Capítulo I : El Gigante del Mal Presagio

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Luego de un pantallazo azul llegamos a la salida de un portal que se materializó en un arco de piedras bien rustico. A nuestro alrededor se encontraban pastos que tapaban los pies por completo de color verde amarilloso dando por hecho que el invierno estaba llegando a esa zona. Detrás del teletransportador se veía un lago azul oscuro, casi gris, por culpa de las nubes que tapaban el cielo en su totalidad. Un camino de piedras, atacado por la vegetación que reclamaba su legítima propiedad, nos llevó hasta uno de los extremos de la primera ciudad.

Matthew por lo visto estaba amaneciendo en sus tareas matutinas y poco a poco los habitantes del poblado salieron a cumplir con sus funciones de NPC sin rechistar. Todavía algo sobresaltado por el ataque de los Shadow Murder ojeé a cada persona que nos rodeaba esperando descubrir alguna daga o algún elemento dañino con el cual nos podrían emboscar pero a nuestro alrededor solo logré hallar simples inteligencias artificiales.

—Los aldeanos... son diferentes—dijo Amy viéndome concentrado en mis alrededores.

Efectivamente, los ciudadanos de cada localidad se adaptaban dependiendo de la temática que tenga su mundo, en este caso, un mundo ambientado en la mitología nórdica, llena de vikingos y dioses todopoderosos a los cuales temer. Los NPC a nuestro alrededor usaban barbas largas, a veces tanto que llegaban hasta la cintura, al igual que su cabello. Este aspecto salvaje impactó a la maga que se vio intimidada ante tanta masculinidad latente en los hombres aunque las mujeres no se quedaban atrás y mostraban sus cuerpos mayoritariamente tatuados y con heridas de guerra hechas por programadores y diseñadores gráficos que demostraban su ferocidad.

Luego de explicarle el tipo de mundo en el que nos encontrábamos también le comenté que era un mundo principal y esto significaba que para acceder al siguiente de ellos teníamos que completar todas las misiones de la campaña.

Matthew es poco visitado por lo general ya que no guarda secretos ni grandes misiones con ítems raros, es prácticamente solo un piso de paso, pocas cosas sobre este mundo eran dignas de recordar y efectivamente yo no lo hice durante mi etapa de jugador cosa que, sin duda, me jugaría en contra durante nuestra estadía allí.

Una vez cruzamos la entrada principal de la villa de Skrum, tal cual anunciaba su letrero tallado a mano en madera, buscamos la plaza principal y allí mismo, la misión con la "Q" dorada encima.

Otras tantas se nos fueron ofrecidas por ancianas y algunos letreros que llevaban a largas búsquedas por las montañas heladas mientras llegábamos hasta el joven sin barba y de seguro de tan solo veinte años como mucho. Adelantándoseme Amy inició la interacción con el NPC.

—¡Guerreros, por favor ayúdenme!—dijo—mi nombre es Kraster y vivo a las afueras de la ciudad con mi padre, ambos vivimos de la granja familiar pero esta mañana un gigante de las nieves nos atacó, ¡Destruyo todo! Espero que mi padre este bien ¡Por favor salvadlo!

Luego de escuchar el audio pre grabado y ver las letras en el menú entendible que decían textualmente lo que acababa de contar Kraster, Amy presionó en "Aceptar" dando por iniciada la misión.

Sin mediar más palabras y sin casi ningún detenimiento la maga y yo partimos a las afueras de la ciudad en línea recta hacia la Quest donde el gigante nos esperaba. Todavía quedaba alguna incomodidad por lo recientemente vivido con los ninja asesinos, tanto así, que la maga evitó mirarme durante el trayecto viéndose avergonzada. Una nueva cara suya para mí.

—¡Ahí está!—exclamó Amy señalado a la enorme bestia a la distancia.

Efectivamente a no más de dos minutos una especie de yeti de tres metros con el pelaje blanco golpeaba la casa en la que vivían el Kraster y su padre. El pobre hombre se escondía detrás de los arboles mientras el monstruo lo perseguía por todos lados.

Corazón Rojo Vol. 1Where stories live. Discover now