Capítulo XIV: Confesiones Inesperadas...

852 82 3
                                    

Capítulo XIV:

Hacía una hora, que lo buscaba, y nada, ni una señal.

Inclusive, regresé a donde dejé a Rue, pero nada.

Reprimí las lágrimas al recordar, y continué mi camino, hasta llegar al lugar donde había caído el nido.

Ya no había ni una sola avispa, pero si estaba un tributo profesional retorciéndose en el piso.

Vaya, aún sigue vivo, pensé.

Lo miré bien, y pude reconocer que era el tal Marvel, el tributo del distrito uno.

Su cuerpo estaba lleno de picaduras, las cuales estaban hinchadas  y botaban sangre.

Por lo que veía, las avispas se la habían desquitado con él, pues estaba en un estado muy deplorable.

El tributo seguía sufriendo por el dolor y me miraba como pidiéndome ayuda para aplacar su  tortura.

No lo dudé, saqué una flecha y le disparé para acabar con ese espectáculo.

Sonó un cañonazo, y me alejé de ahí.

Mi recorrido, continuó, y la noche llegó antes de lo que esperaba, por lo que subí a un árbol, para descansar. Agradecí que aún tuviera una de las mochilas, pues ahí estaba la cuerda y el saco de dormir.

Intenté, no ver el rostro de Rue, mientras comenzaba a sonar el himno y aparecían las caras de los fallecidos, pero al fin y al cabo, miré al cielo.

Le había prometido algo, y debía cumplirlo.

-Que descanses, Rue...-dije antes de quedarme dormida.

-¡ATENCIÓN, TRIBUTOS, ATENCIÓN!-decía una voz con eco, que me hizo despertar con los primeros rayos del sol.- ¡ATENCIÓN!

Alcé mi rostro, y al parecer, era un decreto de parte de los organizadores.

-¡A PARTIR DE AHORA, LA LEY QUE PERMITE UN SOLO GANADOR, QUEDA ABSUELTA! ¡DESDE AHORA, PODRÁ HABER DOS GANADORES, SIEMPRE Y CUANDO, SEAN ESTOS DEL MISMO DISTRITO! ¡BUENA SUERTE, TRIBUTOS!

¿Qué?, pensé sintiendo que mi respiración se agitaba.

¿Era cierto? ¿Dos ganadores? Eso jamás se ha visto.

Me bajé con rapidez del árbol, y de inmediato, reanudé mi camino en busca de Scorpius.

¿Dónde puede estar?

Tenía que buscarlo. Necesitaba encontrarlo. Si ese decreto era cierto, entonces, ambos debíamos ganar.

-¡Scorpius!-grité esperando una respuesta, pero nada.

Así estuve por varias horas, rebuscando por toda la arena, y sin darme cuenta, llegue hasta donde todo había empezado.

-La Cornucopia...-solté observando lo que sería el campamento de los profesionales que quedaban.

Un tributo, del cual no recordaba su nombre, ni a qué distrito pertenecía, vigilaba el área.

Había alimentos ordenados en una pirámide, y armas. Prácticamente, ahí era donde estaba todo.

Di un par de pasos, escondiéndome entre los arbustos, hasta que escuché un llamado.

-Rose...-decía su voz.-Rose, aquí...

Miré al piso, y por entre los matorrales, estaba Scorpius.

-¡Scorpius!-grité desesperada, quitándole las ramas de encima.-¿Qué te pasó? ¿Estás bien? ¿Qué tienes?

Los juegos del Hambre, por Rose Weasley. (SCOROSE COMPLETA)Where stories live. Discover now