12. Tercer club » Parte 3

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Estado: California, Malibú. Hora: 01:37 a.m
21 de Enero, 2014.

Omniscient.

Bizzle da un apretón al culo de la pelirroja que tiene sobre él y la chica lo sacude más rápido mientras se restriega encima de su pene.

—Hombre ¿donde está Beadles? —jadea mientras vuelve a apretar el trasero de la pelirroja. Lil Za detiene su labor de lanzar billetes y comienza a buscarla con la mirada.

—No es aquella de allí, la que está con... ¡Oh mierda!

Inmediatamente él desvía su mirada del gran trasero y se topo con la peor escena del mundo.
Salvatore Lombardi en su club hablando con Kylie frente a sus narices, Bizzle quita de manera violenta a la pelirroja que tiene sobre él y da grandes zancadas con dirección a ellos.

Saca la Glock 17 que llevo en su bolsillo trasero y cuando está frente a los dos toma a Kylie de su antebrazo y la jala para apartarla.

—¿¡PERO A TI QUIÉN COJONES TE DEJÓ ENTRAR A MI CLUB!? —grita mientras pega el arma en la frente de Lombardi quién ríe cínicamente.

—Bizzle, hombre, nos volvemos a encontrar —carcajea el moreno, Justin coloca su dedo índice —cómo diariamente lo hacía— en el gatillo dispuesto a disparar pero un toque en su espalda lo desconcerta por un momento.

"¡Hey! ¿Qué carajos pasa contigo?"

Son las palabras que escucha por parte de Kylie pero el brutal enojo que tiene en esos momentos nubla su cabeza.

—Tranquilo viejo, yo solo buscaba diversión con la chica —Salvatore señala a Kylie quién se sonroja y agacha su cabeza, una razón más para volver loco a Bizzle.

—¿Cuantas veces te he dicho que no te metas con mis chicas ni merodees por mi territorio, cabrón? —Bizzle lleva su mano izquierda al puente de su nariz mientras sostiene este y trata de no explotar frente a toda la multitud del club. Al menos la primera planta no se ha dado cuenta del encuentro tan temeroso —por muchos— en el segundo piso.

Salvatore Lombardi mejor conocido cómo il grande, líder mafioso emblemático de Italia, fue un gran socio de Bizzle tiempos atrás hasta que ocurrió una gran traición por su parte y desde allí se volvió su mayor rival, por no decir némesis.
Bizzle logró dominar el territorio Americano exportando su mercadería desde el Sur hasta el Norte, él mismo se había encargado de destronar a Salvatore quién se marchó a Italia y creció mucho más, regresando a los Estados Unidos para enfrentar a Bizzle.

—¿¡CUANTAS PUTAS VECES TE LO HE DICHO!? —explota Bizzle regresando el arma a la frente de Lombardi, provocando que todos los italianos que se colaron en el club se pongan en pie apuntándolo con sus armas, la pandilla de Bizzle no se queda atrás y todos sacan sus armas.

—Ya —habla Salvatore quitando el arma de su frente—. No pasa nada, nos vamos y todos tranquilos.

—No lo vuelvo a repetir una tercera vez Lombardi. La próxima vez que te encuentre en mi territorio no dudaré en volarte la cabeza con todo el placer del mundo —las palabras de Bizzle derraman gotas de veneno, "il grande" carcajea y pasa por su lado dejándolo con la palabra en la boca.
Justin le sigue con la mirada hasta que finalmente todos los que venían con Salvatore, incluyéndolo a él, salen por la puerta principal.

—Que redoblen la seguridad y si ese hijo de puta vuelva a pisar mi territorio todos ustedes lo pagaran —Bizzle le indica a Za quién asiente y se retira para avisar a los demás muchachos. Kylie observa la escena anonadada y el miedo que alguna vez sintió por Justin se triplica.

—¿Quedó claro? —el castaño se dirige a Kylie quién traga grueso mientras esta asiente, él la fulmina con la mirada y camina hasta uno de los sofá, se sienta e inhala dos líneas de cocaína que yacen en la pequeña mesa que decora el centro.

Kylie lleva su mano a su pecho y trata de respirar tranquila pero le es imposible. Desde luego que no fue su culpa, ella ni siquiera sabía que Bizzle tenía un enemigo de esa magnitud hasta que presenció el enfrentamiento y ahora se da cuenta del poder que el castaño posee.
Ella por un momento imaginó que Bizzle, en sí, era un tipo de careta que Justin utilizaba por diversión, ahora sabía que no era así y temía que algo le fuese a ocurrir a ella, pero también sabía que al contrario de muchas personas, ella era parte de su pandilla entonces probablemente él no le haría daño.

Ahora tenía claro que necesitaba que toda su inteligencia la acompañara en todo momento, solo para no hacer nada que lo enojara.

—¿Estás bien? —Khalil pasó un brazo por sus hombros y ella le dedicó una pequeña sonrisa.

—Eso creo —respondió algo desconcertada—. Pronto vuelvo, iré al baño.

Kylie se zafó del medio agarre del moreno y caminó entre las personas que estaban en la zona privada, al llegar al baño se dirigió hasta el gran espejo, se miró en él y frunció su ceño; ¿pero que le había sucedido aquella chica frágil y linda, aquella chica que se preocupaba por las personas y no se metía con cualquier tipo que se le pusiera en frente, la chica de corazón bondadoso?.
Esa chica definitivamente ya no estaba allí, o quizás sí, pero en un lugar muy recóndito de su corazón.

Y lo que más la sorprendía era qué; apenas habían transcurrido cuatro días de su secuestro accidental.

La castaña abrió el grifo para humedecer su rostro, al levantar nuevamente su mirada logró distinguir a una persona en la obscuridad ya que las luces del baño eran tenues y apenas alumbraban lo necesario.
Ella se giró y sintió alivio en cuanto vió a Bizzle recostado a la puerta.

—Y-yo en verdad l-lo siento —tartamudeó en cuanto recordó que probablemente Justin estaba muy molesto.

—Cállate —el castaño llevó su dedo índice a sus labios indicándole que guardara silencio, una sonrisa estrambótica se situó en sus labios y recorrió el corto trayecto que había desde la puerta hasta el espejo.

—No sabía quién era, por favor, yo... —susurró Kylie cuando sintió qué el pegó su frente a la de ella.

—Ya... —fue la única palabra que abandonó la boca de él. Justin tomó a Kylie por su cintura y la subió al lavamanos hecho del fino material de mármol, en cuanto el frío material hizo contacto con la piel desnuda de sus piernas cualquier tipo de miedo se marchó.

Bizzle ahuecó la palma de su mano izquierda en la mejilla de ella y la acerco a sus labios.

—¿Por qué me tienes tan mal?.

Fue lo último que dijo para luego tomar posición de sus labios, a pesar del enojo y de la cocaína que traía en su organismo, nadie le podía quitar lo sexy que lucía su nena.

Fue lo último que dijo para luego tomar posición de sus labios, a pesar del enojo y de la cocaína que traía en su organismo, nadie le podía quitar lo sexy que lucía su nena

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p.s/~Den la bienvenida a bebé Drake como Salvatore Lombardi, esto cada vez se pone más interesante🤭
Los últimos dos capítulos se estarán subiendo en un rato o más tarde
😈💦

Bizzle Gang » +18Where stories live. Discover now