Tiempo fuera

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Antes de volver al departamento, Banba hizo una parada en una cafetería de tiempo completo para hablar con Enokida sobre el trabajo que acababan de realizar. Lin no se enteró de lo que hablaron el informante y el castaño debido decidió esperar en el auto. Seguía sin sentirse bien por los efectos de la droga. «Sí, claro que lo aproveché», algo así había dicho Banba mientras entraba al auto nuevamente despidiéndose de Enokida. Lin no se molestó en preguntar a lo que se refería. Cuando llegaron al apartamento, se las arregló para entrar por él mismo. No iba a permitir que el castaño lo volviera a cargar, había sido demasiado humillante.

—Tomaré un baño primero —le informó al castaño mientras entraba al baño.

Cerró la puerta a sus espaldas y comenzó a desvestirse. Tenía varias marcas en su cuerpo, pero no tardarían en desaparecer. Había sido golpeado múltiples por oponer tanta resistencia. Incluso habían tenido que reforzar el agarre en sus muñecas para evitar que se soltara. De haber estado más preparado, hubiera podido usar esas oportunidades a su favor. Últimamente comenzaba a sentirse demasiado incapaz. Él era un buen sicario, pero últimamente sus fracasos y los errores que cometía parecían ir en aumento. Aunque todo eso era culpa de centrar parte de su atención a cosas innecesarias. Antes lo había definido ya, no tenía tiempo para perder el tiempo pensando en cosas inútiles, no podía dejar que eso siguiera interfiriendo con su trabajo.

—¿Puedo ayudarte?

Lin se puso en posición de defensa por inercia al ver que Banba estaba lo estaba viendo desde el marco de la puerta con una sonrisa traviesa.

—No es necesario —respondió tajante, dándole la espalda—. Lárgate.

—El nuevo trato dice que tienes que hacer cosas conmigo, ¿no? Por esta ocasión, te ayudaré, tómalo como un bonus Lin-chan —dijo cerrando la puerta y comenzando a desabrochar su ropa. No parecía estar bromeando con eso de ayudarlo a limpiar su cuerpo.

—Tsk, no preguntes si harás lo que quieres, Ban-baka —el rubio no pudo evitar sentirse incomodo por ser visto por el castaño, pero no planeaba reclamar más. Las cosas acabarían más rápido si sólo hacía lo que el otro le pedía.

Aunque no pudo evitar bajar su mirada más de lo debido cuando Banba se mostró desnudo ante él, por suerte apartó su mirada antes de que el otro se diera cuenta.

La ducha era algo estrecha, y Lin hacía un gran esfuerzo por ignorar la presencia ajena mientras limpiaba su cuerpo. En realidad lo único que estaban haciendo era ducharse juntos, cosa que el rubio agradecía en realidad, no hubiera conseguido soportar sentir la mano del castaño recorrer su cuerpo. El simple pensamiento de eso era... erróneo. Banba colocó inadvertidamente su palma sobre la espalda del más bajo sobresaltándolo y sacándolo de sus pensamientos.

—Desde lo que sucedió en el club has evitado mirarme, ¿acaso ese fue tu primer beso? —Banba lo preguntó con una expresión maliciosa.

Lin no respondió.

—Hum... acaso, ¿beso muy bien?

Esa pregunta fue la gota que derramó su aguante. Se giró con los puños apretados, sabiendo del sonrojo de su rostro, mientras fruncía el ceño con rabia:

—¡¿Por qué no simplemente mueres de una vez, Ban-baka?! —exclamó lo suficiente avergonzado como para razonar.

—Oh, Lin-chan, no digas eso, siento que te sentirías muy solo si algo me pasara, ¿me equivoco? —Banba se acercó demasiado a su rostro, por lo que el rubio no hizo más que cerrar los ojos y dejar sus emociones de lado. No caería más en las provocaciones del castaño. 

Vida, muerte o amor (BanbaxLin) (Hakata Tonkotsu Ramens) (yaoi)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant