10. Siempre te he pertenecido

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Ella era una asíntota, porque me deseaba y se acercaba constantemente a mí, pero nunca logró tocarme. No de la manera que ella quería, era su culpa, pero a veces el propio corazón no entiende razones y decidí culparme a mí misma, sin saber que aquello acabaría conmigo.

 No de la manera que ella quería, era su culpa, pero a veces el propio corazón no entiende razones y decidí culparme a mí misma, sin saber que aquello acabaría conmigo

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Lauren ha aprendido a ser cautelosa a lo largo de los años.

Sin embargo, cuando se trataba de Camila Cabello, ciertas conductas cautelosas se le olvidaban por completo. Apagó el motor de su moto frente a la casa de la castaña, y la esperó con un pie en el suelo y el otro en el pedal de su auto de dos ruedas, mostrándose fría.

Cuando en realidad estaba ardiendo.

Su mente era traicionera, recordándole la misma serie de imágenes una y otra vez. Camila sonriéndole a otra persona. Camila abrazando a otra persona. Camila siendo besada por otra persona. Pero no era cualquier persona.

Austin Mahone. Su ex novio.

Lauren saco cuidadosamente una pequeña libreta de bolsillo, anotando su siguiente movimiento. Acabar con Austin Mahone. Sonaba tétrico, incluso letárgico, el solo pensar como Michelle. Pero Lauren no podía evitarlo, necesitaba calma, algo de cordura.

Se estaba volviendo inestable, otra vez.

No recordaba nada de hace exactamente un mes. No recordaba haber faltado al instituto en ese periodo de tiempo. Ni siquiera entendía del todo el por qué la culpaban de la desaparición y presunta muerte de Lucy Vives.

Ella solo recordaba haberla visto en ese bar y acercarse a ella.

Pero cuando lo hizo, ella estaba viva.

El ruido de un auto la saco de su perturbada ensoñación, pero cuando vio el rostro de Camila, teñido de culpa, supo que no importaba lo que haya sucedido con Lucy, Camila seguía confiando -débilmente- en ella. O al menos eso quería creer.

— Hola — murmuró la castaña, sintiéndose un poco tímida.

— Hola — dijo en respuesta. Lauren la miró por un momento, analizando cada centímetro de su rostro, disfrutando de la vista rápida de sus dientes mordiendo su labio inferior.

— ¿Qué quieres Lauren? — musito de repente cansada. Harta del dar y esconder de Lauren. Un día la quería y al otro desaparecía. Todo era tan incierto, se sentía como en un cableado defectuoso, al que con un movimiento erróneo podría provocar una explosión.

— Linda ropa — fue todo lo que dijo. Mientras la miraba de arriba abajo sin el mayor decoro — No pensé que fueras porrista, aunque no estoy sorprendida. Tal vez deba inscribirme también.

— No hace falta — Camila decidió jugar el juego de Lauren, alargando lo importante, llenando los vacíos con cosas superfluas — Tus calificaciones son excelentes, no necesitas de un taller recuperativo, además llamarías aún más la atención — argumentó, sintiéndose enferma.

𝑴𝒚 𝑺𝒘𝒆𝒆𝒕 𝑶𝒃𝒔𝒆𝒔𝒔𝒊𝒐𝒏 © (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora