Sonrisas falsas

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Luna

Abrí los ojos con fuerza, mis padres tenían una mirada triste y comprensiva, me levanté con el cuello adolorido de las piernas de Dylan, había llorado hasta quedarme dormida, y él me había cuidado toda la noche, el más incómodo por supuesto era él, que estaba con el cuerpo estirado en diagonal sobre el sofá

- ¿Qué tal te sientes linda?

- Fatal- Le respondí a mi madre que me pasó una taza de té y un plástico con gel frío para disminuir mis ojos hinchados

Recibí con gusto el té y lo tomé despacio, al poco tiempo se levantó Dylan igual de adolorido

- Doña Martha- Dijo aun adormilado- Lamento haberme quedado acá

- No te preocupes, muchas gracias

Me levante suavemente y él me imitó

- ¿Mejor?

Negué suavemente con la cabeza, Dylan tomo entre sus manos mi rostro y me dio un corto beso en la frente

- Creo que es mejor que vaya a casa y me arregle un poco antes de ir a culto

- Tienes razón, yo también tengo que alistarme

- Vas a estar grandiosa

Sonreí sin ganas y esperé a que saliera, tomé la almohadilla de gel y cerré los ojos.

Aún pensaba en lo que había sucedido y no lo creía, mi mejor amigo, mi amigo de toda la vida, ahora sencillamente... no iba a estar más, nunca me imaginé que él iba a estar fuera de mi vida por ninguna razón, y ahora que no lo estaba, no solo sentía que una parte de mí se había quedado con él, sentía el peso de la traición en mi ser.

Yo sabía que él se debía a su esposa, ambos hablamos muchas veces de eso, ambos éramos consientes que en el momento que alguno de los dos se casara, debíamos respetar el espacio del otro, pero esto me sobrepasaba, Francisco creció conmigo, ambos lloramos cuando nuestros padres nos quisieron cambiar de colegio y les obligamos a ponernos juntos, los dos decidimos salir de la iglesia, decidimos también nuestros códigos cada vez que alguno salía, lloramos abrazados en el aeropuerto cuando él se fue y durábamos hasta la madrugada hablando por vídeo llamada a diario, y ahora, todo se acabó.

Pero debía seguir adelante, finalmente y como mi padre siempre me ha enseñado, en las grandes tormentas debía agradecer la lluvia, porque al final iba a terminar limpia.

Tras horas de descanso mamá me levantó, no me puse a improvisar así que alisté mi vestido favorito y me arreglé un poco el cabello y bajé junto a mis padres. Camino a la iglesia mis manos temblaban un poco ¿y si además se iban a cambiar de iglesia? ¿No vería nunca más a mi ahijada? ¿En dónde quedaba la promesa de Dios con Sara?

Deje que los encargados del culto me arreglaran un poco, notaba en sus ojos la preocupación por los míos, pero todos guardamos silencio

Me acerqué hasta el límite para entrar al púlpito y me quedé absorta allí

- Luna

La voz de Francisco me tomó por sorpresa, gire con precaución, él estaba allí con los micrófonos y lo que necesitaba para grabar.

- Hola

Él sin decir más comenzó a ponerme cada uno de los dispositivos que necesitaba, yo no dije mucho tampoco, al terminar me miro a los ojos, sabía que quería decirme algo, pero se detuvo y dio media vuelta "No puedes llorar" Me repetí a mí misma, giré sobre mis talones y me centré en el contenido de mi mensaje, tras escuchar mi llamado, inhalé profundamente, sonreí y salí

CelestialWhere stories live. Discover now