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rl ; "Vamos a Busan"

||JIMIN||

-Hum... Ya los he jugado todos, voy a comprarme uno...

JiMin intentaba elegir algún videojuego con el que distraerse, removía la bolsa donde los guardaba; había de todo tipo, desde los que había dejado su hermano de solo disparos y muerte, hasta los que tenían una historia de verdad. Algunos ni los había tocado.

Pero quería volver a ese lugar; en el que había visto a YoonGi por primera vez. Tenía la esperanza de encontrarle allí, pues el mayor no cogía sus llamadas, ni respondía sus mensajes.

Necesitaba ponerse una excusa a si mismo, porque nadie decide comprarse un videojuego porque sí; absolutamente nadie.

Se puso lo primero que vio: unos vaqueros cualquiera, sus deportivas blancas, y una camiseta a rayas. Y por último su chaqueta negra.

Salió casi corriendo de casa, de hecho decidió ir andando ya que el lugar quedaba cerca, pero se sorprendió a si mismo acelerando cada vez más el paso.

Entró a la tienda, esperando encontrar dentro a el que supuestamente era su novio, aunque en esos momentos lo estaba dudando.

-Bienvenido a "Jungle Beach". -Dijo, de forma apagada, el dependiente de la tienda.

JiMin respondió con un movimiento de cabeza; pues ya conocía de sobra al chico que se encontraba a cargo de la tienda en esos momentos.

-Hola, JiMin. -Saludó de forma propia cuando se dio cuenta de que el que había entrado era su amigo. -¿Buscas algo en específico?

El pelirosa apoyó sus manos en el mostrador.

-No, en realidad. -Se mordió el labio, pensando en algún juego que saliese a la venta hace poco, pero nada. -Humm... Quiero jugar algo diferente... Muéstrame algo que tenga una buena historia.

El dependiente, el cual se llamaba ChangHo, rió levemente.

-Está bien, sígueme.

Le llevó hasta una sección que estaba en la otra punta de la tienda, aunque esta no era muy grande. Una vez se puso a observar videojuegos, le dijo a ChangHo que no hacía falta que le ayudase más.

Necesitaba estar solo en esa esquina, para pensar, pues con su amigo hablando y hablando era bastante difícil hacerlo. Pero pobrecito; llevaba todo el día ahí sin que ni un cliente pasara, porque la tienda estaba desierta.

Ese era el problema.

YoonGi no estaba. JiMin se golpeó mentalmente por pensar que había alguna posibilidad de que su novio apareciera, probablemente estaría encerrado en su habitación sin querer hablar con nadie.

Pero entonces la campanita que había en la puerta de la tienda sonó, y se volvió a escuchar la monótona voz de ChangHo saludar a la persona que había entrado.

-No... No vengo buscando nada específico, tan solo dame lo último que haya llegado. -Otra voz se escuchó.

¿Podría ser que hubiera ido por la misma razón que Jiminnie?

JiMin se asomó por una estantería con diferentes juegos Nintendo. Conocía perfectamente ese pelo negro y corto, ese cubrebocas blanco, y también ese anillo que aún llevaba. El que JiMin había comprado quizá no tan por accidente, y que había "obligado" a YoonGi a usar.

"Obligado" porque en realidad a YoonGi también le apetecía.

-Hyung... -Susurró JiMin, saliendo de su escondite.

-Vendré otro día, ChangHo... -Susurró el mayor, saliendo apresuradamente de la tienda.

Pero tan pronto salió de esta, notó la mano de Jiminnie alrededor de su brazo. El pequeño le miraba con tristeza.

-Suéltame, Jimin. -Hizo un movimiento brusco para zafarse del agarre del chico, pero este no cedió.

Lo único que hizo fue rodear la cintura de YoonGi con sus brazos, abrazándole con fuerza para asegurarse de que no se iría.

-Ven a Busan conmigo. -Susurró el menor.

A JiMin le habían ofrecido la oportunidad de aprender más sobre su pasión; el baile, en una de las mejores escuelas de Corea, el problema era que... Estaba en Busan.

-¿Qué? -Soltó YoonGi. -Estás loco. No puedo hacer eso.

JiMin se separó levemente de su novio; mirándole directamente a los ojos.

-¿Y por qué no? Encontrarás trabajo, podrás seguir con tus raps, y estaremos juntos. -Una lágrima resbaló por su mejilla. -No quiero perderte... Esa es la solución.

-¿Estás seguro, Jimin? -Pregunó el mayor, acariciando el cabello de su novio. -¿Y qué pasa con Holly?

-Segurísimo. -Asintió Jiminnie, ya con una sonrisa en los labios. -Encontraremos la forma de que nos acompañe, además podemos volver los fines de semana, por si echa de menos Seúl

YoonGi por fin correspondió el abrazo, aferrándose a su pareja como si la vida le fuera en ello.

-Pues... Entonces vamos a Busan.

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-Ah, y... Jiminnie... -Susurró YoonGi, sin mirarle.

Paseaban agarrados de la mano, hablando de lo que les había pasado durante los días que habían estado enfadados. Era una mañana tranquila, y el parque estaba totalmente vacío.

-¿Uhum? -Jimin respondió, girando la cabeza.

-Perdón por haberte ignorado así sin dejar que te explicaras...

-No te preocupes, hyung, ya pasó.

Ya pasó.