33. No es posible

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Estado: California, Malibú. Hora: 8:49 a.m
23 de Noviembre, 2014.

Omniscient.

Las horas habían transcurrido relativamente lentas para la pandilla, sobre todo para Kylie; quién permanecía en un trance sumamente grande asimilando a su vez; todo lo que había acontecido en cuestión de horas. Para entonces hacía 24 horas
—atrás— todos estaban jugueteando en la nieve cómo si fueran infantes. Y de la nada un fuerte golpe cambió radicalmente todo a su alrededor.

—¿Y Justin? —murmuró Chantel por lo bajo a su novio—. Desde que llegamos ese idiota no se ha vuelto a aparecer.

—Honestamente no tengo idea, cariño —el moreno se acercó a su oído para informarle—. Hemos tratado de localizarlo y nadie ha dado con su paradero.

—Joder, es el momento menos oportuno para hacer la desaparición del grandioso Bizzle —la rubia hizo referencia a la cantidad de veces tan ridículamente exageradas en las que su mejor amigo había desaparecido, literalmente, del mapa; para que sus enemigos no lo encontrasen.

Pero de lo que ellos no estaban enterados es que su líder había pasado la noche en un callejón sucio y solitario, mientras se recriminaba a sí mismo un sin fin de problemas. Fumó casi una cajetilla entera y posteriormente regresó al hospital tan solo para ordenarle a Erick, uno de sus choferes, que lo llevaran de regreso a la mansión.

Sí Kylie no quería verlo, él le cumpliría sus deseos y no es que fuera egoísta. Resultaba que Justin a veces podía ser lo suficientemente cabeza dura y en busca de ocultarse tras su máscara perjudicaba a quiénes estaban a su alrededor con tal de mantener su orgullos y dignidad intactos.
Al ser las 9:00 a.m, el doctor salió del cuarto de análisis con varios papeles en mano, pero su rostro reflejaba de todo menos buenas noticias.

—Muchachos —llamó la atención de la pandilla, rápidamente Kylie se puso en pie, seguida de su hermana y los demás—. Lamento informarles que no tengo buenas noticias, en lo absoluto.

—¿Es mi hermano, cómo está? —lloriqueó Kylie con el corazón en la mano, al tan siquiera pensar qué el médico le podía decir que Christian, había muerto.

—El no está bien, su condición es sumamente delicada. Pero respira y sus signos vitales son continuos —el doctor suspiro y les dió una mirada a todos—. Sorpresivamente ninguno de ustedes es compatible con el joven Beadles. Incluyendo a quiénes son sus hermanas.

—¿¡PERO CÓMO ES ESO POSIBLE, JODER!? —chilló Caitlin mientras se alejaba de Kylie y posteriormente se acercaba al doctor—. Es ridículo que no haya tan solo uno de nosotros que sea compatible con Chris, doctor.

—Pienso lo mismo, joven —el doctor les hizo entrega de los papeles a todos y uno tras uno llevaba la palabra "negativo" —. Lastimosamente es lo que tenemos. Y lamento decirles qué si en 72 horas no tenemos donador, es muy probable que él muera.

Aquellas palabras cayeron cómo un balde de agua helada a todos los presentes. Kylie, quién había salido del trance durante un par de minutos con algo de esperanza, se dejó caer llorando amargamente en el sofá. Maldecía una y otra vez el momento en el que se había metido en todo ese lío, maldecía la hora en la que asistió a la dichosa fiesta de fraternidad, maldecía cada segundo y minuto que había desperdiciado en la cama de Justin y especialmente; maldecía el momento en el cuál se enamoró de él de la manera más pura e incondicionalmente posible.

Todo sonaba cómo un estupido cuento de hadas, pero lastimosamente no era así.

Más tarde, el doctor reapareció para comunicarles que podían ver a Christian a través de la ventana de su habitación. Los primeros en ir fueron Kylie
—acompañada de Ryan—, la pandilla acordó dejar ir a la pelinegra antes que Caitlin o Nicole, ya qué, probablemente era la que estaba más sumida en su propio infierno, sobre todo porque se culpaba de cada acontecimiento.

Bizzle Gang » +18Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt