Under ;; jjk

Lío.

Los minutos que transcurrieron parecían jodidamente eternos. Mis ojos no se despegaban de aquella anatomía masculina descansando sobre mi cama. Había llamado a Erin minutos atrás la cual con una emoción innecesaria pidió que le tomara un montón de fotos al chico dormido.
Aquello me cabreo, pero de alguna forma me tranquilizo.
Que esté dormido en mi cama no significa nada malo, solo...
Solo está dormido en mi cama, maldición.

Solté un bufido mientras me acomodaba en mi silla, bajando mi rostro a mis palmas para tallar de este. Las sensaciones acumuladas en mi pecho cuando tenia al castaño cerca no me dejaban pensar con claridad. Y eso me frustra. Habían tantas voces en mi cabeza a pesar de mantener el silencio fuera de mi. El remolino de emociones llegaba a sofocarme pero, de alguna forma, podía con ello.

La espera está carcomiéndome viva mientras mantenía la habitación en penumbra. La tarde ya había caído y el chico seguía sumido con Morfeo. Mis ojos viajaron hacia la ventana, observando cómo la cortina se mecía gracias al viento de la noche. Me despabilé completamente cuando el movimiento ajeno cautivó mi atención, el cual estaba removiéndose en la cama y soltando quejidos audibles para mi. Me quedé perpleja mientras veía como sus músculos se tensaban al verlo tratar reincorporarse.
Esta despertándose.

Me levanté de mi lugar con mucha duda y nerviosismo mientras avanzaba hacia él, tomé la aspirina y el jugo de naranja que había preparado muchas horas atrás de la mesita junto a la cama. Mi corazón -el cual se había estabilizado- volvió a a latir con fuerza al volver a verle de cerca, con aquel rostro demasiado sereno, con su cabello revuelto y si...con su torso desnudó. Jeon Jungkook definitivamente es bello. Eso no lo puedo negar ni estando tan ebria como él llegó.

-¿Hola?...-Murmuré en su dirección, como si cualquier ruido pudiese molestarle- Jungkook...toma esta patilla.-Al decir aquello, sus ojos se abrieron con suavidad.

Deteniendo mi respiración al tener contacto visual con sus ojos. Aquellos que brillaban aún si se encontrara en el más oscuro lugar, como es literalmente mi habitación en este momento.

Lo vi arrugar su nariz mientras volvía a hundir su rostro en la almohada, actuando de manera muy tierna para mi. Aquel concepto de idiota y rebelde que tenía en él, se tambaleó al verlo casi dormido.
¿Qué es lo que estoy pensando?

-Jungkook...-Bajé aún más mi tono de voz mientras me arrodillaba junto a la cama.- Despierta...

Un quejido adormilado fue mi respuesta, mientras este sacaba su rostro de la almohada para entrecerrar sus ojos y mirarme. Algo en mi pecho seguía asfixiándome cada que este me miraba, es cruel, demasiado.

-Te pareces tanto a ella...
Murmuró, más dormido que despierto.

Aquellas simples palabras fueron derrumbadas sobre mi como si de toneladas de rocas pesadas me aplastaran con brusquedad. Mi respiración cambio de ritmo notablemente haciendo que me sintiese mareada al instante. Sentí la bilis subir por mi garganta y definitivamente sentí la presión en mi pecho cambiar drásticamente de sentimientos.
Ella...me parezco a "ella"...
Lo vi volver a cerrar los ojos y acomodarse en la cama, aquello me obligó a retroceder mientras dejaba las cosas para su dolor de cabeza de vuelta en la mesilla. Apreté mis labios en una línea recta mientras dejaba salir una risa irónica de mi boca.

Sus palabras llegaron a causarme gracia y mi sistema de protección, aquel que había bajado guardia ante las potentes miradas y seducciones del castaño, volvió a tomar las riendas de mi cuerpo.

El teléfono del contrario resonó por la habitación y antes de que despertaran cualquiera de los dos hombres que se encontraban en mi casa, conteste: