Capítulo III : La Tribu Perdida

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—¡Esta frio!—dijo Amy poniendo sus pies sobre la poca nieve que comenzaba a deslizarse bajo las suelas de ambos—¿Para que tomamos esta misión secundaria?

—Porque me cansé de la historia principal—dije. En parte esto era verdad pero por otro lado quería darle distancia a Jaia para no parecer un acosador ni nada por el estilo.

El camino desde la ciudad de Murmud nos fue llevando directamente hasta la nieve a la par que su vegetación se iba volviendo nula. Subimos poco a poco de altitud guiados por las colinas que, más temprano que tarde, se convirtieron en caminos de montaña cubiertos por nieve. La ruta nos llevaba hasta un claro en donde se encontraba la "Q". El hombre que nos la había encomendado no dio muchos detalles de lo que allí nos esperaba excepto por una aparente ciudad perdida sobre las colinas, pero allí, entre toda la nieve y el frio, ninguna civilización podía prosperar. Amy, viendo que su Furry podía morir de frio en este clima inhóspito decidió guardarlo en su inventario

—¿Sera así de linda Jaia en la vida real?—dijo la maga sabiendo que yo no podría contestarle.

—Espero que si...—dije sin pensarlo dos veces.

—¡Aja! Asique te parece linda eh...—Amy me agarró con la guardia baja y sin duda me había dejado en falta con una sola pregunta.

—Eh... yo no quise decir eso...—ella se echó a reír y para evitar un momento de vergüenza agregué—un estudio demuestra que el noventa por ciento de los jugadores hacen a sus avatares parecidos a como son en realidad.

—Guau, ahí van mis esperanzas de que no seas tan feo en la realidad—dijo y continuo riendo. Completamente derrotado opté por cerrar mi boca pero la maga por su parte prefirió seguir hablando—entonces ¿Tenias novia?

Su pregunta me tomó por sorpresa, aunque la respuesta era obvia hacia muchos meses que no pensaba en mi vida amorosa, es más, hace bastante que siquiera me preocupaba como estaba el mundo fuera de esas paredes binarias.

—No tengo novia. Nunca tuve. No le gusto a las chicas—Amy supo que había una historia detrás de eso asique me dejo continuar sin meterse—no era muy, lo que se conoce como, sociable. Siempre me gusto la computación, la lectura, ya sabes, cosas asociales—ella hizo un gesto demostrando que entendía pero como no respondió pregunté—¿Y vos? ¿Novio?

Por lo visto la maga no esperaba la réplica por lo que se lo tomó a pecho.

—N-N-No nunca me gusto nadie... ahora que lo pienso.

—No te creo—dije—a todos nos gusta alguien a lo largo de nuestra vida.

—Bueno, ahora que lo mencionas, había un chico hace algunos años. Era alto y tonto, siempre lo molestaba, creo que eso se puede llamar amor ¿No?—dijo buscando en sus recuerdos.

—Definitivamente tu concepto de amor esta errado—dije.

—Soy lo que hay—dijo levantando los hombros y las manos también.

La charla nos entretuvo un rato más pero dentro de unos cuantos minutos estuvimos rodeados de blancura y desolación absoluta. La "Q" dorada estaba a pocos metros y no parecía haber ninguna ciudad ni ningún poblado cerca que nos permita cumplir la misión. Quizás solo era un bug en el mapa y la ubicación era otra completamente diferente. Solo lo sabríamos en cuanto lleguemos allí.

—¿Y ahora qué?—preguntó Amy.

—No se... debería ser aquí...—dije observando a mi alrededor.

Me puse a mirar el mapa buscando a los alrededores alguna señal de vida pero toda esa zona estaba muerta y así permanecería a no ser que la temperatura suba estrepitosamente, cosa que no iba a pasar.

Corazón Rojo Vol. 1Where stories live. Discover now