Orgasmo en la boca

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Es tu primera crisis con edema pulmonar agudo, y esperas que sea la última. Te estabas cuidando, Lexa. Estabas haciendo de todo para no pasar por algo así. Tomabas la cantidad de líquido indicada, a veces hasta menos. Tu dieta estaba muy bien llevada, tu último día libre, para comer lo que te viniera en gana, había sido hace dos semanas. No entendías qué te había llevado hasta el punto de no poder respirar.

El exceso de líquido en tus pulmones casi te la había jugado, y aunque llevabas meses deseando que se acabara, tener tan cerca a tu demacrada amiga de afilada guadaña había hecho que te replantearas ese deseo. Porque te merecías algo más que esto.

Estás conectada a una máquina de hemodiálisis, el procedimiento para la crisis que estabas pasando, incluye una visita de emergencia a tu compañera de lágrimas. Poco a poco sientes tu respiración normalizarse, y la tos desaparece paulatinamente.

— ¿Te sientes mejor, cariño?— Aun con los ojos cerrados puedes ver la preocupación en el rostro de Octavia. No recuerdas cómo llegaste a la sala de shock, pero lo que sí sabes es que el hecho de seguir con vida se lo debes a ella. Habían dolido, tus pulmones habían dolido jodidamente, pero el tratamiento ya había hecho su efecto y, aunque mejor, aún no puedes respirar con normalidad. También sientes tu cuerpo cansado, y una debilidad diferente a la de estar conectada a una máquina de hemodiálisis.

Asientes en respuesta, se te hace incómodo hablar con la mascarilla de oxígeno, la miras a los ojos e intentas sonreírle con la mirada. Se acerca a ti y te da un golpe suave en el brazo que no está conectado a la máquina.

—Grandísima imbécil, no me vuelvas a hacer algo así—. Y ves cómo la fuerte de Octavia intenta permanecer inamovible ante tus ojos, pero lo notas... notas lo que hay detrás de ellos: la vulnerabilidad en las bases de su fortaleza. Quieres hacer algo para que esté mejor, pero no sabes qué.

En eso, se acerca tu nefrólogo una vez más, revisando que todo esté bien, y al parecer parece satisfecho.

—Dra. Blake, ¿podemos hablar?— y el lenguaje corporal de Octavia empieza a decir muchas cosas. Cambia el peso de su cuerpo de un pie a otro y coloca un mechón rebelde de su cabello detrás de su oreja y si no la conocieras bien no te parecería extraño, pero evidentemente está nerviosa. Levantas una ceja ante su actitud, pero ella no te está mirando. Te inquieta que te estén ocultando algo acerca de tu salud y quieres preguntar, pero antes de que lo hagas, ella se aleja hacia la salida con Lincoln tras decir un: «Ya regreso, cariño», y sin notar lo preocupada que te está dejando.

Intentas concentrarte en algo más que no sea el hecho de que el par doctores se haya ido de forma bastante sospechosa. Es que, supones que él ya te ha dicho todo lo referente a tu más reciente crisis. Te había instado a acudir con un psiquiatra para tratar con ansiolíticos tu episodio más reciente, porque al parecer el edema no había venido solo, pero, ¿cómo no ibas a sentir ansiedad si te estabas ahogando?; había programado un ECG y ecosonograma para revisar bien tu corazón, por no sabes qué con la radiografía de torax; y te había amonestado por cargar peso con el brazo de la fístula, haciendo que Octavia sonriera con suficiencia, pues la muy perra sentía que se salía con la suya.

Octavia.

¡Oh, Joder! ¡Bocazas Octavia! ¿Cómo jodidos tu nefrólogo iba a saber que habías alzado peso de no haber sido por la lengua de esa idiota? Y, ¿en qué momento la muy lengua suelta iba y le contaba a Lincoln cosas de ti? No sabes si es la máquina, o el tratamiento que pusieron en ella, pero mientras tus ojos empiezan a cerrar, sientes que algo muy evidente se te está escapando.

****

El que el doctor decidiera mantenerte dos días más en observación no es precisamente algo por lo que quieras celebrar; quieres estar en casa, descansar y terminar de recuperarte en un ambiente menos impersonal. En los exámenes tu corazón había salido bien, y en las nuevas radiografías podía observarse tu tráquea, lo que significaba que estabas mucho mejor.

Nos merecemos algo mejorWhere stories live. Discover now