Capítulo VIII : Shadow Murder

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—¡Bien hecho viajeros! ¡Ahora por fin puedo darle un nombre a su clan! ¿Cómo les gustaría que se llame?—preguntó la chica del ayuntamiento.

Sonreí tranquilo, después de mucho tiempo y mucho desgaste físico por fin habíamos completado las pesadas y arduas tareas de la saga de misiones tituladas "Burocracia de un nuevo clan".

—Todo este tiempo y no pensamos en eso...—dijo Amy algo apenada.

Era cierto, entre tantas aventuras, el secuestro de Furry, la cacería de brujas, Calabaza Jack y el príncipe dragón no habíamos tenido tiempo de decidir cuál sería el nombre que llevaría nuestro clan.

—¿Qué tal: "Amantes de Furry"?—dijo mirando a su bestia posada en su hombro.

—No. Nunca

A través de mis largos años de experiencia sentado atrás de un teclado entendía la segunda lectura que tenía la palabra "Furry" para algunos sectores sociales; sectores, que sin duda, masificaban este mundo virtual y no tardarían en burlarse. Mientras pensaba en la palabra y las diferentes bromas de las que sería víctima, Amy, comenzó a presionar las teclas sobre el pad que tenía en frente para luego presionar enter antes que la detenga.

Listo. Definitivamente ahora nuestro clan se llamaría "Amantes de Furry" y por ende, nos olvidaríamos de unir otros jugadores a nuestra party, de formar equipos de clanes y de ganar respeto a base de puños.

Cuando ya había dado por muerto nuestro clan un mensaje en letras rojitas apareció sobre el teclado diciendo "el nombre ya ha sido seleccionado, elija otro por favor". Mi corazón volvió a latir y no sabía si reír o llorar.

—¡Estúpida! ¡¿Quieres matarme o qué?!—dije mientras sacudía de los hombros a Amy que termino mareada—ya sé cómo nos vamos a llamar

Con mis ambas manos escribí sobre el teclado "Corazón Rojo" y se lo enseñé a mi compañera que lo miro con una expresión de duda en el rostro, al parecer no la convencía del todo.

—Está bien, creo—dijo levantando los hombros.

Sonriendo presioné el botón de aceptar. Ya por fin nuestro clan tenía un nombre y era uno especial ¿Cuánto tiempo pasaría hasta que los otros jugadores se den cuenta de que alguien ya había conseguido el Corazón maldito?

Nuestra estadía en Edward se había extendido demasiado, ya era hora de partir, de avanzar en la historia, después de todo, todavía quedaban incontables mundos por recorrer y al paso al que íbamos tardaríamos meses o incluso años en llegar a los últimos niveles, ni hablemos de derrotar al jefe final. Por lo que, ya con todo preparado, partimos hacia la última ciudad, la ciudad sin nombre, la cual nos abriría el portal hasta Matthew, el siguiente mundo.

Haciendo uso de la cabina de teletransportación disponible en la capital viajamos hasta el último tramo del poblado en donde solo un pequeño trecho nos separaba de la puerta especial que nos dejaría avanzar.

—Mirá...—dijo Amy señalando a un joven que lloraba en una de las esquinas.

Desconfiado de la vida preferí seguir avanzando pero la compasión de mi compañera de clan no me lo permitió y me hizo acercarme junto a ella a ver lo que importunaba al joven.

Un jugador que no llegaba a los veinte lloraba desconsoladamente mientras se refregaba los ojos con sus muñecas con la idea de disipar las lágrimas. La maga se le aproximo lo suficiente y en cuanto quiso hablarle el chico se lanzó en sus brazos. Como ambos median más o menos lo mismo la escena era muy tierna y parecían ser dos niños abrazándose debido a su baja estatura. Luego de que este se desahogara y de una vez por todas se calmara Amy le preguntó.

Corazón Rojo Vol. 1Where stories live. Discover now