Capítulo 4

3.3K 272 54
                                    

"-No me olvides nunca Bonnie.

-No lo haré."

Es lo último que oigo en sueños antes de que un olor a huevos fritos y salchichas me despierte. Miro la hora. ¡Las 2 de la tarde! No recuerdo cuando fue la última vez que me desperté a esa hora.

Me levanto y voy a la cocina, me encuentro a Marceline haciendo la comida.

-Buenos días princesa -dice al verme.

-¿Qué… qué haces cocinando? -sigo medio dormida y me froto los ojos.

-Bueno, me he despertado en una casa que no conozco y supuse que sería la tuya. No te ofendas, pero es todo muy rosa. Y también he supuesto que ayer acabé bastante mal ya que no me acuerdo de que me hubieses traído hasta aquí, así que fui a tu habitación, vi que seguías dormida y decidí hacer la comida para agradecerte por todo -sonríe.

Me sonrojo. Cuando quiere Marceline puede ser super dulce.

-Eso huele muy rico -me acerco a la mesa.

-Sí, ya está casi listo -pone vasos en la mesa.

Ha hecho una ensalada, mientras saca los huevos del aceite yo voy al frigorífico y saco el batido de fresa, me sirvo un vaso y espero a que Marceline se siente.

-¿Bebes eso? -me pregunta levantando una ceja.

-Sí, ¿quieres? Está dulce -sonrío mientras le ofrezco.

-No gracias -ríe un poco.

Me encojo de hombros.

-Más para mí, ¡que aprovecheeee!

Empiezo a comer, está todo muy rico. La verdad no me esperaba que cocinase.

-Bonnie yo…

Levanto la cabeza sorprendida.

-¿Dijiste Bonnie?

-Sí, sí, pero si no quieres te llamo Bonnibel -dice sonriendo nerviosa.

-N-no, Bonnie está bien, sólo me sorprendió que no me llamases princesita o algo así -río- y ¿qué querías decirme?

-Sólo quería disculparme si anoche hice algo raro.

-Ah no, no pasa nada, sólo te pusiste a llorar, pero son efectos del alcohol, tranquila -sonrío.

"Y bueno… me besaste" -pienso.

-¿Que me puse a llorar? Qué raro, no me suele pasar… ¿qué hice antes? ¿Dije alguna cosa?

Trago saliva, no sé qué decirle.

-Tú… miraste una foto de cuando era pequeña.

Se está empezando a poner nerviosa, algo sabe.

-También decías mi nombre sin parar.

-Pues no sé la verdad, no entiendo por qué lo hice.

No me lo creo, sé que sabe más de lo que dice pero no pregunto.

-Oye, si planeas ser famosa o algo de eso no deberías de dar esa imagen de borracha, no es muy favorecedor que se diga – cambio de tema para que no se sienta incómoda.

-Eh, son ellos los que me invitan, no puedo rechazarlos, sería de mala educación – pone esa media sonrisa tan suya y sonrío poniendo los ojos en blanco, dándola por imposible.

Terminamos de comer.

-Bueno, creo que debería irme ya, gracias por todo -sonríe y se gira para salir por la puerta, pero la paro.

-Te olvidas la chaqueta - voy al salón y la cojo llevándosela a la puerta.

Me da las gracias y se va. Estaba rara, no se comportaba como ayer, aunque el detalle de la comida me gustó mucho.

Me siento en el sofá y veo un papel con números en la mesa, parece un número de teléfono, no será… empiezo a marcar y al segundo beep lo cogen.

-Hey princesita ¿ya me echas de menos? -se escucha una voz femenina y una risa a continuación- Sigo aquí, si tanto me necesitas vuelvo a subir.

Lo dice con un tono divertido. Volteo los ojos.

-Supuse que sería tuyo, bueno, ya hablamos en otro momento -cuelgo y sonrío. Con menudo elemento me he ido a topar.

Domingo por la mañana, llevamos un par de semanas hablando por whatsapp, de vez en cuando me llama y nos pasamos horas hablando. No recuerdo que nunca me haya divertido tanto hablando con alguien. Me apetece verla de nuevo.

-Oye Marcie, ¿te apetece quedar hoy a la tarde?

-Lo siento, no puedo, he quedado a cenar con una amiga -tiene un timbre triste en la voz.

-Oh… así que una amiga…

-¿Ocurre algo Bonnie? Te noto algo molesta.

"Oh no, se dio cuenta." -pienso.

-No, no pasa nada tranquila.

-¿Seguro?

-Sí… bueno ya hablamos más tarde. Adiós. -cuelgo antes de que pueda decirme nada y suspiro.

Realmente me ha molestado, lleva diciendo días que me quiere ver de nuevo y cuando le digo de vernos ha quedado con otra "amiga". Grmpf…

Suena el móvil y salgo corriendo esperando que fuese Marceline.

-¿Hola? - digo sonriendo.

-Hey Bonnibel, soy Finn.

-Oh… hola Finn.

-No parece que te alegres mucho de oírme ¿esperabas otra llamada?

-No tranquilo, ¿qué es de tu vida?

-Pues me gustaría que hoy vinieses a cenar conmigo, te quiero presentar a alguien.

-Uy pillin -me río- de acuerdo.

Me despido de él y me preparo para salir, en el rato que espero a Finn me pongo a pensar en Marceline y empiezo a despotricar.

-Maldita sea -mascullo entre dientes.

Me he enfadado mucho, para empezar ¿Qué amiga es esa? ¿De qué se conocen? Intento dejar de pensar en eso pero no puedo, mi cabeza me lleva una y otra vez a ello.

Al fin llega el timbrazo al telefonillo que me salva de mis pensamientos y bajo. Veo a Finn apoyado en un coche esperando y al verme viene hacia mí y me da un abrazo, ha crecido mucho desde que no le veo, ahora me saca una cabeza.

-¿Qué tiempo hace ahí arriba? -bromeo y le revuelvo su rubio pelo.

-¡Ouch! Supongo que ojo por ojo - ríe y nos montamos en su coche.

-Ya era hora de la venganza, tú no parabas de decírmelo a mi cuando aún eras un enano.

-¡Pero si siempre te metías conmigo por eso! -finge enfado mientras conduce.

En unos pocos minutos llegamos a un edificio alto y nos bajamos.

-Así que aquí vives tú - digo mientras miro el suelo alejarse a través de los cristales del ascensor.

-Sí, aunque tu lujoso piso no tiene nada que envidiarle.

Para el ascensor y salimos.

-Cielo ya hemos llegado - dice abriendo la puerta.

Al entrar oigo a dos personas reírse.

-Debe de ser que no me oyeron. Venga, pasa. No mordemos.

Entro al salón y cuál es mi sorpresa cuando al lado de una pelirroja de ojos negros veo sentada a una chica con chupa de cuero riéndose con ella.

-¿Marceline? - digo completamente extrañada.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. La historia sí.

¿Recuerdas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora