Capítulo 9

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Son las 2:35 de la mañana. Desde que Marceline entró en mi vida no soy capaz de dormirme antes de las 2, y es precisamente por culpa de Marceline por lo que esta noche no soy capaz de pegar ojo.

Hace una semana y media que la vi por última vez en la puerta de los cines, y desde entonces no he vuelto a hablar con ella. El problema es que no puedo dejar de pensar en ella porque absolutamente todo lo que hay en mi casa me recuerda a Marceline. ¡Incluso mi maldita almohada tiene su olor! Es horrible, la echo de menos, me levanto pensando que ella va a estar a mi lado y no es así.

He vuelto a tener esos sueños en los que una persona me pide que no le olvide y ahora sé que esa persona no es otra que ella. Me despierto abrazada a la almohada.

Realmente no quiero admitirlo pero cada vez me acuerdo de más cosas, y cuantas más cosas recuerdo me voy dando cuenta de que siento por Marcie cosas que no tendría que sentir.

Al sexto día de la tercera semana de haber visto a Marceline, día para el cual yo ya estoy atacada, me llega un mensaje de ella en el que me dice que se tiene que ir de la ciudad, que su tío está enfermo. En el momento en el que leo esas palabras siento cómo el mundo se desmorona ante mis ojos. No puede ser, la voy a perder y todo por mi culpa.

Le pregunto cuándo y desde dónde se va a lo que ella responde que se va hoy por la tarde, que su avión sale a las 7.

Veo la única oportunidad que me queda para recuperarla casi escurriéndose entre mis dedos. Tengo que ir a ese aeropuerto y decirle lo que siento. Quedan 3 horas, no tengo coche y el aeropuerto queda a hora y media sin atascos. Así que agarro el bolso, llamo a un taxi y prácticamente sin peinar salgo por la puerta hacia la aventura más arriesgada de mi vida.

El universo me quiere castigar… el taxi tardó 20 minutos en llegar y hemos pillado atasco de otros 20 minutos, voy corriendo por entre la gente hacia la puerta de embarque en la que tiene que estar Marceline.

La busco entre los asientos, gente dormitando, gente leyendo, gente charlando amistosamente, y entre todas ellas una chica solitaria tocando su bajo. Me paro un momento a observarle y verla ahí sentada me hace sonreír.

Como si sintiese que la estoy mirando Marcie levanta la cabeza y su mirada llena de asombro se cruza con la mía. Se levanta con duda y se acerca a mí.

-¿Qué haces aquí? – dice intentando ocultar su media sonrisa.

-Yo… he venido a decirte una cosa… - miro al suelo apurada por lo que está por salir entre mis labios – Marceline yo… yo…

En ese momento siento que sus brazos me rodean, infundiéndome tranquilidad al instante, como si fuese el sitio al que pertenezco y que llevaba buscando mucho tiempo.

Apoyo mi mejilla en su hombro y consigo que mis palabras tomen forma.

-Marcie, yo te recuerdo… - levanto la cabeza y mirándole a los ojos me confieso - y también he recordado que… que te quiero.

Las lágrimas amenazan con desbordarse de sus ojos y ya no puedo parar de hablar.

-No quiero que te marches, no sé cómo me pude olvidar de ti, pero ya no más, te he echado mucho de menos todo el tiempo que has estado lejos de mí, siempre supe que me faltaba algo antes de que volvieras a mi vida y ahora… ahora… - las lágrimas frenan mis palabras y mi respiración se vuelve irregular.

Miro a Marceline acercarse, pero para de golpe y veo la duda en sus ojos, a yo cual yo, desesperada por tenerla cerca de mí, levanto la cara y junto nuestros labios en un beso con sabor a lágrimas.

-Ya me iba a dar por vencida… - dice apoyando su frente en la mía.

-Pensar en que no te iba a volver a ver me dio la voluntad necesaria para hacer esto… no podría soportar perderte de nuevo.

-¿Sabes que me voy solamente una semana no?

Ante mi cara de perplejidad Marcie suelta una pequeña carcajada, ese sonido me hace sonreír como una niña ya que cuando Marceline es así mi vida se ilumina.

-Bueno princesa, mi vuelo va a salir, nos vemos dentro de una semana.

Y ya, sin rastro alguno de duda, me da un ligero beso que sabe a promesas y se aleja con su bajo hacia la puerta de embarque, dejándome sola de nuevo… pero no tan sola.

Disclaimer: Los personajes no me pertenecen. La historia sí.

¿Recuerdas?Where stories live. Discover now