¿Una obsesión se puede convertir en amor?
¿Puedes sentir los latidos de mi corazón? Camila, hay cosas dentro de mí que podrían tanto deleitarte como aterrarte. Aun así, ¿Estás dispuesta a escarbar en mi interior?
#1 camrenfanfic
# 27 camrenenespaño...
ADVERTENCIA: Este capítulo contiene escenas de violencia/agresión /muerte de personaje menor. Se recomienda discreción si eres sensible a este tipo de narración.
Eras un dulce caos, bebía de ti fervientemente. Eras algo hermoso envuelto en capas y capas de desastre y engaño. ¿Puedes escucharlos susurrar? Hablan de ti y de mi. Éramos el balance perfecto para romper el equilibrio.
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Había sido una tarde muy calurosa, así que tuvo que abrir las ventanas. El aire nocturno en cambio era denso y frívolo, un recordatorio de que el día y la noche siempre serían opuestos, con un poco más de esfuerzo cerró la ventana y corrió las cortinas hasta quedar bajo el manto de las tinieblas de la noche.
No hay iguales, solo diferentes capas de opuestos.
El día y la noche eran opuestos paralelos.
Lauren había chocado el mundo de Camila en busca de un igual, alguien a quien pudiera mostrarle a su otro yo, su verdadero ser y no una extensión de sí misma. Lauren inocentemente creía que podría encontrar ese ídem en Camila, solo que tenía que demostrárselo.
Lauren no sabía cómo, pero esperaba que el cuerpo de Lucy le diera algunas ideas.
La pelinegra miró con indiferencia el cuerpo desgarbado y poco saludable de su forzada invitada. Le sonrió un poco cuando se encontró con sus ojos y vio la mezcla de miedo e ira que destilaba en oleadas por el cuerpo moribundo de Lucy Vives.
Los sonidos de gritos, forcejeos llegaron a su mente para luego ser interrumpidos por el más cómodo silencio, después de un golpe en la cabeza de la castaña contra la superficie de metal que servía de "cama" en el sótano de la casa de Lauren.
Lauren aún recordaba con entusiasmo el grito de sorpresa de Lucy, cuando esta la vio montada en su deportivo. A la pelinegra le fue fácil encontrar el auto y aun mas fácil acechar a la castaña sin que esta se diera cuenta. Los lugares a los que concurría eran demasiado predecibles.
Era una zorra de primera* concurriendo a un bar de poca monta.
Había sido audaz al hacerle creer a la castaña que quería tener una noche con ella. Lauren sabía cómo seducir a una mujer, sabía donde tocar y que hacer para que esta perdiera el control. Y cuando menos se lo esperaba, la pelinegra salió al acecho y le golpeó el cráneo contra la puerta del deportivo.
Lauren disfrutó como nunca el sonido del golpe.
Amarrar al principio, encadenar al final.
El cuerpo estaba inerte como una muñeca de trapo. Lauren la subió a un coche que había alquilado ese mismo día y la condujo hasta el sótano de su casa y cuando se aseguró que Lucy Vives no podría moverse regresó al estacionamiento del bar y condujo unos cuantos kilómetros.
Cuando la pelinegra llegó a su casa se encontraba demasiado exhausta y se tiró al sofá de la sala de estar, creyó dormir pero el sonido persistente de las cadenas le dijeron que no era así. La bruma del cansancio la había puesto de mal humor, peor aún fue cuando encontró el cuerpo de Lucy tirado en el piso después de tantos forcejeos por liberarse de la silla de metal.
