[08] 6° año

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Jungkook no entendía la necesidad de hacer una fiesta de gala tras la graduación. Sinceramente, ¿a qué niño de 12 años podía gustarle usar un traje? A él no al menos, así que se sintió ofuscado mientras su madre lo ayudaba a acomodar su corbata. El mayor problema, dejando de lado el usar un estúpido traje formal, era la fiesta. Él odiaba las fiestas. Bien, él ni siquiera había asistido a una fiesta en su vida, pero cualquier cosa que lo alejara de su cuarto y consola debía considerarse una abominación. Además, él no se llevaba bien con sus compañeros, por lo que no entendía por qué debía de asistir. No quería bailar con ellos, no quería compartir con ellos, definitivamente no podía divertirse con ellos. Así que cuando el momento del baile comenzó y todos llenaron la pista, él fue el primero en escabullirse hacia el pasillo. Sólo quería que la fiesta acabara luego para que su padre viniera por él. Se sentó en una de las bancas y sacó su celular del bolsillo, comenzando a jugar, al menos así aprovecharía el tiempo.

Jimin caminó apresurado a través de sus compañeros que bailaban, buscando a Jungkook, y se vio en la obligación de rechazar amablemente las invitaciones a bailar que recibía en el camino. Suspiró, apunto de darse por vencido, y una pizca de esperanza lo iluminó en cuanto sus ojos se posaron en la entrada. ¿Jungkook había salido? La respuesta llegó a él poco después.

Sonrió tontamente, como casi siempre hacía cuando le espiaba desde la distancia, y caminó silenciosamente hasta él para tomar el sitio a su lado, provocando que el contrario gruñera con molestia; no necesitaba ser un genio para saber quién había llegado a acabar con su tranquilidad.

―¿Sabes, Jungkookie? ―Comenzó. ―Es nuestro último día juntos, sería bueno que compartieras con nosotros un rato ―El menor ni se inmutó. ―¿Acaso no te pone triste que no nos veamos más?

―Iremos a la misma secundaria, idiota ―Chasqueó con la lengua, sin despegar su mirada de su celular.

―Pero, ¿qué pasa si no somos compañeros, Kookie? Eso sería horrible, ¿no crees? Así que tenemos que aprovechar nuestro tiempo juntos ―Jungkook continuó jugando. ―Además ―Carraspeó, exigiendo su atención, sin obtener resultado. ―Pasaremos todas las vacaciones sin vernos, ¿eso no te pone triste?

―No ―Tan cortante como siempre.

―Jungkookie... ―Lo llamó con su tono caprichoso de voz. ―Sólo baila un rato conmigo, ¿sí? Prometo dejarte en paz por el resto de la noche ―Prometió.

―¿Lo dices en serio? ¿De verdad me dejarás solo después? ―Jimin asintió rápidamente, Jungkook suspiró y guardó su teléfono en su bolsillo. ―De acuerdo, pero más te vale que...

―¡Sí, sí, lo que sea! ―Y sin esperar más, tomó su mano para arrastrarlo de regreso al baile.

Jungkook casi sintió su cabeza dar vueltas cuando atravesó la puerta y la música en el interior sonó como un estallido. Todos ahí adentro parecían divertirse y él se sintió repentinamente tímido a medida que Jimin lo guiaba hasta la pista.

―Jimin ―Se detuvo, provocando que el contrario también lo hiciera. ―¿De verdad vamos a bailar?

―Por supuesto

―Pero somos dos chicos, esto es extraño ―Una mueca estaba formada en sus labios.

―No lo es ―Sonrió, intentando tranquilizarlo. ―¿No hemos bailado muchas veces juntos en el club? Es casi lo mismo ―Jungkook miró a sus compañeros, quienes bailaban con euforia sin seguir siquiera un ritmo. ―¿Ves? Ni siquiera tienes que saber bailar, se trata de divertirse

Sí, como sea, él seguía temiendo que el resto se divirtiera a costa de su humillación personal. ¿Y qué si terminaba haciendo el ridículo y todos se reían?

¿Me odias? [Jikook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora