Tacto.

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Ahí estaba él.
Deambulando dentro de mi habitación; pero esta vez, completamente sobrio. Mi corazón no había dejado de golpear la caja torácica dentro de mi pecho, aquella sensación de opresión en mi estómago seguía desconcertándome, pero ante todo, controlaba mi expresión perfectamente. Aunque muy en el fondo sabía que Jungkook lograba notar los efectos que su simple cercanía causaban en mi. Lo sabia, lo sabia y jugaba con ello a su antojo. Pero no podía culparlo de todo, ya que yo no lo rechazaba, por el simple hecho de que él estaba abriéndome las puertas a un nuevo mundo de sentimientos.
Solté un suspiro al perderme en mis pensamientos de nueva cuenta, aquel simple sonido de mi, cautivó la atención del castaño.

Dejó de acariciar mis libretas sobre mi escritorio para acercarse a mi. Me encontraba sentada en la orilla de la cama mientras trataba de lidiar con la idea de que nuevamente había caído bajo los hechizos de Jeon.

-¿En qué piensas, cielo?-Lo vi pararse frente a mi, para tomar mi barbilla y obligarme a mirarlo.

Tragué saliva al ver sus ojos sobre los míos.
-En todo y nada...-Respondí, memorizándome sus facciones.

-¿En Taecyeon, quizá?-Desvié la mirada cuando lo escuché pronunciar él nombre del grisáceo, sintiendo la pesadez de lo ocurrido anteriormente- Haneul, mírame.-Ordenó.

Relamí mis labios mientras intentaba ordenar mis pensamientos y emociones para poder hablar con el castaño.
A pesar de toda la escena en mi jardín, aún deseaba saber demasiadas cosas.

-Mírame.
Jungkook se arrodilló frente a mi, colocando sus manos sobre mis rodillas, dejando su rastro de cosquillas.
Mis ojos volvieron a conectar con los suyos y, al notar la serenidad de su expresión, algo se encendió dentro de mi pecho.
Algo que hizo que me sonrojara al tenerlo cerca.

-Jungkook...-No era mi intención de que su nombre sonase como una súplica.- Se siente horrible...cuando alguien que amas se va de tu lado.

Profundas palabras salieron de mi boca como si pudiese confiarle todo al castaño a pesar de todos los tropezones que tuvimos que pasar para al final, aceptar, que los dos estábamos destinados a estar en la vida del otro, aunque tardáramos mucho en entenderlo, o al menos yo.
En ese momento pude notar como el castaño soltaba un suspiro y relamía sus labios, bajando un poco la mirada al escuchar mis palabras, tomó una gran bocanada de aire para decirme:

-Sé que se siente horrible, preciosa.-Llevó su palma a mi mejilla para acariciarla con suavidad- Pero no estaban destinados a ser...¿lo entiendes?

Sus palabras cayeron de lleno sobre mí, hasta que aquella pesadez se transformó en un recuerdo, en un nombre: Jiwoo.

-Yo...t-tú...me llamaste Jiwoo.-De repente, nombrarla frente suyo fue como un horrible paso que tenía que dar.

La expresión del castaño cambió radicalmente al escucharme de vuelta. Al escuchar aquel nombre salir de mis labios.
Algo en sus ojos se oscureció y logre notar una expresión fugaz en ellos; quizá tristeza, quizá irá...no logré descifrarlo con claridad.

Jungkook se colocó de pie y dejó de tocarme, revolvió su cabello y soltó un siseo mientras se daba la vuelta para darme la espalda. Como si estuviese aferrándose a un muro entre los dos que no tenía planeado destruir.
No dejé de mirarlo ni un segundo, algo dentro de mi sabía que nuevamente me iba a negar las respuestas.

-Si vamos a iniciar...lo que sea que iniciemos...debemos de ser sinceros el uno con el otro, Jungkook. -Me levanté de mi lugar, acercándome con cohibición a su potente anatomía- Yoongi y Jin me dijeron que era una vieja amiga.

-Ellos no debieron decirte ni una mierda de ella.-El tacto sutil y amable que segundos atrás había visto en él, se desvaneció cuando lo vi girarse y notar la tensión sobre su mandíbula e ira en sus ojos.

Under ;; jjkWhere stories live. Discover now