𝑎𝑙 𝑒𝑠𝑡𝑎𝑟 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑔𝑜, 𝑦𝑎 𝑛𝑜 𝑚𝑒 𝑖𝑚𝑝𝑜𝑟𝑡𝑎𝑛 𝑙𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑚𝑎́𝑠

171 29 24
                                    

25 de Enero de 1987.

Hola, Mike.

Disculpa que no te he escrito en tanto tiempo, he tenido varias cosas qué hacer y lo he olvidado.

Discúlpame de verdad.

No sabía qué decirte, o qué escribirte. Hemos pasado por muchas cosas y no sabía exactamente qué decirte acerca de todos los recuerdos que compartíamos, de todo lo que llegamos a vivir.

Cuando al fin me animé a tomar una carta, Jonathan estaba entrando, y es entonces cuando recuerdo la reacción de nuestros familiares al saber de nuestra relación.

Nancy lo veía venir. Decía que éramos el uno para el otro. Ambos necesitábamos a alguien que nos entendiese y apoyase. Tú necesitabas encontrar a una chica que te aceptase por lo maravilloso que eres y yo... yo solo necesitaba a alguien, yo solo necesitaba ser salvada de mi dolor.

Y Nancy tenía razón. Vaya que éramos el uno para el otro.

Jonathan solo nos sonrió, ¿recuerdas? Dijo que era tierno encontrar a adolescentes que se amaban con una pureza que solo era encontrada en las personas verdaderamente enamoradas. Decía, como Nancy, que no había mejor persona para ti que yo, y que no había mejor persona para mí que tú.

Es que, nos complementábamos, en serio lo hacíamos. Tú eras sensible pero fuerte a la vez. Yo era débil, pero sabía lo que era la sensibilidad y la insensibilidad a la vez. Ambos intentábamos ocultar nuestros sentimientos, pero por más que intentásemos, no podíamos, simplemente no podíamos.

Tú me enseñaste a amar, y yo te enseñé a ser amado. Me hiciste apreciar los pequeños detalles de la vida, y yo te hice apreciar más los grandes. Nos hicimos sentir especiales el uno al otro, nos hicimos sentir diferentes. Yo alteraba tu mundo y tú hacías el mío pacífico, como jamás había sido.

Tu mamá quedó estupefacta. ¿De dónde salió esta chica? ¿De dónde saliste? tu mamá re refirió a ti y a mí, respectivamente. Fue gracioso, ya que ni siquiera sonrió, solo salió con esa pregunta.

Recuerdo que empezaste a decir un montón de babosadas para que te creyera.

Es prima de un chico de la escuela. No estudia debido a que tuvo unos problemas personales cuando era pequeña, así que tiene educación en casa. Es algo tímida, y de pocas palabras, pero por dentro es una persona hermosa. Nos parecemos en algunas cosas y también tenemos diferencias en otras. Nos queremos mucho y fui un apoyo muy grande para ella cuando lo necesitó. Fuimos al baile de invierno juntos, así que sí, somos novios. Es parte de nuestro grupo y los chicos la aceptan mucho. Espero que no tengas ninguna molestia con ella, mamá tu mamá te dio una sonrisa torcida y no dijo nada. Dijiste que nos íbamos y, efectivamente, eso hicimos. Después, cuando volviste a tu casa, no te vi sino hasta el día después, y recuerdo que me dijiste que tu mamá te había dicho "que dijeses la verdad". No supe qué decirle, me congelé. No podía decirle la verdad, jamás, así que me quedé callado hasta que ella simplemente decidió dejar de molestarme. Le dije que esa era la verdad, y que tampoco tenía permitido hablar más de tu vida yo solo te agradecí.

Pero luego, cuando ya podía salir a la calle, papá le contó la verdad a Karen y quedó horrorizada. No lo podía creer, y recuerdo que hubo un tiempo en el que me sentía incómoda cuando estaba con ella debido al hecho de que parecía tener compasión de mí, y eso no me gustaba. No podía procesar tantas cosas tan rápido, apenas sabía qué era la sensibilidad.

Sin embargo, después de un tiempo, tú le dijiste que dejara de tratarme así, que era incómodo. Y lo hizo. Empezó a aceptarme y me trató muy bien, aunque siempre que me veía, me trataba como si no nos hubiésemos visto antes, como si nos acabásemos de conocer.

En cuanto a tu padre, no fue gran cosa. Le dio casi igual mi existencia y ni siquiera se molestó preguntar de dónde había salido yo, como al menos había hecho tu mamá. Simplemente dijo que eso estaba bien, pero que yo no fuese una distracción para lo que sea que hacías en la escuela. Eso pareció tonto, pero no lo critico, él era él, y tan solo tenía una forma diferente de pensar.

¿Te soy sincera? A veces me es increíble pensar el hecho de que tu padre esté muerto, no lo puedo creer.

Y menos puedo creer que sea mi culpa.

Papá siempre supo de la relación que tuve contigo. Gracias a eso, peleamos por esos 353 días porque yo quería salir y él no me dejaba. Porque yo quería verte y él me lo prohibía. Pero en el momento en el que me convertí verdaderamente en su hija, cuando nos mudamos con mamá, fue cuando empezó toda la cosa de que no quería aceptarte.

No sé, era raro. Jamás había dicho en voz alta que no quería verme con novio, sino hasta el momento en el que nuestra relación se hizo formal.

Sin embargo, él hizo de todo para que yo pudiese ir al baile de invierno y has de admitir que eso no tiene precio. Papá lo hizo todo por ti, por mí, por nosotros.

Pero mamá sí lo aceptó, siempre. Ella sabía que no porque se habían vuelto mis padres de un momento a otro iban a poder prohibirme ser tu novia o verme contigo, no funcionaba así. Te conocí a ti primero. Me protegiste, me enseñaste a querer, me tuviste paciencia, me cuidaste... Hiciste lo que ellos hubieran hecho si me hubiesen conocido primero, solo que tú te enamoraste de mí en el proceso, y yo lo hice de ti.

Ellos están y estuvieron siempre muy agradecidos contigo. Has hecho por mí algo muy importante, me has cambiado la vida, y sin nada a cambio.

Lo único que no les gusta de mí es mi adicción a los eggos. Se la pasan diciéndome que los como mucho y que terminará afectando mi salud, pero yo no les creo, ¿debería?

Y recuerdo que cuando Will se volvió mi hermano, lo aceptó más que nadie. Apoyaba que dos de las personas más importantes de su vida estuvieran juntas. Aunque casi no me conocía, estaba agradecido conmigo por haberle salvado la vida. Y tú también le has salvado y confiado en él, por lo que él estaba más que complacido con ambos.

Y aun así, no importaba la opinión de nadie con respecto a nuestra relación. Nosotros simplemente nos amamos sin importar nada más.

Como siempre lo hicimos, y como siempre lo hubiésemos hecho.

Te quiere,

El.

𝐂𝐚𝐣𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora