Descuido

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El rubio bufó frustrado, ya estaba harto de aquella conversación entre sus amigos y quería ponerle fin de una buena vez. No se sentía para nada comodo hablando de un tema así frente a ellos, ya que sentía que no podían entender sus razones.

- ¿en serio no quieres tener hijos? - preguntó ChouChou frente a el.

Boruto casi pega un grito, ni siquiera noto en que momento llego y justamente era ella, ahora le seria imposible librarse de la situación, suspiró y luego calló en cuenta de algo: eran las siete de la noche y Chou estaba ahí, solo significaba una cosa y era que su esposa estaba ahí.

Miró a un costado y en efecto tenia razón, estaba platicando animadamente con la dueña del local en donde estaban, su corazón se aceleró cuando su mirada obscura lo atrapó, era bastante vergonzoso para el sentir aquello, llevaban dos años de matrimonio y sentía como si aun fuesen unos adolescentes enamorados. Sin dudarlo se acercó a ella la cual le sonrió, podia sentir el cansancio que emanaba, el igual estaba mas que agotado, había tenido una misión y que mejor manera de relajarse que darse una ducha y dormir con su esposa en brazos.

- ¿Cómo te fue? - preguntó Sarada apoyando una mano en su pecho.

- Bien, pero si fue algo cansado - bostezó y ella rió.

- Vamos a casa.

- ¡Sarada! - la pelinegra miró a su amiga al escucharla.

- ¿Qué pasa?

- Necesito tu ayuda - se acercó a ella y luego miró a los demás chicos del fondo - asignale una misión a Shikadai mañana, una falsa ya que le haremos una fiesta sorpresa - susurró y lugo miró al rubio - ¡y tú! - lo apuntó - me ayudarás.

El asintió resignado y Sara sonrió para luego asentir. No tardó nada y el Nara se despidió, tenía que llegar a su hogar, no quería vérselas dura con su esposa.

- Chicos - dijo Chou acaercandose a los demás con la pareja - tenemos que decirles algo - todos los demás miraron expectantes.

- ¡Al fin! - exclamó Himawari llamando la atención de los demás quienes miraron sin entender.

- ¿estas embarazada Sarada? - preguntó Inojin al entender el comentario de su esposa.

- ¿Qué? - la novena se sonrojo y mostro una gran sorpresa ¿estaba embarazada? Se preguntó ella misma en su interior - No... - respondió dubitativa por el incomodo ambiente.

El Uzumaki se tensó al instante y tras la manera de responder de su esposa sintió pánico. Era como si toda la aldea esperara con ansias que tuvieran un hijo y el no se veía como padre aun, amaba a sus llamados sobrinos que no eran de sangre a excepción del bebé de Himawari, los adoraba, pero solo por un rato, no era por ser cruel, pero un niño no se cuida solo un rato y el hecho de tener que irse y que ellos le rogaran que se quedará le partía el corazón.

- ¿Estas embarazada? - preguntó Chou en voz alta llamadno la atención de los demás clientes.

- No - repitió Sarada fulminando a Chou con la mirada

- ¿no eso nos iban a decir? - preguntó Himawari

- No, era sobre la fiesta de Shikadai.

- Ah, lo siento Sarada - se disculpó Himawari

- No importa - rió nerviosa - será mejor que mañana me digan como quedará esto. Estoy bastante cansada al igual que Boruto.

- Bueno - suspiro la morena - pero no me dejes mal - apuntó de nuevo al rubio y este rodó los ojos para luego reir, era como la vigésima vez que se lo decía en el dia.

Eres mía en cuerpo y alma ✓Where stories live. Discover now