Discusión

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Un año había transcurrido, un año en el que unas argollas en el dedo anular hicieron una promesa, incluso algo superior a ello.

Doce meses en donde conocieron más de lo que ya de por si sabían, para la pelinegra fue un gran cambio, conoció cosas de su esposo que no sabía cuando creyó conocerlo siempre.

El entrenar con su padre varios años le pegó su caracter, era cierto que su marido a veces era inmaduro o eso creía, pero tras el paso del tiempo quizá era incluso mas maduro que ella, se guardaba las cosas, así como tenían tantas en común igual eran totalmente distinto.

Ella podía pensar en negro y el en blanca, sin embargo siempre la apoyaba aunque igual cuando se enojaba lo hacía.

Eso lo descubrió hace poco, Boruto podía tener mucha paciencia, pero como a todo humani se le agotaba en cualquier momento.

Ella tenía un caracter explosivo, eso el rubio ya lo sabía, podía leerla como un libro abierto, sabía cuando algo le molestaba o cuando se enojaba, sabía cuando debía hablar y cuando callar, respetaba a su esposa, pero no todo iba a ser siempre perfecto.

El igual tenía caracter, que lo ocultaba era distinto, era comprensible y amable, pero no se dejaba manipular como sus demás amigos, si algo no le parecía lo decía incluso si así armara una guerra con su esposa.

Tonterías, por eso discutían y era fácil arreglarlo en la cama con unos besos y caricias, el sabía como bajarle el enojo a su esposa, era normal verla estresada y cabreaba, pero...

¿Cómo calmar al Uzumaki?

Sarada no encontraba que hacer, era la primera vez que veía a su esposo tan enojado, y no lo era con la situación, si no que con ella...

El nunca le había gritado de tal modo, sabía que lo enojó bastante y no sabía como arreglarlo, si hubiese sido algo normal ya estaría resuelto, es fácil en situaciones así, pero ahora, estaba que explotaba.

- Ya te dije que no, maldita sea - se levantó con brusquedad de su asiento y se acercó a ella - deja de pensar por una maldita vez en los demás - dijo tomándola de los hombros, estaba harto de esa situación, tenía que ponerle un alto.

- Pienso en ti...

- ¡No! - la interrumpió - no pienses en mi, piensa en nosotros.

- Lo hago y...

- Si lo hicieras mandarías lo demás al diablo - la soltó y se llevó las manos a la cabeza, ella curveó las cejas mientras se tragaba las emociones.

Era tan humillante para ella recordar lo antes oído, en sí era cierto, ella lo sabía, Boruto solo lo ignoraba.

Eran más que ciertos esos comentarios que llegaron a ella, sabía que el tenían varias pretendientes aún casado ¿cómo no esperarlo? Era amable, comprensible, varoníl, era uno de los más apuestos de la aldea, a cualquiera maravillaba con esos hermosos ojos azules, con esa voz gruesa atercíopelada, con esas delicadas facciones heredadas de su madre, con esa masculinidad tan deseada.

Sabía que lo deseaban y también sabía que no lo cuidaba como se merecía.

Casi nunca estaban juntos, ambos estaban ocupados, el la iba a ver a su oficina, el escapaba de sus responsabilidades un momento solo para decirle: te amo, a la mujer que amo.

¿Y ella cuándo? No era capaz de hacer lo mismo que el, Boruto amaba y lo demostraba, en cambio ella...le era díficil, no le gustaba tanto demostrar su afecto en público y el lo entendía.

Mientras sus amigos estaban con sus familias, el esperaba solo en su "hogar" a que regrese, el le decía que no le importaba, pero ella sabía que si.

Eres mía en cuerpo y alma ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora