12. Tercer club » Parte 1

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Estado: California, Malibú. Hora: 13:14 p.m
20 de Enero, 2014.

Kylie.

Luego de un par de horas en el gimnasio de la casa —algo fuera de mi rutina diaria— siento mi cuerpo pesar y doler aún más de lo normal, Chantel se burla de mi por quejarme tanto y me avisa que tiene que salir por un par de horas para hacer ciertos ajustes de cuenta.

—Estarás sola en casa con las petulantes chicas, ignóralas todo lo posible. Bizzle llegará al rededor de las 14:00 p.m con los demás —informa antes de salir y yo me quedo sentada en el gran sofá en el cuál estuve por primera vez cuando llegué a esta casa.
Pongo más atención en los detalles del living y puedo asegurar que las armas son un verdadero caso importante en el lugar, muchas de ellas adornar muebles o incluso bordes de madera son tallados con dicho diseño, conforme continuo echando un vistazo las chicas aparecen en la habitación y toman asiento en los otros dos sofás qué se encontraban vacíos sin dejar de lado el sofá en el que estoy.

—Así que eres la nueva integrante de la pandilla, felicidades cariño —dice la chica con la cuál Chantel discutía hace un rato.

—Uh, gracias, supongo —le doy una media sonrisa y ella carcajea.

—En verdad eres tan ilusa, acabarás justo cómo las demás chicas.

—¿En la boca de Bizzle? —vacilo y ella me fulmina con la mirada.

—No idiota. Acabarás justo cómo las demás chicas, con una bala en tu hueca cabeza —derrama algo de ira en sus palabras y prosigue—. Bizzle siempre regresa a mi, en realidad creo que realmente le gusto, sólo que él no lo quiere admitir.

Alardea y yo tapo mi boca para no soltar una fuerte carcajada, deseo aguardar en silencio mientras la chica presume de sus encuentros sexuales con Justin y ellas la observa cómo si se tratara de una alguien de la realeza. Una chica de tez morena comienza a hablarme algo tímida e inmediatamente siento que cómo si le conociera de toda la vida, ella bromea respecto a la chica de cabello chino y ambas nos reímos a gusto.
Mientras conversamos no tarda en hacerse presente el rugido de un motor frente a la casa seguido de otras camionetas y las chicas informan que Bizzle ha llegado por lo tanto comienzan a irse algunas. Los nervios se apoderan de mi y trato de concentrarme en no colapsar, las puertas se abren de par en par y una carcajada algo maquiavélica inunda la casa.

—¡Es oficial, nuestro tercer club nocturno en la ciudad será abierto esta noche! —la voz ronca de Bizzle hace presencia en el lugar y las chicas que aún están allí gritan emocionadas y aplauden. Khalil se acerca a una gran vitrina y saca cuatro botellas, dos de vino y dos de vodka para celebrar, supongo.

Los demás chicos hacen acto de presciencia y cada uno toma a alguna chica por la cintura para sentarla en sobre su regazo. Observo a Justin, quién abre una botella de vodka y bebe un gran sorbo de ella, se sienta en el brazo de uno de los sofás y enciende un porro para posteriormente llevárselo a la boca.

Ashley, la chica que era su puta personal se levanta y camina hasta él.

—¡Muchas felicidades, cariño! —dice coqueta y levanta un poco su corta falda cuando se encuentra justo frente a él, Bizzle la observa de pies a cabeza y yo siento algo de celos, pero él ni siquiera se inmuta, y lo que más nos sorprende a todos los presentes es cuando se levanta y pasa por su lado ignorándola por completo.

—Vamos arriba nena —me ofrece su mano y yo siento una gran emoción, ¡acaba de rechazarla!. Acepto su mano gustosa y las entrelaza, al llegar a las escaleras me pone una mano en la cintura y me indica que suba primero yo.
De repente escuchamos un grito de enojo y ambos volteamos para saber de donde proviene, se trata de Ashley.

—¿Es en serio Bizzle, esa zorra antes qué yo? Me has de estar tomando el pelo —se queja molesta y se cruza de brazos. Justin niega con la cabeza y una sonrisa cínica tira de sus labios, da media vuelta y camina en dirección a ella quién cambia su expresión de enojo por una sonrisa.

—Quiero que te quede claro una cosa, pequeña perra —habla cuando está frente a ella y la toma bruscamente por su barbilla—. Yo meto mi polla donde quiera y cuando a mi me de la hija de puta gana. Que el placer que ella me de sea veinte veces más del que alguna vez me diste tú, no es su culpa.

La boca por poco me llega al suelo ante sus duras palabras y siento que el corazón se me va a salir del pecho a causa de la emoción, Justin suelta rudeza el rostro de Ashley quién lo observa aterrorizada.

—¿Entendido? —cuestiona antes de alejarse y ella asiente frenéticamente, quiénes presencian la escena actúan cómo si no hubiera pasado nado y siguen en lo suyo. Bizzle camina hasta donde me encuentro y me indica que finalmente podemos subir, al llegar a la segunda planta, el comienza a dejar un camino de besos pequeños por mi cuello lo cuál me hace reír.
Entramos a su habitación y el cierra la puerta con pestillo, camina hasta uno de sus sofás y se deja caer en el, se incorpora un momento para deshacerse de su polera y me hace señas con su mano para que me acerque, realizo sus indicaciones y cuando estoy frente a él; me toma por las caderas y levanta su cabeza para poder mirarme.

—Eres asombrosa —habla y levanta el suéter un poco para—. Al parecer calculé bien tú talla, me gusta.

Presume y me da una nalgada tomándome por sorpresa, finalmente opta por atraerme a su regazo y sentarme sobre él. Saca un porro el cuál me ofrece y lo acepto, mientras lo enciendo siento su mirada atravesarme si es posible da leves caricias en el muslo de mi pierna derecha.

—Por la noche, antes de irnos al club te daré tus primeras indicaciones —su voz rasposa me da escalofríos y le observo confundida—. Ahora que eres parte de mi pandilla, tendrás ciertos quehaceres.

Se corrige y finalmente comprendo.

—Y de una vez te advierto que no quiero verte en otra parte que no sea nuestra zona vip ¿de acuerdo? —sentencia y yo le digo que no se preocupe, me comenta algunos detalles más del club y la emoción que siento es casi notoria.

—¿Puedo pedirte un favor? —pregunto al cabo de unos minutos.

—Depende de lo que sea —dice sin darle muchas vueltas al asunto—. Yo nunca hago favores.

—Este es de tú conveniencia.

—¿Ah sí?

—Sí —afirmo y el asiente con su cabeza dándome a entender que prosiga mientras suelta una gran bocanada de humo—. Quiero hacerme ciertos retoques estéticos.

—¿Operaciones?.

—Algo así.

—Por mí no hay problema. Lo último que quiero es escuchar son tus quejas de "no me siento bien, me veo mal" —bromea y yo frunzo el ceño—. Quiero decir, todas ustedes las mujeres son muy..., extrañas. Pero cómo sea, tú solo tienes que decirme cuando y yo me encargo de que te atienda el mejor cirujano plástico del país.

—¿Es en serio?.

—¿En verdad crees que yo bromeo? Nunca dudes de mí, preciosa, podría salirte muy caro —susurra en mi oído y yo tan entierro mis uñas en su pecho cuando el aprieta mi pierna. No tarda mucho cuando por fin se proclama dueño de mis labios y justo en esa posición podría estar por muchísimo tiempo.

 No tarda mucho cuando por fin se proclama dueño de mis labios y justo en esa posición podría estar por muchísimo tiempo

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p.s/~El club resultara algo (muy) intenso para Bizzle y Kylie...😈💦
xoxo, leah

Bizzle Gang » +18Where stories live. Discover now