Desde Cero

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-Debiste aceptar mi propuesta -dijo Sasha sacando varias cosas de las bolsas de las compras -Siempre hemos celebrado tus cumpleaños en mi casa.

Mikasa le dirigió una mirada dulce mientras ponía el mantel sobre la mesa que había corrido hacia la pared para dejar sobre ella las bebidas, vasos y algunas cosas para comer.

-Creo que ya ha sido suficiente de aprovecharme de tu buena voluntad y tu inmenso e imperecedero amor por mí -bromeó Mikasa.

Sasha le devolvió la sonrisa. Las mejores amigas siempre serían las mejores compañeras y apoyo. Connie pegaba algunos globos en las paredes para alegrar el ambiente, aunque la música ya sonaba ad hoc. Mikasa miró al reloj, faltaban pocos minutos para que comenzaran a llegar las invitados.

La puerta se abrió y Jean pasó directo a la habitación a dejar su bolso, no sin saludar a sus amigos y su novia.

-¿Me alcanzo a dar una ducha? -preguntó desde la habitación mientras Mikasa terminaba de colocar tiestos con comida.

-Sí, amor.

Sasha y Connie se miraron cómplices. Finalmente todo tomaba el rumbo que siempre debió. Ese rumbo que Sasha le habló tantas veces a Connie cuando ella, Mikasa y Jean conformaron aquel grupo de amigos en el primer año. Ella siempre supo que eran el uno para la otra, y Connie al comenzar a conocer a ambos coincidió. Sin duda los astros se alinearon finalmente a su favor.

Pasados unos diez minutos, la voz de Jean volvió a escucharse del fondo del apartamento.

-Princesa, ¿puedes venir un segundo?

Mikasa fue hasta la habitación, no sin que Connie le gritara a Jean que ya estaba grande para que el entalcaran el culo. Jean ya estaba vestido cuando Mikasa ingresó, él le indicó que se sentara junto a él en la cama.

-¿Qué pasa? ¿Aun estás complicado porque invité a Eren?

Jean negó con seguridad. No era eso.

-No. No es eso. Quería preguntarte más tarde, pero tengo poco tiempo.

-¡No me digas que tienes una enfermedad terminal! -exclamó Mikasa histriónica.

-¿Qué? ¡Pero qué ideas tienes! Debes dejar de ver esas novelad turcas. Te atrofian el cerebro.

-Esos son los medicamentos -aclaró Mikasa de buen humor -¿Y bien? ¿Qué es eso que no puede esperar?

Jean hizo una pausa.

-¿Puedo ocupar la bodega con algunas cosas? -preguntó el muchacho y Mikasa ladeó la cabeza con curiosidad -Pasó lo que temía que pasara -nuevamente una pausa -Hace tiempo que una empresa constructora estaba en conversaciones con los propietarios del edificio. Quieren hacer un complejo de dos torres de más de veinte pisos -Mikasa abrió sus ojos muy grande -Tengo un mes para desalojar y buscar otra cosa.

Mikasa asintió lentamente:

-Puedes ocupar la bodega, claro. Son un par de muebles solamente, ¿cierto? -Jean asintió -Me gusta el escritorio, creo que nos hace falta uno en la habitación de visitas. Podrías quedarte estudiando hasta tarde, abrir la ventana y fumar a gusto.

-Tranquila. No creo que tarde mucho en encontrar algo.

-¿En pleno invierno? Todos los arriendos temporales ya están tomados por estudiantes -dijo Mikasa pensativa.

-Puedo subarrendar una habitación a otra persona -respondió Jean despreocupado.

-¿Tú? ¿Viviendo con alguien? ¿Con lo puerco y desordenado que eres? Enloquecerías a cualquiera -dijo Mikasa algo severa -Será una tortura para quien viva contigo.

PerfectaWhere stories live. Discover now