Capítulo 4. Bajo el techo de tu enemigo

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Camila

El fin de semana pasó más rápido de lo que yo hubiese imaginado, y lo peor se veía venir: fingir con Lauren en lugares públicos. Mi madre aún llora desconsolada en mi hogar, bueno el hogar de mis padres, porque tal como se ha acordado, mis cosas se han mudado a casa de los Jauregui, mi padre ha tomado la noticia con una serenidad, como si se tratara de otra persona, cada día me convenzo más que él está de acuerdo con todo esto, no fue necesario que Lauren se tratara de un chico para venderme a cambio de ser incorporado en la firma de su familia. No sé si estaba triste o decepcionada en lo que respecta a Alejandro.

En casa de Lauren todo es extraño, sus padres nunca están, o por lo menos yo no he visto de ellos ni la sombra, hay mucha gente que trabaja para cumplir los caprichos de la pelinegra, pero ella los trata como si fuera un ángel, es claro que me sorprende, ya que siempre la imaginé como una tirana y ególatra, pero así es Lauren lo que menos llegas a creer de ella, lo es... Y bueno aún es de tarde y el sol no se ha ocultado, estando en la habitación que me desperté aquella vez, luego de que todas mis pertenencias han sido organizadas y puestas en su nuevo lugar, estoy otra vez abatida queriendo únicamente despertar de esta pesadilla.

-Qué bonito es llegar a casa y encontrarte aquí. – Escuché ese tono de voz grave e inconfundible, hablando en español con ese acento que a veces la hacía escuchar raro, no era por querer criticar a la bruta de Lauren, pero a pesar de que toda su familia era cubana su español era un desastre. Esa tarde se le veía tranquila, con esa cara de quien no rompe un plato, adornada con una bonita sonrisa. – Espero te sientas a gusto en tu nuevo hogar. – Agregó y se acercó a mí tomando mi cara con sus dos manos para plantarme un sonoro beso en mi mejilla, yo me separé fastidiada. – Cielos Camila, ni siquiera eres capaz de corresponder a una insignificante muestra de cariño, deberíamos empezar a practicar, tú sabes mañana tenemos que ir a la universidad y debemos lucir como la pareja más feliz de toda California.

-Por favor Lauren, aterriza, no somos siquiera una pareja, mucho menos feliz, así que ve preparando tu frustración, porque esto entre tú y yo nunca se verá real. – Le advertí y ella hizo una mueca.

-Escucha, niñita mimada, todo lo que acabas de decir ya lo sabemos, pero quiero que nos veamos como un pareja feliz, créeme que es necesario, ¿Qué parte de que somos figuras públicas no te queda claro? – El gesto de su cara cambió con gran velocidad, ahora se veía imponente y hasta con cierta impaciencia. – No me gusta que hablen cosas negativas de mi familia.

-Entonces no debiste haberme drogado para casarme contigo. –Reproché.

-Puedes decir lo que quieras, no me voy a arrepentir de eso. – Se cruzó de brazos y me miró fijamente. – Deberías estar contenta, Cabello, serás la envidia de muchas chicas en la facultad. – Agregó divertida.

-En serio Lauren, eres insoportable. – Declaré poniéndome de pie con la intención de retirarme.

-¿A dónde vas? ¿Por qué abandonas nuestro nido de amor? – Me preguntó con su burla siguiéndome los pasos, ella era una fastidiosa de tiempo completo, era cruel y yo parecía ser su chiste favorito.

Lauren

Camila, Camila, Camila... al menos los ratos en mi casa no son tan aburridos como antes, me encanta hacerla enojar, me encanta cuando se pone roja de la furia, y el brillo de sus ojos sumados a esas ganas de asesinarme. Sé que Camila no lo entiende, pero a veces creo que fue mi corazón quien la escogió, el problema es que me quedaría muy difícil convencerla de que ha sucedido de esa manera, es natural que ella no crea en mis palabras, además desde que nos conocemos no le he dado siquiera una buena impresión. Creo que es la única chica en la tierra que podría llegar a interesarme realmente y ella me detesta... vaya suerte la mía.

No quiero ser tu esposa (Camren)Where stories live. Discover now