Capitulo 2 - Niall

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Abro los ojos dificultosamente, y por la poca luz del día que entraba en aquella, claro, blanca habitación se podría decir que son aproximadamente las cinco o seis de la mañana, ¿ya había mencionado que el blanco me marea? No me gusta ese color y no entiendo el porqué, tal vez  porque sea el único que vea cuando estoy en este deprimente lugar.

Aquí no te obligan a despertar en alguna hora en vacaciones, estudiamos en una escuela la cual paga el gobierno, que claro ni que esperanzas de salir adelante en algo así, la gente dejo de aprender de verdad cuando empezaron a estudiar para un examen que solo demuestra lo que repasaste los dos últimos días o capaz la hora antes.

Me levante sentándome en la cama y lo primero que hice fue observar la habitación como normalmente siempre hacia cuando despertaba, ¿la razón? No la sé. La habitación es bastante pequeña, apenas y es cómoda para dormir, aquí no te obligan a quedarte todo el día, sin embargo se aseguran de que estés aquí cada mañana, pues a las cuatro de la madrugada entra un guardia y nos destapaba el rostro para asegurarse de que estuviéramos ahí y no hubiésemos puesto almohadas o algo para disimular nuestros cuerpos, lo sé porque el hombre ya me había despertado algunas veces en la noche durante aquel proceso, nunca lo miraba solo ronroneaba y me acomodaba en la cama, no sé si era solo conmigo, pero aquel hombre siempre me arropaba bien después de revisar que estuviera hay y sin poder evitarlo me quedaba dormido otra vez. Entre la cama de Niall y la mía hay una mesita de noche, el cajón de arriba me pertenecía y el de abajo le pertenecía a Niall y aquella cómoda era lo único que separaba la cama de Niall de la mía,  y ambas camas se encontraban pegadas a la pared de atrás y mi cama se encontraba pegada al pared de la derecha y la de Niall a la izquierda, enfrente de mí cama se encontraba un chifonier pequeño de tres cajones grandes en donde guardo toda mi ropa y enfrente de Niall se encontraba otro chifonier igual, pero con su ropa claro. Atrás de nosotros se encuentra una ventana bastante grande que deja entrar la joven luz del día.

Mire hacia la cama de Niall y al parecer mis deducciones acerca de si el chico era friolenta son acertadas, pues aun debajo del gran edredón el parecía temblar de frio, me levante sintiendo el piso congelado bajo mis descalzos pies, se sentía como si mis pies se iban a quedar congelados pegados al suelo del frio, ignore eso y camine hasta la cama de Niall, la cual por cierto se encontraba a dos pasos, le quite el edredón de la cara y sí, el chico tiritaba del frio. Digo por experiencia de conocerme desde hace dieciséis años que una vez que me levanto no puedo volver a dormirme, en el otro orfanatorio donde pase los primeros dos años de mi adolescencia me mandaban a la cama al despertar a estas horas, sin embargo, no lograba recuperar el sueño. Cuando tengo pesadillas o sueños me despierto a las ocho o diez de la mañana, pero cuando no sueños nada despierto a las cinco o seis, por lo que era cosa de que más de la mitad de mis días en ese orfanatorio me la pasaba sufriendo en silencio debajo de mi cama por no poder hacer nada, y aun recuerdo mi escapatoria de ese aburrimiento interminable, como si fuese ayer.

FLASHBACK.

Siento a alguien levantar la enorme sabana que sobra de mi cama y se asoma, es Lucia.

Lucia, aquella mujer que cuida de nosotros, una señora de unos cuarenta y seis años, con ojos azules, piel blanca y cabello que solía ser obscuro, mas sin embargo, ahora casi cubierto completamente por las canas.

-Dios mío, Louis – dijo ella con voz que empezaba a romperse tapándose la boca con la mano y con sus ojos cristalinos.

Me le quede viendo atónito, sin saber qué hacer, decir, como actuar. Ahora veo debajo de mi, mi playera gris que uso de pijama, ahora adornada por una enorme mancha roja, mi sangre ahí impregnada, como testigo casi viviente de aquello que hice, hago y probablemente no dejé de hacer.

-Llama al servicio de atención especial a jóvenes – dijo ella a alguien que obviamente no alcanzaba a ver pues me quede debajo de la cama, no pensaba salir de ahí, todavía no terminó.

"Mi realidad" - Larry StylinsonWhere stories live. Discover now