Primer strike

1.3K 183 51
                                    

El sonido de sus tacones contra el pavimento era lo único que se escuchaba. El callejón estaba vacío, y las luces de alumbrado eran tan malas que no habría gran diferencia de no estar ahí. Lin tenía por lo mismo su navaja lista para desenfundar. No era muy seguro caminar de noche, pero no se encontraba de humor en hacer un rodeo para ir por una zona más iluminada y con personas.

Su trabajo se había extendido más de lo que había deseado, aunque eso era su culpa. Había salido temprano para acabar rápido y regresar, pero había confundido el nombre de la calle donde vivía la persona de la que se debía deshacer. «Los nombres se parecen, no hay diferencia», algo así había dicho el día que compró huevas que no eran. Ahora se daba cuenta que, aunque los nombres fueran parecidos, podía existir mucha diferencia. Como por ejemplo, dos horas caminando de diferencia.

Y las horas se habían extendido al descubrir que el sujeto se había ido. Aunque nada de eso importaba. Había terminado su trabajo de forma exitosa, y recién había recogido la paga. Seguramente Banba le preguntaría el motivo de su tardanza, pero no iba a responderle por mucho que insistiera.

Tap, tap.

Lin no dejó de avanzar al escuchar el claro sonido de pasos. Dos personas. Podían ser desde esbirros como él o vagabundos cualquiera, pero como no podía saber cuáles eran, no podía permitirse bajar la guardia. Fingió no haberse percatado, con su navaja discretamente en su mano.

—Ey, señorita, ¿no le gustaría divertirse un poco con nosotros?

«Simples pervertidos». Sacudió la cabeza mientras apresuraba la marcha fingiendo no haber escuchado nada. No estaba de humor para tratar con pervertidos, sin contar que la última vez terminó siendo golpeado por ello.

—Vamos, señorita, es peligroso andar sola por la noche —el otro tipo fue el que habló esta vez. Silbó, en un intento de captar su atención. No. Había silbado por otra cosa.

Dos figuras borrosas aparecieron frente a Lin a varios metros. Cuatro personas, no sería complicado mientras no tuvieran armas. Ser emboscado sólo aumentaba su mal humor, pero no se iba a dejar llevar por la ira. Nadie le pagaría nada por matar a unos pervertidos.

—Vamos, juguemos juntos señorita.

—No intentes ignorarnos.

El rubio se detuvo. Calculando por qué lado sería mejor ir para salir de ese desagradable encuentro, pero antes de poder dar un paso más un quinto hombre se lanzó sobre él, haciéndole caer. Al parecer había estado oculto en uno de los tejados, había subestimado a esos hombres. Aunque no era como si corriera un peligro real.

—Ujuju, miren nada más qué belleza tenemos esta noche —el hombre sujetó la cara del rubio evaluándola con una expresión asquerosa— Señorita, si copera, también podría disfrutarlo —tras decirlo le puso una tela sucia en la boca, para evitar que gritara y pidiera ayuda como él esperaba que hiciera. Aunque lo único que ocupaba para poder salir de la situación, era que el hombre sobre él se moviera un poco para poder apuntarle con su navaja pistola.

Los otros cuatro hombres le sostuvieron de las extremidades, y el que lo había tirado se encargó de romper su ropa. Uno de sus mejores trajes ahora estaba arruinado. Los haría pagar apenas pudiera.

—¡Qué asco! ¡Es un travesti de mierda! —aún con la poca luz se podía ver el asco reflejado en su mirada.

—Eres un pervertido, ¿no? ¿Caminabas por aquí esperando que alguien te atacara? —no podía definir si era el hombre que sostenía su brazo derecho el que hablaba—. ¿Te gusta que ten por el culo? ¡¿Eh?! 

Lin no podía atacarlos mientras que sus brazos continuaran inmovilizados. Si soltaban un poco más su agarre podría deslizar la nava pistola de su manga y acabar con todo una vez, pero hasta eso tenía que soportar escucharlos aún más.

—Escuché que se siente bien cuando es por el culo. Mucho mejor que una vagina.

—No me molestaría intentarlo.

Su pulso se aceleró un poco al escuchar lo que los hombres decían. Estarían muertos antes de que tuvieran la oportunidad de tocarlo.

—Entonces probémoslo, ¿estás de acuerdo? ¿Pequeña pervertida? —el hombre que estaba sobre él se relamió los labios. Deslizó su repugnante lengua sobre su clavícula derecha, y mordió con fuerza el espacio que había entre su cuello y hombro.

Esa acción fue la que necesitó para soltar el agarre de su mano y dispararle a dos de los cinco hombres. El que estaba sobre él y uno de los que le retenían. Para su suerte, los otros tres huyeron aterrados al ver que el que posiblemente era su líder estaba muerto. Lin se levantó y escupió el trapo sucio mientras se toca el lugar donde había sido mordido.

No había lo suficientemente profunda la mordida como para que sangrara, pero la marca tardaría en borrarse.

Simplemente desagradable.

Su ropa estaba arruinada por completo, así que tomó una de las chaquetas de los cadáveres para cubrirse, y tras limpiarse las gotas de sangre que habían caído sobre él, continuó caminando. Ese día era sin duda lo peor.

Tardó media hora más en llegar al departamento, y apenas se acercó lo suficiente a la puerta, ésta se abrió sin tener que tocar. Banba tenía una expresión de verdadera preocupación cuando salió del departamento, pero cuando sus ojos encontraron al rubio frente a él su cara se suavizó; aliviado. Su común expresión no tardó en aparecer, junto a su molesto tono de voz.

—Oh, Lin-chan, llegaste —lo había dicho como si no hubiera estado preocupado hace tan sólo unos segundos—. ¿Tuviste problemas? Si me lo hubieras pedido te hubiera ofrecido mi ayuda.

—¿Para que aumentes mi deuda? No gracias —gruñó empujando al castaño para entrar—. Hubiera llegado antes de no ser atacado en el camino, esos pervertidos no ven importancia entre hombre y mujer mientras tengan un agujero donde meterla —se quejó—. Tendré que comprar ropa nueva mañana, qué molestia.

Banba no lo mostró en su expresión, pero su aura se sintió repentinamente tensa:

—¿Te atacaron unos pervertidos? Lin-chan tú...

—No fue difícil acabar con ellos, aunque de haberlo hecho antes me habría ahorrado problemas —lo interrumpió mientras dejaba sus tacones en la entrada—. Tomaré una ducha. He estado todo el día caminando de un lado a otro.

Al quitarse la chaqueta, su ropa rota y la marca de mordida fueron visibles para los ojos del castaño. Una mirada sombría que desapareció casi al instante. Lin por algún motivo se sintió avergonzado de estar siendo visto de esa forma por él, a pesar de también ser hombre. Cerró la puerta del baño tras entrar, y evitó ver su propio cuerpo reflejado en el espejo.

Él era un hombre, de la misma forma que Bamba lo era. Si no resolvía sus pensamientos pronto se volvería incómodo para él tener que vivir bajo el mismo techo.

——

–––––––

----------

Bueno, espero que el capítulo les haya gustado uwu <3 yo en verdad amo a esta pareja jajaja, son el uno para el otro.

Como siempre, espero que el cap les haya gustado, y no se olviden de dejar sus comentarios, votos y recomendaciones (en serio, es bonito leer opiniones ajenas ;3;) 

Nos leemos pronto^^)/~

Vida, muerte o amor (BanbaxLin) (Hakata Tonkotsu Ramens) (yaoi)Where stories live. Discover now