Capítulo IV: Problemas...

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Aquí les dejo un nuevo capítulo, no olviden votar!

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Capítulo IV:

¿Por qué?, pensé amargamente al día siguiente.

Me sentía tan confundida. No debía haberlo tratado de esa forma.

Pero conversar con él, en estos momentos, era algo imposible. Apenas, si nos habíamos dado una mirada en el desayuno, y ahora, siendo ya casi de noche, me sentía fatal.

Lancé uno de mis libros al estante, y eché mi cabeza hacia atrás. Teníamos una prueba para mañana, pero no tenía tiempo de leer, ni de estudiar.

¿De qué me valía ser estudiosa en un lugar cómo este, un lugar dónde no llegaría a ser nadie?

Los buenos tiempos, se habían ido, y no regresarían.

¿Cómo era hacer magia? ¿Cómo era Hogwarts?, Jamás lo sabría. Ni yo, ni mi hermano, o cualquiera de mis primos.

Sólo tenía una vana idea, por antiguos relatos que contaba la tía Ginny y los abuelos.

Dejé de pensar en ello, y me quedé mirando fijamente por la ventana de la habitación que compartía con mi prima.

-Demonios... No puede ser.-susurré al ver que un par de agentes de la paz, liderados por Nott, se acercaban a nuestra casa.

De inmediato, bajé corriendo por las escaleras.

-¡Rose!-gritó Lily asustada, podía notarlo por la forma en que lo decía.-¡¿Qué hacen ellos aquí?!

Todos sabían que los agentes de la paz, sólo te venían a buscar cuando habías hecho algo muy grave.

-Quédate aquí, y no salgas.-le ordené un tanto desesperada.- ¿Dónde está Hugo?

El pelirrojo se apareció por la puerta trasera de nuestra cabaña, sin saber lo que ocurría.

-Aquí estoy...-dijo totalmente confundido con un par de leños en los brazos- ¿Qué pasa? ¿Por qué estás así?

No le respondí, y me limité a ver por la ventana.

Sólo estaba Albus, quien sacaba agua del pozo. James estaba con los abuelos, habían salido temprano a comprar un par de suministros para la casa en la zona comercial.

¡Maldita sea!, pensé totalmente desprotegida y aterrada.

-No salgan por nada del mundo.-les pedí con intenciones de salir y ver qué pasaba. No podía dejar a Albus con esos malditos.

-¡Tú tampoco, Rose!-me gritó Hugo, pero no le hice caso y cerré la puerta tras de mí.

Tan pronto como pude, corrí al lado al lado de Albus.

Él me miró confundido y algo perturbado, también estaba asustado, muy asustado por la forma en que el balde se balanceaba en su mano, pero trató de disimularlo mientras dejaba el objeto en el suelo.

-¡Ustedes!-empezó a gritar Nott caminando en dirección a nosotros.- ¡Se han estado observando actividades ilícitas por estas zonas! ¡Y muchas personas señalan a la casa de los Potter!

Me quedé de piedra.

¿Quién podía habernos delatado?

Malditos vecinos, pensé furiosa y nerviosa por lo que llegara a pasarnos.

-¿Qué clase de actividades?-me atreví a preguntar.-Nosotros nunca hemos...

-¿Y te atreves a preguntar?-me interrumpió Nott, acercándose peligrosamente.- ¡Te vi ayer, en el Quemador, intercambiabas carne de cervatillo y también te han visto en el bosque! ¡No sólo a ti, sino también a este idiota, y al otro hijo de Potter!-sentenció en referencia a James.

Los juegos del Hambre, por Rose Weasley. (SCOROSE COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora