Capítulo 5

3.1K 278 41
                                    

Se gira y al verme pone la misma expresión que yo en la cara.

-¿Bonnie? ¿Qué haces aquí? - se acerca y me da un abrazo.

Yo no sé qué hacer, estoy en estado de shock, hace un minuto estaba enfadada con ella y ahora todo se ha desmoronado en cuanto la he visto.

-Yo... Finn me invitó. La pregunta es ¿Qué haces tú aquí?

Finn aparece por detrás mío y observa la escena.

-Así que os conocéis, ¡vaya! El mundo realmente es un pañuelo. A esa pregunta te puedo responder yo. - Agarra a la chica que no conozco de la mano.- Gracias a Marceline conocí a Flame.

Después de este desconcertante encuentro, y hechas las presentaciones, nos sentamos a la mesa.

Finn me cuenta que conoce a Marceline de hace un par de años en una discoteca, cuando el grupo de Marceline estaba empezando, y que un día iba por la calle y se encontró con ella y con Flame. Ella le gustó a primera vista, pero le costó conquistarla, sobre todo por culpa de su padre, que se negaba a que su niña saliese con él.

-Pero sabiendo cómo eres no te diste por vencido y al final lo conseguiste. -digo metiéndome una patata frita en la boca.

-Sí -dice Flame sonriendo- ¿Y cómo es que vosotras os conocéis?

-Bueno, hace unas semanas coincidimos en un chat de internet y aquí la amiga me encontró con solo decirle mi nombre -sigo un poco molesta, pero más que con ella conmigo ¿Por qué me ha dado este ataque tonto de celos?

-Fue cuestión de suerte, parece que el destino nos quiera juntar si o si. Piénsalo, si no te hubiese conocido por el chat igualmente lo habría hecho hoy aquí. -nos mira a Finn y a mi.- ¿Y vosotros dos? ¿Cuál es vuestra historia?

-¿La verdad? -miro a Finn y se ríe.

-Mi padre quería juntarnos. Aunque Finn sea más pequeño, a mi padre siempre le gustó y él estaba hasta los huesos por mí -me río un poco y le pincho con el dedo varias veces provocando que se riese.

-Nunca conseguí nada, aquí la señorita siempre pensó que era un canijo.

-Oye Finn, ¿sabes algo de tu hermano? Desde que se casó con Raini no sé nada de él.

-Justamente Jake me llamó el otro día, y adivina qué ¡Raini se quedó embarazada!

-¡Qué bien! Me alegro mucho por ambos, esos dos llevan juntos desde que iban al instituto, serán unos padres geniales.

La conversación siguió durante toda la cena y cuando nos dimos cuenta ya eran las 3 de la mañana.

-Es tardísimo - digo mirando el reloj.

-Tienes razón, ¿te llevo a casa? - Finn me mira con una sonrisa.

-No, ya la llevo yo, no salgas de casa en vano - dice de repente Marceline.

-Ninguno me va a llevar - tengo un tono de reproche en la voz. - Puedo coger perfectamente un taxi.

Marceline se niega rotundamente e insiste en que es demasiado tarde, que no piensa dejarme ir sola. Me agrada mucho ese detalle y al final acepto.

-Bueno Finn, a ver si nos vemos pronto, me alegro mucho por los dos, buenas noches - me despido y salgo por la puerta con Marceline, no sé qué decir y ella tampoco dice nada.

-Qué casualidad que nos hayamos encontrado ¿verdad? - comento para romper el hielo.

De repente me mira con su media sonrisa y levanta una ceja.

-No me digas... ¡QUE TU SABÍAS QUE IBA A ESTAR AQUÍ! - la miro con los ojos muy abiertos mientras ella se empieza a reír a carcajadas.

-¿Tan convincente fue mi cara de sorpresa? - sigue riendo.

Pongo mi mejor cara de indignación, me cruzo de brazos y le doy la espalda mirando la calle acercarse mientras bajamos por el ascensor. En verdad no me he enfadado sólo que he estado molesta durante toda la tarde por el rechazo de Marceline y ahora me entero de que ella sabía desde el principio que nos íbamos a ver, maldita tonta... grmpf.

Pone sus manos en mis hombros y noto su cálido aliento en mi oído.

-Vamos no te enfurruñes, sabes que te ha encantado verme.

Su voz tiene un tono que hace que me estremezca y se me pongan los pelos de punta.

-M-Marceline no hagas eso - me giro y miro a la chica con un gesto molesto y un claro rubor en mi cara.

-Me encanta ponerte nerviosa - dice soltando una risita.

Suspiro.

-Eres una niña grande.

Llegamos abajo y nos montamos en la moto, otra vez me agarro muy fuerte a ella, no acabo de acostumbrarme a la sensación de velocidad.

Cuando llegamos me deja a unos 30 metros de mi portal, mi calle sólo tiene una dirección y se hubiese metido por dirección contraria.

-Gracias por traerme, avísame cuando llegues a casa.

-Tranquila princesa, no creo que me pase nada, buenas noches - me da un beso en la mejilla y arranca la moto alejándose.

"Estúpida..." pienso sonriendo y me voy andando hacia mi edificio a la escasa luz de las farolas.

La calle está desierta a estas horas y no se oye nada. Cuando paso por delante del callejón donde están los cubos de basura de mi edificio, y ya me quedan escasos metros para llegar a la puerta, una gran mano me agarra y me introduce en la oscuridad del callejón. En un primer momento no entiendo lo que ha pasado pero cuando noto unas manos aprisionando mis muñecas y unos labios babosos en el cuello entro en estado de pánico.

Empiezo a revolverme contra el extraño pero me estampa contra la pared. Grito pidiendo auxilio mientras el hombre desgarra mi blusa, me agarra ambos pechos haciéndome daño. Empiezo a darle en la espalda con mis puños aunque él ni se inmuta. Las lágrimas caen por mis mejillas, sigo gritando presa del pánico, ya no sé qué grito sólo sé que quiero que alguien venga y me salve de este bruto borracho.

De repente se separa y lo oigo mascullar un sonido de dolor. Me tiemblan tanto las rodillas que caigo al suelo aún llorando sin saber qué ocurre. Al mirar a la boca de la callejuela veo la silueta de alguien corriendo hacia el hombre que estaba tirado en el suelo y le da una patada en el estomago antes de que pudiese levantarse. Oigo un fuerte "hijo de puta" entre la maraña de sonidos y palabrotas que hay. Veo la escena como si no estuviese allí. Sigo llorando en el suelo mientras la otra persona misteriosa continúa dando patadas al bulto del suelo.

Cuando el hombre deja de moverse y cae inconsciente, el desconocido, mi héroe, se acerca a mí y pasa sus manos por mis mejillas limpiando unas lágrimas que no paran de caer. Sé que me está hablando, pero no llego a comprender y hago un esfuerzo.

-...el! ¡¿Bonnibel me oyes?! ¡Bonnie!

En ese momento reconozco a la persona que tengo delante, veo sus ojos color granate y su pelo largo cayendo a ambos lados de su cara, veía su expresión de preocupación en el rostro. Ella también estaba al borde del pánico al ver que yo no contesto.

-¿Marceline?

Disclaimer: Los personajes no son míos. La historia sí.

¿Recuerdas?Where stories live. Discover now