el corazón como al que se te declaro la última vez —reí.

— ¡Nam Suni! —bufé al oír la voz de mi madrastra.

— Espera —dije mientras me ponía de pie y salía de la habitación, despegué el teléfono de mi oreja y cubrí el micrófono de este—. ¿Se te ofrece algo?

— ¿¡Se puede saber por que no fuiste a la reunión?!

— ¿Por que no quise? —respondí con una pregunta obvia, ella alzó la mano— Anda, pégame —dije retándola—, vas a irte directo a la mierda cuando realice la denuncia. 

— Eres una... Estúpida.

— Oh, ¿Eso crees? Woah —me apoyé en el marco de la puerta— No fui yo quién mató a su marido para quedarse con su fortuna, y finalmente, terminé gastándome casi todo en pagar a la policía por su silencio y eliminar cualquier evidencia de lo que hice —entonces me propinó una cachetada, sonreí—. ¿Tanto te molesta que te digan tus verdades?

— ¡Largo de mi casa!

— ¿Tu casa? —ladee la cabeza— ¿Segura que es tu casa del todo? —dije mientras entraba a mi cuarto y cerraba la puerta en su cara— Volví. —dije mientras pegaba el teléfono a mi oreja, ni siquiera pregunté si había oído algo.

— ¿Fue capaz de golpearte? —suspiré.

— Mucha fuerza tuviera. —chasquee la lengua. 

— Odio que esa... Señora, se atreva a tocarte. —sonreí.

— Da igual. —me acerqué a mi escritorio y abrí uno de los cajones, en busca de mis audífonos, cuando vi la cajetilla de cigarrillos a lado de estos. Iba a tomarlos, pero detuve mi mano cuando estaba a solo centímetros de esta. Sentía mi brazo temblar, siempre había pensado en las consecuencias de volver a tomar uno, el volver a fumar sin medirme, sin pensar en lo mucho que Jackson se decepcionaría de mí. Sacudí mi cabello, tomé los audífonos y un cigarro rápidamente, cerré el cajón con fuerza y me senté en la orilla de la cama mientras jugaba con el cigarro, aún meditando si lo que haría a continuación era lo mejor para calmar la gran ira que sentía.

© Rain; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora