𝒆𝒑𝒊́𝒍𝒐𝒈𝒐

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—Bueno, ya —dijo Eleven y se separó de la guerra de besos que compartía con Mike. Él la miró con una sonrisa y puso uno de sus cabellos en la parte de atrás de su oreja, mirándole con dulzura.

Habían pasado seis meses desde que habían vuelto y estaban más felices que nunca. Al principio fue un poco difícil debido a que aún había un poco de rencor en las personas con respecto a Mike, pero fueron trabajando en ello. Al empezar de nuevo, Eleven no le dio la misma confianza de siempre y la relación no era parecida ni mucho menos, pero luego de los tres meses, todo se fue normalizando al punto de que llegar a ser mejor que la relación que compartían antes.

Max, la mejor amiga de Eleven, tardó mucho tiempo en perdonar verdaderamente a Mike, hasta que hicieron las paces y volvieron a ser mejores amigos. Pero había sido sino hasta tres meses atrás, aproximadamente.

Mike había alcanzado la felicidad en los últimos meses debido a que cuando la relación mejoró, salió el tema de su casa a flote y Mike decidió hablar de ello. Joyce y Hopper intervinieron y Karen terminó en un psicólogo, debido a que no estaba bien por todo lo que había pasado con Ted y Billy. Nancy seguía ahorrando y ahora contaban con la ayuda de la familia Hopper/Byers y ambos vivían, Mike y Nancy, en esa casa junto con la ahora no tan pequeña Holly, de nueve años.

Billy fue a la cárcel y Hopper se encargó de que él pagara por lo que hizo. Al parecer había sido bastante sádico con Karen, cosa que ella confesó en los tribunales.

Después de que Mike se sinceró, Hopper le tenía mucho más respeto y aceptaba mucho más la relación que mantenía con su hija.

Jonathan y Nancy mantenían una relación bastante seria e incluso tenían algunos planes a futuro. Joyce y Hopper al fin habían confirmado su relación y planeaban casarse en la próxima primavera.

En conclusión, las cosas habían mejorado.

—Hey, te quería contar, mamá me dijo que viajaremos en navidad a Derry —Mike quedó perplejo.

—¿Qué? ¿En serio? —Eleven asintió.

—Sí, y estoy muy feliz por ello. Quiero en serio que vayas.

—Sí, bueno, no paras de repetírmelo desde que fuiste tú.

—Es que conocí a personas geniales, Mike, que aparte de todo, te agradarán. Hay uno que es incluso idéntico a ti.

—¿En serio?

—Sí —Mike iba a continuar hablando, pero Eleven desvió rotundamente el tema—. ¿Qué me querías decir?

—Oh, sí, eso. Bueno, ¿puedes salir hoy?

—Vives en mi casa, ¿y aún me lo preguntas? Pregúntale a mamá, lo más seguro es que sí —Mike sonrió.

—Quiero salir contigo, hoy, en la noche. ¿No te molesta?

—¿Por qué me molestaría?

«...»

—Agh, mamá, no. Por favor —Eleven puso mala cara.

—¿No? ¿Por qué no? Sabes que así te ves hermosa

—Sabes que no me gustan los vestidos —Eleven hizo una mueca mirándose al espejo.

—Hazlo por Mike —Eleven miró mal a Joyce.

—Ahora sí que menos. Sabes que esa es otra de las cosas que no me gustan —Joyce rodó los ojos.

—Ay, por favor, no puedes ser tan tozuda en la vida.

—Mamá, simplemente no quiero.

—¿Ahora qué no quiere la niña? —Hopper entró bebiendo de un jugo de caja pequeño, casi como jugando con él.

𝐂𝐚𝐣𝐨́𝐧 𝐝𝐞 𝐑𝐞𝐜𝐮𝐞𝐫𝐝𝐨𝐬Donde viven las historias. Descúbrelo ahora