Capítulo 3.

1.2K 75 7
                                    

Estaba asustada. Quizás nerviosa.

Estábamos en medio del bosque, siguiendo un camino de tierra que no sabía que existía dentro del mismo, parecía que este seguía extendiéndose frente a nosotros con sus árboles imponentes de grandes copas. Es un lugar hermoso pero eso no logra acabar con mis nervios.

–¿Qué hacemos aquí?

–Ya lo verás.

Si no lo conociera juraría que es un loco asesino que solo me trae a mitad del bosque para matarme y robar mis órganos para venderlos, hasta podría pensar en mis últimas palabras si se tratara de un típico cliché de asesino.

Siento que llevamos una eternidad conduciendo por el bosque y esa sensación solo aumentó desde que se negó a decirme más, tenía muchas dudas.

Algunas de ellas se vieron disipadas cuando, de un momento a otro, apareció en nuestro campo de visión una hermosa casa. Parecía ser grande, de madera rojiza, tenía grandes ventanas donde de seguro se podría sentir el sol agradable de las tardes además de unos balcones donde había muchas flores de distintos colores y tipos.

Debo admitir que parecía una vista hermosa contando las tonalidades del bosque junto a los colores de las flores y el atardecer. Estaba disfrutando de ella y olvidando mis nervios por un momento.

Me encontré pensando en lo mucho que se debían disfrutar los fenómenos naturales desde allí, solo alejé esos pensamientos cuando Abraham detuvo el auto frente a la enorme casa.

–¿Aquí vive tu amigo?

–Así es. –Bajo del auto para después rodearlo y abrir la puerta para mí. Agradecí el gesto con una leve sonrisa que esperaba lograra ocultar mi miedo.

Caminé detrás de él hasta llegar a la entrada donde tocó el timbre sin darme tiempo para prepararme mentalmente para cualquier cosa. Pronto abrieron la puerta, al otro lado nos encontramos con una chica de cabello castaño lacio, y detrás de ella un chico más alto de piel morena y ojos marrones.

Retrocedí un paso a causa de la punzada de dolor que me atravesó la cabeza, apreté los ojos con fuerza a la espera de no recuperar recuerdos justo ahora, pero claro que nunca obtengo lo que quiero.

Lo que no podía creer es que hubiera conocido a alguien parecido a él, pero no tengo claro en qué momento, ni quién es.

Sentí un par de manos en mis hombros. –¿Estás bien? ¿Qué pasó?

–Sí, no te preocupes. –Abrí un poco los ojos, lo primero que vi tras esto fueron los ojos de Abraham que me miraban con preocupación. –No es nada.

–¿Qué te pasó?

–Solo fue un dolor de cabeza, no es nada...

Sabía que no me creía del todo, pero no podía decirle que creía haber conocido a su amigo antes, o a alguien realmente parecido.

–No podrás dejar pronto las visitas recurrentes.

–Lo sé.

–¿Todo está bien, Abraham? ¿Necesitan algo?

Me miró y negué, entonces los miró. –Hola, Daniell. No es necesario, todo esta bien.

Sonrió un poco, parecía realmente amable.

–Ella es Kacey Maxsen. –Me miró y luego a ellos. –Kacey, ellos son Daniell y Jacob.

–Mucho gusto. –Intenté parecer tranquila y no abrumada por lo de hace segundos.

Daniell me sonrió y se hizo a un lado. –Vengan, pasen.

Abraham tomó mi mano para luego seguirla dentro de la casa, mientras me dejaba guiar por el chico a mi lado, me concentré en mirar a mi alrededor, los tonos de la madera, las fotos enmarcadas y los cuadros colgando de las paredes aunque mi entretenimiento duró poco, no tardamos mucho en llegar a la sala de estar.

Peligro. |TERMINADA|Where stories live. Discover now