Tiene que ser una pesadilla

260 31 2
                                    

¡Por favor!- Grité, dejándome caer al suelo mientras la pena me consumía. Sollozaba incontrolablemente, mi cuerpo temblaba, -¡Por favor, Mike! ¡No hagas esto! ¡No me apartes de ella!

-Tú te lo buscaste, Bella- Habló, sus palabras eran agrias -Tú decidiste escaparte con Edward, tú decidiste divorciarte de mí. Todo esto es tú culpa. Será tu culpa cuando Allie sea lastimada.

-¡Por favor Mike! Por favor, por favor, por favor- Mis palabras se opacaban con mis sollozos. Mi mente daba vueltas tratando de buscar una salida. Una forma de quedarme con Allie, no podía dejarla con él. ¡No podía! -¡Me quedaré!

-¿Que?- Su voz no sonaba tan sorprendida como debería. Gateé, incapaz de ponerme de pie, y me arrastré hasta sus piernas, rogando.

-¡Me quedaré, Mike! Lo juro, Me quedaré contigo.- Las palabras salían arrancadas de mi corazón. No quería nada más que irme lejos de Mike, pero no podía hacer eso sin Allie. Quería a Edward más que a nada en el mundo, pero no podía dejar que Mike lastimase a Allie. -¡Lo prometo Mike! Deja que me quede.

-¿Y nunca lo volverás a ver?- Preguntó. Una sonrisa resonaba en su voz. Alcé mi rostro, viendo su cruel expresión de victoria. ¿No volver a ver a Edward? Imaginé mi vida sin él. Una vida de hacia apenas dos días atrás. Una vida donde los golpes de Mike eran rutina diaria. Nunca más volvería a estar en su gélido abrazo.

No podía. No podía hacer eso... No podía aceptar y dejar de ver a Edward. Era incapaz de hacer tal cosa. Mis palabras se atoraron en mi garganta ante la idea. Todo lo que pude hacer fue asentir.

-Es una lástima.- Murmuró Mike, -Está enamorado de una perra que al primer signo de problema es capaz de dejarlo.

Mis ojos se agrandaron.

-No te quiero, Bella,- Se arrodilló, mirándome con sus ojos fríos y oscuros, -Te quise una vez, quizás. Ahora todo lo que quiero es lastimarte.

Pasó sus dedos por mi cabello, sonriendo cruelmente, -¿Esta funcionando?

Le miré aterrorizada, mi labio inferior temblaba. Mi rostro se torció del dolor y llevé mis manos hacia él, sosteniéndolo mientras lloraba. Esto no podía estar sucediendo. Tenía todo planeado. Todo estaba saliendo bien. Íbamos a irnos. Íbamos a escapar. Y ahora...

-¿Mami?- Allie susurró desde la puerta. Alcé mi rostro a tiempo para ver sus ojos aterrorizados, y se echo a correr hacia mi, -¡Mami! ¡Mami!

-Ya no es más tu mami,- Dijo Mike, poniendo una mano para detenerla. Allie se detuvo, mirándole con tristeza.

-¡No le digas eso!

-Le diré lo que quiera,- Dijo Mike.

-¡Ella es mi mama!- Gritó Allie, alejándose del brazo de Mike y tratando nuevamente de llegar hasta mí. El la alzó del suelo antes de que pudiéramos tocarnos. Allie trató de soltarse.

-¡Suéltala!- Me levanté del suelo, tratando de alcanzarla. No hizo ningún movimiento para detenerme. Simplemente se dio vuelta y caminó hacia el pasillo, -¿Qué estas haciendo? ¡Mike! ¡Déjala!

-Vas a quedarte aquí,- Dijo Mike mientras la ponía en su habitación. Allie se quedó parada sobre su alfombra, mirándole con sus ojos bien abiertos, -Y vas a quedarte tranquila ¿entendiste?

Allie solo pudo asentir con la cabeza.

-¡Allie!- Grité, viéndola por última vez antes de que Mike la encerrara. Giró la llave y la guardó en su bolsillo.

-Vamonos,- Su voz sonaba ácida.

-¡Golpeame!

-¿Que?- Se volteó a mirarme, haciendo una mueca de falsa inocencia.

Curando sus heridasWhere stories live. Discover now