Capítulo 12. Losing my mind

8.9K 530 51
                                    

Camila



-Me besaste. – Enfaticé en el hecho frunciendo el ceño, una parte de mí no entendía porque estaba protestando por algo en lo que me había sentido muy a gusto, quizás porque quería ocultar que su boca era mi perdición.

-Y tú me has correspondido. – simplificó Lauren con una enorme sonrisa indeleble.

-Eso hice. – Admití finalmente contagiada por su emoción, Lauren se acercó taciturna juntando su frente con la mía mientras no quitaba sus ojos de los míos como si quisiera decirme tantas cosas que su boca no era capaz de pronunciar o al menos eso era lo que mi mente quería imaginar, pensaba en la posibilidad de simplemente dejarme arrastrar por esta locura, ponerle fin a esta resistencia aunque al final no me quedara con nada, sólo con el consuelo de haber puesto en juego todo... Lauren cerró los ojos lentamente conforme acortaba nuestra distancia con la intención de reanudar el beso, yo por mi parte ignoré esa voz en mi cabeza que siempre decía aléjate y me dispuse a recibir su maravillosa caricia, sin embargo el cielo gruñó como enfurecido y ambas nos sobresaltamos, cuando levantamos la vista al tiempo descubrimos una enorme nube gris que se avecinaba. – Lo mejor es que salgamos de aquí cuanto antes. – Sugerí y la chica de ojos verdes estuvo totalmente de acuerdo.

-Siento que me congelo. – Se quejó Lauren mientras se despojaba de su camisa para escurrir toda el agua posible.

-Pierdes el tiempo. – Comenté cuando se desató la lluvia, ella hizo un gesto de frustración y anudó la prenda a su cintura, quedando con una camiseta sin mangas, era blanca y como estaba húmeda marcaba muy bien la forma de sus firmes senos y sus pezones rígidos por el frío, realmente intenté quitarme esa imagen de mi cabeza en vano.

Al cabo de unos minutos alcanzamos los caballos, el caballo que montaba Lauren parecía alterado por la tormenta, yo me burlé diciéndole que hacían una pareja perfecta, la chica de ojos verdes protestó diciendo que ella no le temía a ese tipo de cosas tal como me había explicado la noche anterior. Lauren acarició el animal intentando calmarlo un poco y cuando finalmente se le vio más apacible ella lo montó con más facilidad que la primera vez, tenía una buena interacción con ellos aunque no fuera de sus actividades favoritas como ya había aclarado antes. Escogimos una marcha rápida para evitar mojarnos por tan prolongado tiempo y evitar la posibilidad de un resfriado. Sin embargo no resultó siendo tan buena idea ordenar a las bestias trotar a tal velocidad, especialmente porque el caballo de Lauren se mostraba alterado recurrentemente y no quería obedecer a sus mandatos, entonces el cielo rugió una vez más, un fuerte estruendo abrió las nubes en dos, de inmediato me di vuelta al escuchar el relincho despavorido mientras Lauren luchaba con el animal por mantenerlo sobre sus cuatro patas, el caballo saltó una vez más con tanta rudeza que la pelinegra cayó de espalda contra el suelo antes de que su caballo emprendiera la huida.

Lauren



Cuando abrí mis ojos estaba en el cuarto de Camila y ya había oscurecido, al principio me sentí desorientada por las punzadas en mi cabeza, entonces recordé rápidamente los últimos sucesos y mi angustia al no haber podido controlar aquel caballo que parecía más un animal salvaje. La castaña estaba a mi derecha sentada en una silla, parecía que dormía plácidamente a pesar de la incomodidad, la llamé por su nombre con volumen de voz moderado, yo sabía que ella no era de las que tenía el sueño pesado así que cualquier mínimo sonido extraordinario a la quietud de su descanso la hacía despertar.

-Lauren. – Se acercó a mí acariciando mi cabello. - ¿Cómo te sientes?

-Estoy perfecta. – Contesté intentando mantenerme erguida pero Camila me detuvo explicándome que un médico había venido y me había aconsejado que me mantuviera en reposo e hiciera el mínimo esfuerzo. – Vale, me duele un poco la cabeza.

No quiero ser tu esposa (Camren)Where stories live. Discover now