Capítulo 16. Confusiones y verdades

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Lauren

Habían pasado ya quince días, quince días en los que continuaba consumiéndome en mi propio encierro, desde la cama veía y escuchaba la lluvia azotando el cristal de las ventanas, aquel cielo gris y calles empapadas me parecían tan melancólico, era como una alegoría de lo que sucedía en mi interior. Me había rehusado a entrar a la web, especialmente a las redes sociales, seguro mi divorcio era el tema de todos, Carlos me había llamado para confirmar que Camila había firmado los papeles y que la separación era un hecho, por supuesto también se cumplió a cabalidad lo estipulado en el contrato, pagamos la multa pero yo obligué a Carlos que pusiera el dinero a nombre de Camila, no me parecía justo que Alejandro sacara provecho cuando fue ella quien tuvo que vivir la peor parte, sin embargo, Camila se rehusó, no me sorprendí la verdad, ella era en parte algo orgullosa... Los días se pasaban lentos, había comido poco y los estragos empezaban a notarse, pensé cuando me miré al espejo completamente desnuda, parecía una pobre alma en pena. Esa mañana desperté cayendo en cuenta que no había cumplido la promesa de Michael, entonces tuve cierto impulso de hacer valer mi palabra. Miré el reloj y eran las diez de la mañana, busqué en el refrigerador la última botella de vodka que me quedaba y descubrí que estaba vacía, hice un mohín completamente decidida a ir en busca de más. Tomé un baño rápido y empecé a vestirme con infinita paciencia, escogí unos pantalones de mezclilla y un jersey holgado, como tenía unas ojeras exageradas decidí usar gafas oscuras, me miré al espejo y definitivamente no me reconocía, si no lo hacía yo seguro que pasaría desapercibida entre cualquier multitud. Conduje lentamente hasta el supermercado más cerca que casualmente quedaba dentro de un centro comercial bastante concurrido, pero no me importó, me sentía con el poder de camuflarme en cualquier lugar, eso fue un poco satisfactorio, pero todo lo bueno dura poco.

-¿Lauren Jauregui? Quién lo iba a imaginar... - De repente escuché una voz muy familiar, me di vuelta para toparme con los ojos de Laura Cabello, ella venía acompañada del chico castaño a quién llamaban Shawn, el exnovio gay de Camila. Tenía que admitir que eran las últimas personas que esperaba ver, EE UU era lo suficientemente grande y tenía que suceder semejante coincidencia. – Te ves realmente mal. – Comentó luego de repararme.

-Gracias. – Musité con ironía.

-¿Dónde te estás quedando? He preguntado por ti a varias personas y nadie sabe de tu paradero, supe que estabas en New York, nosotros vinimos a una convención, aproveché e intenté localizarte en casa de tu familia pero no obtuve respuesta. – Habló un poco decepcionada, yo suspiré, lo que menos necesitaba era la acosadora hermana de Camila en mi vida, no me gustaba siquiera imaginar lo molesta que podía llegar a ser.

-Es justo lo que deseo, que nadie me localice... ahora si me disculpan. – Dije emprendiendo mi retirada, quería llegar a mi apartamento en cuanto antes.

-Ven a una fiesta conmigo. – Me propuso la rubia y yo sonreí irónicamente. - ¿En serio te vas a dejar morir? ¡Por Dios, Jauregui! Estás demasiado joven como para darle demasiada cabeza a ese asunto, tienes el mundo a tu disposición, ¿Quieres seguir martirizándote con los recuerdos o prefieres hacer algo al respecto para olvidar y superar?

-De acuerdo. – Contesté sin pensármelo mucho, la expresión de Cabello fue de sorpresa, ni por un momento creyó que tenía posibilidades. – Envía la dirección a mi WhatsApp, estaré allí. – Ella asintió lentamente como si aún estuviera procesando que por primera vez no la hubiese rechazado, yo me despedí sin darle tiempo de hacer cualquier otro comentario, quería regresar a mi refugio y a mi rutina.

Ese fue el último día que pensé en Camila, no era porque la hubiese olvidado, sino que había perdido la cabeza entre tantas fiestas, alcohol y drogas. Cuando la noche cayó recuerdo haberme debatido durante toda la tarde en si ir o no ir, finalmente me enfoqué en cumplir con la cena que había programado con Michael, pero cuando él se fue volví a sentirme sola y vacía dentro de un laberinto del cual no sabía cómo escapar, entonces recibí la llamada de Laura Cabello, al fondo podía escuchar la buena música de cualquier sitio donde se encontrara, no me pasé al apartamento sino que me fui directo a la dirección que me había enviado la castaña. Los recuerdos de la semana entera se me hacían tan confusos, no podía unirlos en una línea de tiempo coherente, no sabía que había sucedido antes o después, no sabía cómo había terminado en otra ciudad, no recordaba a quienes me acompañaban, qué había tomado y con qué me habían estado drogando durante la semana entera, a Laura no podía ubicarla en ninguno de esos recuerdos, no supe cuándo fue la última vez que la vi, no supe tampoco de Shawn y su novio, el que era esposo de la hermana de Camila. De repente me desperté un domingo al mediodía en mi cama, pero no estaba en el apartamento, estaba en la casa familiar. Lo que siguió fue el sermón de Michael, estaba enojado pues había tenido que irme a sacar de la casa de no sé quién, reprochándome el estado tan deplorable en el que estaba pues era incapaz de decir quién era y sólo podía balbucear cosas incoherentes. Yo intenté explicarle que en verdad no entendía como había sucedido todo, él me miró completamente escéptico, lanzándome una revista donde aparecía con varias chicas en diferentes lugares, mi confusión era tremenda, pues no era capaz de distinguir los lugares y las personas, ¿En verdad era yo?



No quiero ser tu esposa (Camren)Where stories live. Discover now