Capítulo 14

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Había transcurrido una semana. Marinette no hablaba con nadie y si lo hacía con sus amigas, era durante unos breves minutos. Mantenía toda su concentración en los estudios. Duraba horas en la biblioteca, intentado escapar de la realidad, de su asquerosa realidad. Estaba enamorada de la perra que detestaban sus amigas, la misma que la humillaba a ella, la misma que se comía a su novio en los pasillos y la misma a quien Marinette había tratado de evitar todos estos días.

Ahora que era consciente de sus sentimientos, sentía un gran nerviosismo al verla, como si fuera más torpe de lo estrictamente debido. Sus amigas le preguntaban que sucedía y Marinette prefería mentir o cambiar de tema. Las evitaba, evitaba a todo el mundo, al llegar a su casa iba directo a su habitación para estudiar. (Empollona) Ya no podía diferenciar que día era del otro, el tiempo pasaba sin realmente estar pasando para ella. No podía parar de pensar en el rostro de Chloé y era una mierda.

Estaba caminando por el pasillo, con su mochila colgándole del hombro y jugaba distraídamente con el cierre de su chamarra mientras avanzaba. Así llevaba todos esos días la chica de los ojos celestes. Perdida en su mundo de enamorada. Era estúpido y lo sabía, pero no podía evitar sonreír cómo boba cada vez que recordaba la risa de Chloé o cómo mordía su lengua al sonreír.

- ¡Marineeeette! -canturreó Aurore, colgándose de su brazo derecho, y Alya sujetó el izquierdo.

- ¿De qué va esto? - preguntó, un poco intimidada por las sonrisas pícaras que mostraban sus amigas.

Lila intentaba parecer neutra, pero se reía.

-Tendremos una reunión de chicas - dijo y las tres comenzaron a llevarla a rastras fuera del colegio, por la calle.

- ¿A dónde vamos? Tengo que estudiar, mañana hay clases y... - Marinette intentaba poner vagas excusas, pero sus amigas la ignoraron.

-Marinette, hoy es viernes - dijo Aurore y ella abrió los ojos ¿No era martes o algo así?

-Hoy, hoy será el día en que nos sueltes que sucede - dijo Alya con una voz cargada de veneno.

Marinette comenzó a temblar e intentó soltarse del agarre de sus amigas, ellas prácticamente la cargaron para entrar a la pizzería. Carolina las recibió con alegría y comenzó a reír al ver cómo Marinette intentaba escapar, pero Alya la llevaba hasta la mesa. Los jóvenes de hoy en día eran muy animados.

-Ya, habla -exigió Aurore fulminándola con los ojos, Marinette se encogió en el asiento.

Parecía un interrogatorio, estaban en la mesa: Aurore y Alya estaban sentadas frente a ella con las manos cruzadas, observándola con una intensidad abrasadora. Marinette tragó en seco, Lila sentada junto a ella también la observaba, expectante. Le hizo señas con la mano, para que verbalizara alguna respuesta.

- ¿Qué quieren que diga? -preguntó, haciéndose la desentendida.

Alya golpeó ligeramente su vaso contra la mesa y a atravesó a Marinette con los ojos.

- ¡Habla, ya! Algo te sucede, llevas toda la semana prácticamente fuera de satélite-dijo, acusándola, y Marinette bajó el rostro.

- ¿Te hicieron algo? -preguntó Aurore un poco preocupada, su amiga no había estado muy bien en estos días.

-No ha... sucedido nada, en verdad.

-Vete con esas mentiras a la vecina, porque yo sé que no nos quieres decir- dijo Alya, apartando un mechón de su rostro, la castaña podía ser muy dura cuando quería.

-Podrías contarnos, somos tus amigas -dijo Lila un poco dolida, pero estaba más preocupada por su amiga que por el hecho de que no quisiera decirles la verdad.

Rivales | Chloenette Donde viven las historias. Descúbrelo ahora