Cuando los ángeles lloran

305 42 12
                                    

Bella POV

No.

Esto no podía estar sucediendo. Simplemente no podía estar sucediendo.

Miré a Allie, cuyo pequeño cuerpo estaba colgando en el borde de la bañadera. Desde mi lugar, en el suelo, no podía ver su cabecita, pero sabía que aun estaba bajo el agua. No se movía. Su pecho no se movía suavemente, respirando como la había visto hacia pocas horas. Mike estaba acurrucado en una esquina, sus manos en su cabello, tal como yo. Miraba a la bañadera, sus ojos llenos de horror.

-¡Allie!- La voz de Edward me sacó de mi estado de terror. Corrió hacia ella, sacando su frágil cuerpo del agua. La alzó en sus brazos, su pequeña cabeza caía flácidamente contra su pecho. Su cabello mojado había dejado marcas más oscuras en la camisa de Edward. Sus ojos estaba cerrados, -¡OH Dios! ¡No, Allie!

Edward sollozaba mientras sus manos recorrían desesperadamente varias partes de su cuerpo en busca de encontrar algún rastro de que su pequeño corazón aun no se había rendido. Alzaba sus muñecas a su oído, tratando de encontrar el suave pulso que seria capaz de oír. -¡NO! Por favor, no, no. Por favor, por favor. ¡Por favor!

Mi cuerpo temblaba, mis brazos cayeron inanimados a los costados de mi cuerpo, mientras contemplaba la terrible escena que se desarrollaba frente a mis ojos. El cuerpo de Edward temblaba con sus sollozos, aunque ninguna lágrima caería de sus ojos. Sus manos aun recorrían desesperadamente su cuerpo en busca de algo que jamás encontraría. -¡No, no dejes que esto suceda! No, no ¡NO!

Allie estaba muerta.

Mi pequeñita. Mi adorada hijita. El sol de mi vida durante cuatro años de oscuridad.

Estaba muerta.

Gateé por el suelo, mis piernas ya no soportaban mi peso. Me acerqué hacia Edward, quien sostenía a Allie en sus brazos. La mecía de un lado al otro, sosteniendo su cabeza con su mano, sollozando. Alcé una temblorosa mano y acaricié su empapado cabello. El frío del mismo me golpeó. Violentamente, me vi forzada a caer en la realidad de la situación.

-No...- La palabra sonaba débil. Me acerqué mas, moviendo mis manos por la espalda de Allie. Edward movió sus brazos permitiéndome buscar por mi misma algún rastro de vida en su cuerpo. -Allie, bebé...Allie es hora de despertarse.

Alcé mis brazos hacia ella, pasándolos por su pequeña cintura. La tomé en brazos, acunando su cuerpo. Como Edward, comencé a mecerla de un lado al otro, -Allie, despierta, bebe.- Mis palabras sonaban ahogadas, rotas ante el peso de mis lagrimas, -OH, Allie...mami necesita que te despiertes. Por favor bebe...por favor, despierta.

-No se va a despertar.- Lanzó Mike, haciéndome recordar de que aun estaba allí.

Edward se alejó de mi lado en un segundo. Podía escuchar los gritos de Mike mientras Edward se le abalanzaba en esos instantes. Podía oír los gritos de Charlie detrás de mí. Podía escuchar todo...y aun nada. Nada de eso importaba. Edward podía matar a Mike. Mike se moriría. Charlie arrestaría a Edward. Edward escaparía. No importaba.

Nada de eso importaba.

-¡Edward, suéltalo!- Gritó Charlie, pasando por mi lado.

-¡No!- Rugió Edward, -¡Se merece morir! ¡Tiene que morir!

-¿Entonces por que no me has matado aun?- Preguntó Mike, su voz sonaba violenta. Nada de eso importaba. Nada, nada.

-Por que quiero verte sufrir, primero,- Gruñó Edward, -Hago todo lo que puedo para detenerme de matarte ahora mismo. Quiero que sufras. Quiero que me ruegues que te mate.

Curando sus heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora