Crybaby ♡ daddy kink ! [gaw]

三十七

(Gerard W)

Mire como Annie se sonrojaba y se mordía el interior de sus mejillas tratando de evitarse el sonreír amplia mente. Deslice mi mano derecha lentamente desde el volante hacia su muslo izquierdo, la sentí sobresaltarse al tacto, miro mi mano en su muslo y sonrió en grande. 

-Papi.- Annie dejo de mirar por la ventana y paso a mirarme con esos enormes ojos inocentes.- ¿Cuando regresaras de Nueva York?- Batió sus largas pestañas varias veces al terminar de hablar.

-En unas una semana, a lo mejor unos días más- Mire la mire rápidamente para después regresar mi vista a la carretera.- Te tengo unas sorpresas para que me recuerdes por lo mientras que no estoy aquí contigo.-

-¿Para mi papi?- Pregunto mientras tomaba delicadamente mi brazo y la entrelazaba con su delgada mano.

-Claro que es para ti cariño.- Dije mientras estacionaba el carro frente al lujoso restaurante italiano que había en las afueras de la ciudad, tan solo a unos 10 minutos en carro.

Baje del carro y procedí a abrirle la puerta a Annie, le tendí mi mano para que la tomara, ella la tomo y bajo delicadamente, caminamos hasta la puerta del restaurante y el mismo dueño, amigo mío nos recibió alegremente.

-Mr. Way, un placer de tenerlo aquí después de tanto tiempo.- 

-Tonterías, el placer es mío Celestino- Nos saludamos de abrazo y miro detalladamente a Annie, quien estaba pegada a mi.

-¿Quien es esta *bella signorina?- Annie le tendió la mano y el la beso.

-Ella es Annie Hamilton.- La mire breve mente y sonreí.- Mi hermosa novia.-

Annie se giro su cabeza rápidamente y me miro un poco asombrada, sonrió tratando de ocultarlo pero siendo intentos fracasados.

-El amor fluye en el aire.- Celestino sonrió.- Bien, ya no los interrumpiré mas y los llevaré a su mesa, por aquí por favor.- 

Le tome la mano a Annie y pasamos por todo el restaurante hasta llegar una parte privada en la parte superior de este, en la azotea, reservada solamente para nosotros dos. Nos sentamos en la mesa que estaba frente a la gran vista que había hacía los enormes árboles. 

-¿Así que somos novios?- Pregunto Annie pasando su cabello detrás de su oreja con las mejillas completamente rojas.

-Si, lo somos.- Sonreí al verla sonrojada.- ¿Si no lo fuésemos entonces que seríamos? No me gustaría que fuésemos de esos que solamente follan e ya, que de eso no se trata esto, o bueno, al menos para mi no lo es, además de que eres completamente mía.

Mis palabras salían como si tuviesen prisa de salir de mi boca y sin pensar dos veces, Annie rió un poco y negó con la cabeza. Se acercó a mí lentamente a mi oído y tocó ligeramente mi mano.

-Completamente tuya papi.- La sentí sonreír después de decir aquello.