Capítulo VIII: Bienvenidos al Capitolio...

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¡Hola! Aquí tienen otro capítulo! :D Gracias por las leídas!

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Capítulo VIII:

Mis ojos se abrieron como dos resortes. La noche anterior, no había dormido casi nada, pensando en mi familia, llorando por ellos.

¿En verdad estaba en un tren?

¿Entonces no era una pesadilla?

Me puse de pie, y me dirigí al baño.

Que desastre, pensé al ver que tenía ojeras y todo el cabello revuelto, mientras me lavaba.

Me hice una trenza con rapidez, dejé la cama destendida, y abrí la puerta, dispuesta a lo que sea.

Se oían voces, de hecho, eran las voces de Haymitch y Scorpius.

-¿Y qué ocurriría si no hay cuchillos?-preguntaba Scorpius.

-Siempre hay cuchillos, prácticamente es infaltable en la Arena....-le respondía el mentor.

-¿Qué otras tácticas hay?-inquirió el rubio nuevamente exigente.

Sin demorar más, ingresé a la habitación. Todos tomaban desayuno en la mesa más grande. Nuevamente, la comida abundaba.

-Te podría dar miles...-le contestó Haymitch, mientras me observaba.-Pero, espera a que lleguemos primero...

-Ya no falta nada...-le interrumpió Effie, quien llevaba un espejo en su mano.-Llegaremos en menos de diez minutos.

En efecto, el tren comenzó a bajar la velocidad, y se comenzaba a apreciar la vista del Capitolio en todo su esplendor.

Scorpius, se paró de dónde estaba, y se acercó a la ventana.

Vaya, al parecer, él si parecía interesado.

Ni bien llegamos a la estación de trenes, las cámaras, los flashes, y miles de reporteros intentaban acercarse a nosotros, mientras nos llevaban con rapidez a un auto.

En esta ocasión, el auto era mucho más moderno que el del distrito doce y se movía con rapidez. Aquello, me impedía poder observar la ciudad con detenimiento.

Pero, de lo poco que había visto, era más que suficiente.

Los enormes edificios y la gente vestida tan exageradamente, me hacían ver que estaba en otro mundo.

Una cosa era verlo por televisión, y otra, verlo con tus propios ojos.

-Entremos de inmediato...-ordenó Effie cuando llegamos a uno de esos edificios.-Aquí se encargaran de prepararlos y vestirlos, luego verán a sus estilistas privados... Y creo que ya saben el resto. ¡Bienvenidos al Capitolio!-nos dijo con emoción.

Miré con asombro el lugar.

¿Así que aquí preparaban a los tributos para el desfile de presentación?, pensé curiosamente.

En ese momento, nos llevaron por caminos separados. Supuse que Scorpius iba al sector masculino, mientras que yo, al femenino.

Unas mujeres, con aspecto extravagante, me dirigieron a una de las duchas, donde me despojaron de mis ropas.

El agua estaba caliente. Sinceramente, hacía mucho que no me bañaba con agua caliente.

Luego de aquello, me pusieron una bata celeste y fuimos hasta un salón lleno de camillas, donde me prepararon e hicieron todo tipo de tratamiento estético.

Los juegos del Hambre, por Rose Weasley. (SCOROSE COMPLETA)Where stories live. Discover now