三十九

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-Annie.- Sentí su grande mano acariciar mi mejilla.- Cariño despierta.

Abrí los ojos para observar a Gerard sentado en el asiento copiloto completamente cambiado a excepción del saco de su traje, ya que me lo había puesto para arroparme, ya que hacía frío.

Gerard hacía que mi corazón se derritiera sin darme cuenta, era tan duro su manera de ser, pero tan lindo que ni siquiera se daba cuenta, siempre hacia pequeñas cosas que eran adorables y hacían mi corazón doler de tanto amor que sentía por el.

-Bien, vístete, por más que me gustaría no ir y quedarme aquí contigo.- Me sonrió mientras prendía el carro.- No puedo hacerlo, ya son las 4 y tengo que estar allá a las 5:50.-

Me vestí rápidamente mientras Gerard manejaba de regreso al concesionario.

Llegamos justo en el momento en el que había terminado de vestirme y acomodarme mi cabello para tratar de hacer que no pareciera que acabábamos de tener sexo, pero lo podías leer todo en mi cara, era innegable decir que no se me notaba.

Estaciono el auto y me abrió la puerta para salir del carro.

-Sube al carro e yo arreglo lo demás.- Me beso la frente antes de soltar mi mano.- No te preocupes por ello cielo.

Entro al local mientras yo subía al carro y esperaba que regresara. Prendí el carro y puse algo de música para que no estuviera tan callado, la canción que estaba tocando en la radio era True Colors de The Weeknd. La estaba cantando entretenidamente hasta que Gerard llego y se empezó a reír.

Subió al carro y lo prendió, beso mi mejilla y empezo a manejar.

-El carro llegara mañana por eso de las 8 de la mañana para que puedas ir a la escuela en el.- Dijo mientras miraba la carretera.

-Gracias por el carro papi.- Dije mientras le daba un beso en la mejilla. -

Miraba los hermosos arboles que había en la carretera cuando me di cuenta que regresabamos a su casa. A lo lejos mire un ciervo comiendo pasto por entre los arboles frondosos y arbustos, se miraba tan pacifico, era lo más hermoso que había visto en mi vida. 

Una vez que llegamos nos bajamos a la casa y entramos en ella.

-Vamos al cuarto Annie.- Dijo subiendo las escaleras.

Sonreí mientras subía las escaleras.

Entramos al cuarto en el que ya habíamos estado un día antes, las bolsas seguían en el mismo lugar en el que estaban antes de irnos. Tape mi boca al bostezar por el cansancio que tenía.

-¿Estas cansada Ángel?- Me dio un beso corto para después sacar una maleta que estaba debajo de la cama, asentí levemente mientras tallaba mi ojo.- Puedes descansar en la cama si gustas, yo te despierto cuando termine de hacer mi maleta.-

Prendió la televisión y puso un poco de música ligera mientras yo me quitaba mis botines para acostarme en la cama, Gerard salido del cuarto y regreso con unas cobijas, me acobijo y beso mi frente delicadamente.

-

-Annie.- Sacudio mi hombro ligeramente.- Annie, dulzura despierta.-

Talle mis ojos al despertar y mire a Gerard cambiado en otra ropa, un pantalon de mezclilla negro, una camisa de vestir blanca con una corbata negra y una gabardina negra. Tenía que admitirlo, se miraba bastante caliente con eso puesto, sentí mis mejillas sonrojarse al pensar en ello.

-Eres tan pura e inocente Annie.- Se sento en la cama poníendo la maleta de lado, tomo mi cara entre sus grandes manos y me beso lentamente, como si quisiera recordar mis labios.- Acércate para ponerte tus zapatos.

Se inclino y recogió mis zapatos mientras me recorría hasta donde estaba el, tomo delicadamente mi pies y coloco mis zapatos.

-Vamos abajo cariño.- Me tomo de la mano con su mano izquierda mientras con la derecha sostenía la gran maleta que llevaría y bajamos las escaleras.

Agarro las llaves del carro y de la casa para después salir de ella. Me subí al carro mientras el subía su maleta al baúl y las bolsas, después de los minutos Gerard cerro la casa con seguro y subio al carro, lo prendió y se dispuso a manejar.

-¿Cuanto tiempo estuve dormida?- Pregunte mientras prendía el estéreo y lo observaba manejar.

- Como una hora y medía, no te quería despertar porque estabas tan tranquila mientras dormías.- Me miro por unos segundos.- ¿Que estabas soñando? Si se puede saber.

-Contigo.- Sonreí al recordar el sueño.- Estábamos acostados en mi departamento, estaba haciendo frió porque afuera estaba lloviendo, tenías tu mano en mi cabello mientras lo acariciabas de esa manera que tanto me encanta papi, así como sueles hacerlo cuando estoy apunto de quedarme dormida entre tus brazos.-

-Cuando dices cosas así haces que me den ganas de mandar a la mierda todo y acostarnos en la cama todo el puñetero día Annie.- Sacudió la cabeza mientras reía, estaciono el carro enfrente de mi departamento, se bajo y abrió mi puerta.

Baje del carro y fui por la llave de repuesto que tenía debajo de una roca grande. Abrí la casa y Gerard entro con mi mochila y las bolsas llenas de ropa y zapatos nuevos.

-No quiero que te vayas papi.- Lo abrace cuando dejo las cosas en el piso.- Te extrañare.

-Sabes que me tengo que ir Annie.- Me dijo al oido.- Yo también te extrañare mucho, por eso te tengo unos regalos más.-

Me entrego dos sobres medianos con mi nombre escritos en ellos, uno de ellos tenía una flechita apuntando atrás en el borde decía "Ábreme si te sientes sola" y el otro solamente decía mi nombre sin ninguna flecha apuntando a la parte trasera.

-Este sobre solamente lo puedes abrir solamente en ocasiones necesarias.- Apunto al sobre que tenía la flechita.- Y este otro lo puedes abrir ahora que me vaya.-

-Esta bien.- Lo mire a los ojos.- Muchas gracias papi, por todo.

-Es un placer.- Miro su la hora en su reloj e hizo una mueca.- Ya me tengo que ir cariño.

Me mordí el interior de mis mejillas evitando que las lagrimas salieran, mi labio inferior temblaba lentamente y el nudo en mi garganta parecía que no se iría nunca.

-Cuídate mucho Annie, me iré por bastante tiempo y no quiero que te pase nada malo.- Me tomo entre sus brazos y me abrazo fuertemente.- Cualquier cosa que pase, no dudes en llamarme a mi celular, le registre mi numero el otro día.-

-Papi.- Reí.- Antes de ti no tenía a nadie que me cuidara y he hecho un buen trabajo hasta ahora, no te preocupes por mi y por supuesto que te llamare si pasa cualquier cosa.- 

-¿Que sería de mi sin ti mi dulce Annie?- Puso su mano en mi nuca y la otra en mi cadera mientras me besaba.

Se separo rapidamente, camino hasta la puerta de la casa, la abrio, estaba apunto de salir de ella cuando se detuvo y me miro.

-Te amo.- Lo escuche decir segundos antes de cerrar la puerta. 

Escuche el carro prender e irse rapidamente de mi casa, corrí hasta la puerta, la abrí para observar que el carro ya había desaparecido dejándome completamente sola.


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