Capítulo X: Que empiecen los 14° juegos del hambre...

950 83 3
                                    

Disfruten de los 14°Juegos del Hambre! :)

Saludos!

--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

 

Capítulo X:

Ni bien me despertaron, supe que hoy sería un día estresante, pues comenzaron a prepararme siendo las seis de la mañana.

Sentía que todo ocurría muy rápido, y ni siquiera, pude hablar con Scorpius, esa mañana, pues él también estaba siendo atendido por sus estilistas.

Sin embargo, cuando ya estábamos listos, con los uniformes, se acercó a mí.

-Suerte.-me dijo.

-Suerte.-le respondí también.

Pensé que nos diríamos más, habiéndonos besado la noche pasada, pero ahí quedo nuestra conversación.

Era demasiado. Ni él o yo, podíamos mirarnos a los ojos, si sabíamos que corríamos el riesgo de morir pronto.

-Ya te lo he dicho...-me dijo Haytmich antes de subir al aerodeslizador, que me transportaría.- Ni pienses en salir antes de que termine la cuenta regresiva, o volarás por los aires. Cuando los juegos empiecen, corre, y ocúltate, no pierdas el tiempo en ese baño de sangre o terminarás muerta... Ya se lo dije a Scorpius, ahora, todo depende de ti... Suerte, Rose... Y, sé que no es el momento para decírtelo, pero puede que el distrito doce tenga un campeón o campeona por primera vez este año...

Me miró con algo de entusiasmo, y después, se giró para dejarme.

Luego de aquello, llevaron a cada tributo, a habitaciones privadas, por separado.

Ni bien ingresé a la mía, noté que alguien estaba ahí esperándome.

-¡Cinna!-grité un tanto sorprendida, pues durante la mañana, no había estado conmigo.

-No se nos permite apostar, pero si pudiera hacerlo, lo haría por ti, chica en llamas.-me comentó de pronto.-Y veo que hicieron un buen trabajo.-dijo por como lucía.

-Gracias, por todo.-le respondí.-Por tus diseños.

Me sonrió, y luego, sacó algo de sus bolsillos.

Era el prendedor de sinsajo.

-¿Cómo lo recuperaste?-le pregunté de pronto.- Ni siquiera, me había acordado de él...

Me sentí mal, pues eso era lo único que tenía de casa, y lo había olvidado por completo.

Cinna, agarró el prendedor, y lo colocó en mi traje.

-Era de mi madre...-le comenté.

-Lo sé.-sentenció de manera segura y confiada.

-¿Lo sabes?-dije totalmente confundida.

-Lo usaban como símbolo de rebelión, y tu madre, siempre lo llevaba puesto...

-¿Conociste a mi madre?-le pregunté quedándome sin palabras.

¿Cinna había conocido a mi madre?

-Es tiempo de subir, te quedan treinta segundos... No olvides los consejos de Haytmich, y no olvides que todos tenemos esperanzas en ti.-dijo cambiando de tema.

-Cinna, no me has respondido.-le inquirí ingresando al elevador.

-Sí, Rose, conocí a tu madre.- finalizó cerrando el ascensor, sin darme tiempo de replicar.

En menos, de lo que pensé, comencé a subir hacia la superficie.

Mi respiración se agitó un poco, cuando supe que el momento había llegado.

La luz del sol, me cegó por unos segundos, pero en cuanto todo se me hizo más claro, noté que todos los tributos, estábamos sobre una plataforma de metal.

La Cornucopia, no estaba lejos, la habían puesto cerca, tan cerca, que podía ver las armas y alimentos, que tentaban a más de uno. Al parecer, este año querían un verdadero baño de sangre.

La cuenta regresiva empezaba, y mientras miraba a mí alrededor, noté que la arena, era lo más parecido a un bosque. Árboles, frondosidades, y al fondo, montañas.

A mi costado, había una tributo temblorosa, que parecía querer caerse de su plataforma, pero evitaba hacerlo.

Más, allá, estaba Scorpius, mirándome fijamente.

Observé el contador, y ya sólo faltaban veinte segundos.

Me llevé una mano al prendedor de mi madre, y recordé lo que Cinna me había dicho, segundos atrás.

¿Acaso él fue parte de esa rebelión? ¿De qué otra forma, habría podido conocer a mi madre?

-¡Gong!

Se escuchó el primer cañonazo, que daba inicio a los catorceavos juegos del hambre.

Olvidándome de todo, corrí lejos de lo que se había convertido en una verdadera masacre, en pocos segundos.

Mientras corría, quise voltear a buscar a Scorpius, con la esperanza de verlo y llamarlo, pero decidí hacer caso a lo que Haytmich, me había dicho. Alejarme, de ahí y huir.

Poco a poco, los gritos de los asesinados, se iban haciendo lejanos.

Sin embargo, mientras planeaba llegar al espeso bosque, alguien me hizo caer. Con rapidez, logré ponerme de pie, y observé al tributo que tenía en frente.

Era un chico de estatura baja, parecía inofensivo a simple vista, pero ni bien se levantó, intentó atacarme con una daga que llevaba en sus manos. De inmediato, forcejeamos, y no sé si fue suerte o casualidad, pero a mi costado, había una roca. Con agilidad, la tomé y sin pensarlo dos veces, la estrellé contra su cráneo.

El tributo cayó al suelo convulsionando, mientras la sangre salía a chorros de su cabeza, y en menos de cinco segundos, falleció. Fue en ese momento, cuando recién me di cuenta de lo que había hecho.

Había asesinado a alguien. Era una asesina.

El cuerpo me temblaba, y mis ojos, estaban abiertos como dos platillos.

Solté la piedra ensangrentada, y aún en estado de shock, le quité la daga al cadáver.

¿Qué hice?, me pregunté asustada y totalmente desesperada.

Me llevé una mano a los labios, y salí corriendo de ahí.

En el camino, ya casi llegando a los bosques, me encontré con otro cuerpo, que parecía haber muerto por el impacto de unas flechas.

Palidecí, pero noté que el tributo tenía una mochila en sus espaldas. Se la arrebaté, y seguí corriendo desesperadamente, hasta llegar a un punto, en el que ya no sabía qué hacer. No sabía, si seguir corriendo o parar.

Pero, si paraba, se me venían los recuerdos del tributo al que había matado, así que continué corriendo.

Mis pulmones, comenzaban a pedir tregua, y mis labios a secarse.

No seas estúpida, Rose, me dije a mi misma. Estos son los juegos del hambre. Matar para sobrevivir, matar para volver a casa. Ese tributo, te atacó primero.

Mi cabeza era un embrollo, debatiendo entre matar o no matar. Sentir remordimiento, o no tenerlo en absoluto.

Ahora, entendía porque algunos tributos se volvían locos durante los juegos, pues así me sentía yo en estos momentos, trastornada como ellos, perturbada por haber asesinado a alguien por primera vez.

---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

¿Qué seguirá?

Dejen un voto o comentario, y muy pronto lo sabrán! *

 


Los juegos del Hambre, por Rose Weasley. (SCOROSE COMPLETA)Where stories live. Discover now