La mujer más cruel

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Mikasa se despertó temprano como cada sábado. Toda su rutina previamente establecida fue cumplida sin una sola falla. Solo había un detalle que afinar y ese era…

-¿Cómo te fue con Zacharias? -preguntó su madre mientras ponía el plato de frutas frente a Mikasa -¿Cómo se tomó tu renuncia?

Mikasa apenas levantó la vista de su recién servido plato. Ante su silencio, su padre dejó a un lado el periódico que leía estando en la cabecera de la mesa.

-Lo pensé mejor… -comenzó Mikasa -Y decidí no renunciar.

Su padre se la quedó mirando con un gesto interrogante, mientras que Maika se sorprendió.

-Pero, ¿cómo? -exclamó su madre sin quitar su sorpresa -Ya lo habíamos hablado. Tus estudios están primero, además Eren necesitará de tu apoyo…

Mikasa guardó silencio un momento. Las palabras de su madre reafirmaban todos sus cuestionamientos. Una parte de ella sabía que mamá tenía razón, pero desde ayer, había una voz en su interior que ya no podía acallar… como si estuviera a punto de explotar.

-Eren… -murmuró jugando con la fruta en su plato -Eren debió pensar mejor antes de irse a esquiar. Para mí… para mí es importante el concurso, muy importante. Él no pensó en mí… -hizo una pausa -Él nunca piensa en mí.

-Mikasa -interrumpió su madre -Entiendo que estés molesta y si quieres participar de todos modos, está bien -le dijo tomando su antebrazo -Solo… no digas esas cosas de Eren solo porque estás molesta. Eren sí piensa en ti, después de todo, ingresó al grupo de baile por ti. ¿Acaso eso significa nada para ti? Destinó tiempo y esfuerzo por ti, por compartir tus gustos. Ya con eso deberías estar conforme.

Mikasa bajó la vista al plato. Era cierto. Debería conformarse con eso. Eren de verdad sí era generoso… y ella una mal agradecida.

-Bueno -interrumpió el padre bebiendo de su café -Me imagino que buscarán un reemplazo para Eren. Espero que esté a la altura.

-Sí... aunque me cueste admitirlo… es mejor que Eren -agregó en un mascullo.

-¿Mejor que Eren? -preguntó Albert -Me parece bien -tomó su taza de café y bebió un poco restándole importancia a la decisión de su hija -Es bueno… probar otras cosas.

-Pero… -balbuceó Maika -Estabas tan segura, ¿qué te hizo cambiar de opinión?

Mikasa guardó silencio un momento.

-Amo bailar, es lo que más me gusta en la vida. Sé que no es rentable y que, cuando hablamos de dedicarme a ella profesionalmente, ustedes me dieron buenas razones para no hacerlo. Les agradezco eso, de verdad -tomó aire profundo -Pero no quiero dejarlo… No del todo.

Su madre negó suavemente. Pero entendía sus razones.

-Solo no bajes tus calificaciones ni descuides tus estudios… ni a Eren.

Albert miró al techo y soltó una espiración. Adoraba a Eren como si fuese su hijo, también a Armin. Ambos habían sido un gran apoyo para Mikasa, pero también creía que la universidad era el momento de conocer otras personas. Le gustaba que Mikasa compartiera con Sasha, aunque Connie no era de todo su gusto, era un chico decente.

-¿Por qué no nos cuentas de ese chico nuevo? -cambió el tema abruptamente -¿De dónde salió?

-Es un amigo de Connie y Sasha -respondió Mikasa rápidamente -También es mi compañero de clase.

-Eso es muy bueno -exclamó la madre -Compatibilizarán sus tiempos a la perfección. ¿Es un buen estudiante?

-La verdad es que sí. Es bastante bueno…

PerfectaWo Geschichten leben. Entdecke jetzt